Salí corriendo de allí lo más rápido que pude. Tenía los ojos empañados en lágrimas y no sabía a dónde me dirigía, lo único que quería era estar sola. ¿Cómo había podido hacerme eso? ¿Todas las veces que me decía que me quería era mentira? Que tonta fui. Dylan y Sam siempre me decían que Logan me terminaría haciendo daño pero yo no les escuchaba, o más bien no quería oírlo. No quería oír la verdad, otra vez he vivido una mentira más. Mis mejillas estaban completamente mojadas de todas las lágrimas que caían de mis ojos. Desde que pasó lo de mis padres me prometí no volver a llorar, pero esto había sido demasiado.
Me quité los tacones para poder caminar mejor sobre la arena. Hacía una noche preciosa, una noche que al principio estaba llena de vida y de color, y ahora se había vuelto en blanco y negro. Se suponía que iba a ser una noche especial, una que recordaría siempre. Y todo acabó. Me estaba alejando bastante de la fiesta, pero me daba igual. No quería volver a verle la cara a ese gilipollas en la vida. Menos mal que se había terminado el curso y así tenía todo el verano para olvidarme de él.
Seguí caminando sin rumbo alguno por la orilla con los tacones en una mano. Con la otra intentaba secarme todas las lágrimas que recorrían la piel de mi cara. Mi móvil no paraba de sonar y en la pantalla apareció el nombre de Logan. Con toda la rabia que tenía acumulada en mi interior y con el corazón roto, lo cogí y lo tiré al mar. Así me sentí mucho mejor. Lo último que quería hacer era hablar con él. Como se entere Nick no tiene suficiente universo para correr.
Mis piernas temblaban como si fueran de papel y estuvieran soportando un gran peso encima. Decidí sentarme mirando hacia el mar con la cara escondida entre mis rodillas. Sollozaba sin parar mientras que me decía lo tonta que había sido. La música de la fiesta ya no se oía por lo que supuse que me había alejado bastante. Fue entonces cuando noté una presencia a mi lado.
- Una noche difícil, ¿eh? - Dijo un chico sentándose a mi lado. Levanté la cabeza y le miré. No estaba nada mal. Sus ojos azules brillaban por la luz de la luna y su sonrisa transmitía dulzura, seguridad. Su pelo era rubio, pero no natural, tenía raíces negras así supongo que era teñido. Tenía algún que otro tatuaje en sus robustos brazos, pero no muchos. Debía de ir al gimnasio como Nick, porque era todo músculos.
- No lo sabes tú bien. - Le contesté.
- Mi nombre es Hugo. - Me dijo tendiéndome su mano para estrecharla con la mía. Parecía más mayor que yo, unos veinte años.
- Amanda - Respondí intentando mostrar mi mejor sonrisa, cosa que no dio resultado y acabó siendo una mueca. Le estreché la mano.
- Bonito nombre. ¿Estás bien? - Me preguntó enseñado sus blancos y perfectos dientes. - Sé que nos acabamos de conocer pero soy bueno ayudando a la gente, y oye, si tengo que pegar a alguien sólo tienes que decírmelo. - Una pequeña risa se escapó de mi boca. Este chico sabía hacerme reír.
- ¿Alguna vez te ha pasado que hay alguien en tu vida, que te hace sonreír cada día, te dice que te quiere más que a nada en el mundo, le entregas tu amor, y le pillas besándose con otra delante de tus narices? Pues eso es exactamente lo que me ha pasado esta noche.
- Menudo gilipollas. Sabes, no suelo equivocarme con la gente y tú pareces ser una persona que ha sufrido mucho, se te nota en la mirada. Pero también puedo ver que eres una chica dulce y simpática, una chica fuerte que ha podido con todo lo que le haya pasado y seguro que mucho más grave que esto. Así que si pudiste con aquello, ¿qué te impide no superar lo de esta noche?
Hugo tenía razón. Era un chico muy agradable, y la verdad es que me había hecho abrir los ojos y darme cuenta de que la vida no gira en torno a Logan. Si superé lo de mis padres, esto es pan comido. Me puse de pie dispuesta a volver a la fiesta.
- ¿Me acompañas a plantarle cara al estúpido de mi ex-novio? - Le dije mostrando una sonrisa. Hugo me la devolvió y no tardó en contestar.
- Será un placer señorita. - Hizo una pequeña reverencia con la que casi se cae. No pude evitar reírme y él sonrió satisfecho. - Has visto, te he hecho reír ya dos veces y nos conocemos de hace cinco minutos.
- Estoy segura de que vamos a ser grandes amigos. - Le sonreí.
***
Llegamos a la fiesta y Sam me vio. Vino corriendo, esta vez sin tacones. Sabía que no iba a aguantar más de una hora con esas torres gemelas. Ya se le había pasado la borrachera por lo que no tardó en hablar.
-¡Mandi! ¡Mandi! ¿Dónde estabas? ¡Me tenías preocupada! Por dios, no vuelvas a irte así. Dylan y yo te hemos estado buscando por todas partes, después de que le diera un buen puñetazo en el ojo a Logan. ¡Deberías haberlo visto! ¡Se lo ha dejado todo morado! - Dijo mi amiga soltando todo el aire que había estado conteniendo mientras lo decía a la velocidad de luz. A poco se ahoga.
- Tranquila Sam, solo necesitaba estar sola. Por cierto este es Hugo. Hugo, ella es Sam, mi mejor amiga.
- Hola. - Dijeron al unísono.
Por detrás se oía un "paso, que voy...". Nos giramos y ahí estaba Dylan, intentando llegar entre la multitud a donde nos encontrábamos nosotros tres. Cuando por fin llegó no tardó tampoco en hablar, como su novia. Dios, eran como dos gotas de agua.
- ¿Se puede saber dónde cojones estabas Amanda Walker? ¡Te hemos estado buscando por todas partes! ¡Ni si quiera has cogido el puñetero móvil! - Dijo mi mejor amigo al borde de la desesperación.
- Estaba conmigo, tranquilo. - Contestó Hugo para calmarle.
Dylan pareció relajarse pero al momento contestó.
- ¿Y tú quién eres? - Le preguntó éste.
- Me llamo Hugo, soy un amigo de Amanda.
- Encantado, yo soy Dylan.
- ¿Dónde está ese hijo de puta? Porque le voy a partir la cara. - Dijo Hugo. Vaya, me sorprendía bastante que lo que me había dicho antes era verdad. Pensaba que sólo lo decía para hacerme sonreír.
- Hugo, tú no vas a hacer nada. Voy a ir yo a hablar con él y vosotros no os vais a meter. Podéis quedaros detrás mío. - Todos asintieron y me siguieron para buscarlo.
Lo vimos a lo lejos y me acerqué para decirle cuatro cosas. Cerré las manos convirtiéndolas en puños y en cuanto llegué lo primero que hice fue darle una bofetada. Le di tan sumamente fuerte que su mejilla pasó de estar en su tono pálido a colorada entera. Logan se quedó paralizado. No se podía creer lo que acababa de hacer al igual que yo no podía creer lo que había visto hace una hora.
- Eres un imbécil. Si piensas que voy a derramar más lágrimas por ti estás muy equivocado. No te mereces ni que te esté hablando ahora mismo. Así que espero que te vaya muy bien con tu nueva señorita de compañía. Seguro que ella está encantada de ofrecerte lo que yo nunca te he dado. Siempre me decían que me acabarías rompiendo el corazón, pero nunca les hacía caso, supongo que era porque estaba enamorada de un imbécil. Qué ilusa fui. Y ahora por fin me has abierto los ojos, y ¿sabes qué? Te doy las gracias. Te lo agradezco con todos los pedazos de mi corazón. Porque gracias a ti, me he dado cuenta de la clase de persona que eres, y de todo el tiempo que he perdido estando a tu lado. Ahora sí que sí, muchas gracias. Espero que no te vuelvas a cruzar en mi camino. - Me giré y cuando estaba dispuesta a irme, Hugo no tardó ni un segundo en golpearle en el ojo que aún tenía bien.
- Eso para que te quede claro, nadie le hace daño a Amanda. De lo poco que la conozco sé que es una persona increíble y tú eres un capullo que le ha roto el corazón. Así que más te vale no acercarte a ella, porque como te vea a tan solo cien metros, no seré tan bueno contigo. - Logan asintió nervioso y yo puse los ojos en blanco. ¿Sería capaz Hugo de hacer algo así? Sé que algún deporte hacía para tener esos músculos pero... De ahí a iniciar una pelea, era un paso muy grande.
- Tío, ya me caes genial. - Le dijo Dylan a Hugo y todos reímos. Había sido una noche muy larga por lo que nos fuimos a por los coches para irnos a casa.
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Por fin te encontré~
Romansa- Sí, mamá, llegaré un poco más tarde. Me voy a quedar en casa de Lily para repasar matemáticas, así que no me esperes despierta. Te dejo que estoy llegando ya, te quiero. Colgué y me dispuse a cruzar la carretera para llegar a la casa de mi amiga...