Capítulo 25.

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Ya era viernes y nos encontrábamos en el avión con destino a Nueva Orleans.

Apenas había dormido debido al sueño que había interrumpido mi noche. Todavía no era capaz de asimilar ese recuerdo. Después de aquella tarde, de aquel perfecto beso, me desmayé y siempre creí que todo había sido un sueño, que me enamoré por primera vez de algo que no era real, y a causa del estado de shock en el que me encontraba me negué a creer en la realidad; y la realidad era que Ashton me salvó de verdad y por supuesto, me besó. ¿Que debía hacer ahora? Probablemente él no se acordaría de lo que pasó y tampoco significó nada para él. Lo mejor que podía hacer era olvidarlo y actuar con normalidad. Que fuese mi primer amor no significaba que lo seguía siendo.

Oh, claro que sí. Sigues enamorada de él y no quieres admitirlo. ¿Acaso has olvidado todo lo que te hizo sentir ayer con tan solo tocarte y la manera en la que se tensó todo su cuerpo ante tu contacto? Él te besó por alguna razón, y esa razón le persigue hasta hoy.

Maldito subconsciente, siempre se tenía que meter donde no lo llamaban. Moví la cabeza en señal de negación y la apoyé en el respaldo del asiento.

No seas ingenua Amanda, no te engañes a ti misma. Pronto el destino te hará elegir entre esos pobres chicos y tu decisión se verá marcada para siempre.

¿Pero de qué demonios estaba hablando? Estúpido subconsciente, si no se callaba de una vez iba a terminar explotando mi cerebro.

Aún quedaban dos horas de vuelo por lo que decidí ignorar todo a mi alrededor y dormir un poco, estaba agotada.

***

Unos golpecitos en el hombro me despertaron.

- Hey pequeña, ya hemos llegado. - La voz ronca de Christian logró despertarme.

Abrí los ojos lentamente y me dediqué a observar el avión. ¿Dónde estaban todos?

- Por si te preguntas dónde están los demás, han salido ya con las maletas. Te veías tan a gusto durmiendo que he decidido esperar cinco minutos más para despertarte.

Le mostré mi mejor sonrisa y me levanté. Me quedé quieta cuando llegué a la puerta y pude ver los altos edificios de la ciudad. Unas manos se posaron en mi cintura y me dieron un leve apretón.

- Bienvenida a la ciudad del jazz. - Dijo Christian, y acto seguido me dio un beso en la cabeza.

Nos subimos a una furgoneta negra con los cristales polarizados y para mi mala suerte quedé en frente de Ashton. Desde ayer había estado muy callado y me observaba con ojos misteriosos. ¿Sabría que fui yo la chica que salvó de ser atropellada y después besó como si no hubiese un mañana? La intriga me estaba matando y necesitaba saberlo. Necesitaba saber por qué arriesgó su vida para salvar la mía.

La pitufa se dio cuenta de que le estaba mirando, al igual que él a mí, y me fulminó con la mirada. Estuve a punto de enseñarle mi precioso dedo corazón pero decidí no perder el tiempo con basuras.

Llegamos al hotel y entramos a la recepción. Mi padre nos dio una llave a cada uno de una habitación distinta y puso mala cara.

- Chicos, ha habido un problema con las habitaciones. - Me miró a mí y después a Ashton. - Las vuestras están tres pisos más arriba ya que no había suficientes habitaciones disponibles en la misma planta.

Rodé los ojos y emití un pequeño suspiro.

- Os quiero a todos abajo para la hora de comer, por lo tanto, tenéis casi dos horas para descansar del vuelo.

Asentimos todos a la vez y nos dirigimos a los ascensores. Había una indicación en la que se decía que uno era para los pisos pares, y otro para los impares.

Por fin te encontré~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora