CAPITULO 46

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Visite a mi tío esta mañana y como las mañanas anteriores, solo dormía , ni siquiera el ruido de las hojas al pasar de página le molestaron, tenía un sueño pesado, tan pesado que solo se despertaba una vez al día y parecía que la idea de irme de aquí se había borrado de su mente .

Me encontraba en la cama de mi habitación miraba al techo mientras pensaba, cuando alguien toco a mi puerta, yo gire mi cabeza a la puerta y la observe por un momento, cuando los golpes se detuvieron, me recargue sobre mis codos y los golpes se volvieron a escuchar, solo que mas fuertes, me puse de pie en un apuro y abrí la puerta haciendo que mi cabello volara con el viento de movimiento .

—¿Por qué no habrías ? — pregunto Edgar algo molesto

—No escuche lo siento — él me lanzó una mirada de incredulidad y apretó su mandíbula. Algo malo le sucedía .

— Vine ... —él parecía pensar mucho sus palabras, pues abría la boca al parecer para decir algo pero la cerraba al instante—Vine ... pues he venido ... vine

Le mire algo extrañada—¿Has venido ?—dije para intentar ayudarlo a terminar su frase .

—Amelia vine a invitarte a cenar— el bajo su mirada tan rápido como termino su frase y no dijo más .

—¿A cenar? —le dije casi en un susurro. Levantó su mirada y sus ojos se encontraban humedecidos

—¿Aceptarías ?

—Si Edgar, por supuesto ... pero ¿ porque mejor no cenamos de forma normal como cada noche ?— El paso saliva—No podemos cenar aquí, tiene que ser en otro lugar

—¿Otro lugar ? ¿qué otro lugar ?

—No te preocupes por eso que todo ya esta arreglado, será esta noche yo te llevare , solo vístete para la ocasión

—¿A que hora sera ?

— La cena será a las doce en punto— al terminar su frase el tomo mis manos, mientras que las de el no paraban de temblar y el volvió a agachar su mirada.

—¿Por qué tanto misterio ?—le cuestione algo tímida. Al realizar aquella pregunta , el me miro a los ojos y pude sentir el dolor que estos mostraban y una lágrima recorrió su pálida mejilla.

—Te espero a las doce— el beso mis manos de una forma tierna y se fue del lugar .

Acomode los pequeños cabellos que salían de mi recogido francés, pase un labial color carmín por mis labios y me puse unos zapatos de piso, puse perfume en mi cuello y fue cuando salí de mi habitación, tomé asiento en la sala y espere hasta las doce, mis ojos se comenzaban a cerrar cuando vi la sombra de alguien .

—¿Amelia?— abrí los ojos de golpe y lo mire como una pequeña boba, el me miro de la misma forma que yo lo hacía  y fue cuando me puse de pie. El vestía un traje negro y llevaba una corbata negra—Luces preciosa— dijo con una voz algo inusual. Solo sonreí, para así agachar mi mirada , cuando el volvió a hablar— Tengo una sorpresa para ti ¿recuerdas tu regalo de cumpleaños ?— lo mire sorprendida y recordé aquel regalo el cual nunca abrí .

—Si , la caja blanca— el camino al pasillo y regresó con ella aún intacta, mire el regalo y el hizo una tremenda sonrisa, yo lo iba a tomar cuando el me detuvo.

— La abriré por ti— el deshizo el perfecto listón en forma de moño y abrió la caja, el quito el papel que cubría el regalo y después vi de qué se trataba ... eran un collar de perlas blancas. El me pidio darme la media vuelta, entonces puso el collar en mi cuello y sentí el roce de sus dedos por mi nuca, mi piel se erizo y el cerro el collar. 

—Siempre te imagine usando uno de estos— dijo viéndome de pies a cabeza.

—Gracias por el obsequio Edgar, en verdad me gusta mucho— el apreto sus labios y despues sonrio. 

—Es hora de irnos a cenar — asentí y él me dio el brazo para poder caminar aun lado de él y procurar no caer. 

Nos dirigimos a la salida y caminos a la luz de la luna , el me guiaba por el oscuro bosque hasta llegar al lugar donde cenaríamos. Me sujetaba fuertemente de su brazo, pero algo me comenzó a inquietar, pues cada vez que preguntaba que tan cerca estábamos el parecía más nervioso, sus manos temblaban y no era por el frió de la noche, algo le asustaba, algo le ponía de nervios .

—Listo hemos llegado— dijo mientras cubría mis ojos con sus heladas manos.

 Caminamos un poco mas cuando de pronto quitó sus manos y pude ver el lugar . Era maravilloso , había una mesa con dos sillas , esta tenía un mantel blanco y en el centro había un candelabro con velas encendida, se encontraban ya los platos puestos sobre la mesa , el me señalo la mesa y yo me acerque para tomar asiento; el abrió mi silla y me senté. Edgar se sentó frente a mi y me regaló una sonrisa, me coloque la servilleta sobre las piernas y el abrió la champagne , los dos reímos al ver la tapa de la botella volar por los aires .

—Anda comienza a comer que se enfriara— dijo un poco sonriente. Levante la tapa que cubría mi platillo y cuando lo abrí, mis labios formaron una gran sonrisa era mi platillo favorito y el se había dado a la tarea de conseguirlo para esta noche .

—Gracias—dije un poco seria.

—¿Por qué agradeces ?— el bebió de su copa

—Por esta maravillosa noche— al decir esto el se puso tieso como una roca y todo su cuerpo se tenso, pareciera como si hubiera dicho algo malo—¿ Sucede algo malo ? 

—No vuelvas a decir cuán perfecta es la noche ... no lo es— lo mire algo extrañada.

 —¿No lo es ? pero que dices Edgar,  jamás había tenido una cena tan maravillosa como esta .

El me miro con un vació en su mirada y le dio un sorbo a su copa— ¿Sabes por qué estamos aquí?

Le mire confundida y contesta muy segura—No—el paso saliva y miró en otra dirección. 

—Te he traído aquí para hablar—el se detuvo para tomar un gran bocado de aire —Quería hablar hasta terminar la cena ... pero parece que tengo que hablar ya .

—¿Edgar de que hablas ?—El me miro directo a los ojos y estiro su mano para así tomar la mía.

—Todo lo que diré a continuación es verdad, cada palabra es realidad,  si hablo ahora es porque el miedo me ha corrompido y tengo miedo a perderte y si tengo que hablar con la verdad para no perderte lo haré Amelia .

Lo mire un poco asustada pues miles de pensamientos cruzaban mi sombría mente, sería que el enserio me iría a confesar la verdad que nadie podía decirme , la otra parte de la verdad que mi tío ya había confesado; ¿Que verdad? , acaso no había salido a la luz ya todo .

—Pues entonces habla— dije mientras soltaba mi mano de la suya y me recargaba en mi asiento.

El también se recargo en su asiento y perdió su mirada en el vació , parecía tener miedo de hablar—¿Quieres saber de mi vida ? o tan solo ... tan solo ... ¿ Amelia enserio quieres saber ? 

Lo mire con gran sorpresa, mi mente me pedía a gritos que el hablara pero tenía miedo a la verdad—Edgar habla ya, quiero saberlo todo, absolutamente todo ... por más que hablas de ti , es como si no hablaras , no se nada de ti, en cambio tú sabes todo de mi ... incluso cosas que yo desconocía .

El paso saliva y dio un respiro— Esta bien Amelia hablaré ... 





EL LADO OSCURO DE LA INOCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora