Ya era viernes y nos encontrábamos en el avión con destino a Nueva Orleans.Apenas había dormido debido al sueño que había interrumpido mi noche. Todavía no era capaz de asimilar ese recuerdo. Después de aquella tarde, de aquel perfecto beso, me desmayé y siempre creí que todo había sido un sueño, que me enamoré por primera vez de algo que no era real, y a causa del estado de shock en el que me encontraba me negué a creer en la realidad; y la realidad era que Ashton me salvó de verdad y por supuesto, me besó. ¿Que debía hacer ahora? Probablemente él no se acordaría de lo que pasó y tampoco significó nada para él. Lo mejor que podía hacer era olvidarlo y actuar con normalidad. Que fuese mi primer amor no significaba que lo seguía siendo.
Oh, claro que sí. Sigues enamorada de él y no quieres admitirlo. ¿Acaso has olvidado todo lo que te hizo sentir ayer con tan solo tocarte y la manera en la que se tensó todo su cuerpo ante tu contacto? Él te besó por alguna razón, y esa razón le persigue hasta hoy.
Maldito subconsciente, siempre se tenía que meter donde no lo llamaban. Moví la cabeza en señal de negación y la apoyé en el respaldo del asiento.
No seas ingenua Amanda, no te engañes a ti misma. Pronto el destino te hará elegir entre esos pobres chicos y tu decisión se verá marcada para siempre.
¿Pero de qué demonios estaba hablando? Estúpido subconsciente, si no se callaba de una vez iba a terminar explotando mi cerebro.
Aún quedaban dos horas de vuelo por lo que decidí ignorar todo a mi alrededor y dormir un poco, estaba agotada.
***
Unos golpecitos en el hombro me despertaron.
- Hey pequeña, ya hemos llegado. - La voz ronca de Christian logró despertarme.
Abrí los ojos lentamente y me dediqué a observar el avión. ¿Dónde estaban todos?
- Por si te preguntas dónde están los demás, han salido ya con las maletas. Te veías tan a gusto durmiendo que he decidido esperar cinco minutos más para despertarte.
Le mostré mi mejor sonrisa y me levanté. Me quedé quieta cuando llegué a la puerta y pude ver los altos edificios de la ciudad. Unas manos se posaron en mi cintura y me dieron un leve apretón.
- Bienvenida a la ciudad del jazz. - Dijo Christian, y acto seguido me dio un beso en la cabeza.
Nos subimos a una furgoneta negra con los cristales polarizados y para mi mala suerte quedé en frente de Ashton. Desde ayer había estado muy callado y me observaba con ojos misteriosos. ¿Sabría que fui yo la chica que salvó de ser atropellada y después besó como si no hubiese un mañana? La intriga me estaba matando y necesitaba saberlo. Necesitaba saber por qué arriesgó su vida para salvar la mía.
La pitufa se dio cuenta de que le estaba mirando, al igual que él a mí, y me fulminó con la mirada. Estuve a punto de enseñarle mi precioso dedo corazón pero decidí no perder el tiempo con basuras.
Llegamos al hotel y entramos a la recepción. Mi padre nos dio una llave a cada uno de una habitación distinta y puso mala cara.
- Chicos, ha habido un problema con las habitaciones. - Me miró a mí y después a Ashton. - Las vuestras están tres pisos más arriba ya que no había suficientes habitaciones disponibles en la misma planta.
Rodé los ojos y emití un pequeño suspiro.
- Os quiero a todos abajo para la hora de comer, por lo tanto, tenéis casi dos horas para descansar del vuelo.
Asentimos todos a la vez y nos dirigimos a los ascensores. Había una indicación en la que se decía que uno era para los pisos pares, y otro para los impares.
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Por fin te encontré~
Romantik- Sí, mamá, llegaré un poco más tarde. Me voy a quedar en casa de Lily para repasar matemáticas, así que no me esperes despierta. Te dejo que estoy llegando ya, te quiero. Colgué y me dispuse a cruzar la carretera para llegar a la casa de mi amiga...