CAPITULO 36

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Seguía curando y entre mas rozaba mis dedos sobre su piel , él se ponía más nervioso — Muchas gracias por todo lo que están haciendo por mi, prometo que en cuanto el doctor me diagnostique me iré

Detuve mi movimiento y le mire— Por supuesto que no, se irá de aquí hasta que haya sanado— él hizo una sonrisa y detuvo mi mano sujetándome por la muñeca

— Siento haber ensuciado su vestido blanco— baje mi mirada a mi vestido y vi la sangre que el había dejado sobre mi .

— No se preocupe— él iba a decir algo más cuando fije mi vista en las colchas , ya no eran blancas , eran de un rojo vivo , abrí mis ojos como platos.

— ¿Qué es lo que sucede ?— pregunto el hombre asustado.

— Las colchas ... tienen sangre, mucha— hice que se recargara sobre la cabecera y pude ver de donde provenía la sangre, en su espalda había un pequeño vidrio, que de pequeño no tenía nada, pues parecía del tamaño de mi mano .

— ¿Qué ? ¿Qué es lo que tengo ?— dijo intentando ver

— ¡Tenemos que sacarlo ! — el vidrio incrustado.

— ¿Sacar qué ?

— Está bien tranquilízate, hay un pedazo de cristal incrustado en tu espalda y lo tenemos que sacar

— ¿Qué ?— dijo mientras fruncía el ceño

— Probablemente no lo notaste por la adrenalina del choque... pero está ahí

— ¿ No crees que hay que esperar al médico ?

— ¿Esperar ? dijo que llegaría dentro de treinta minutos y ya pasaron, no tenemos tiempo y esa cosa te lastima— lo mire muy decidida — Ahora date la vuelta, iré por alcohol y por gasas, no te preocupes, se lo que hago, he leído muchos libros de medicina— él parecía asustado y parecía no confiar en mí— Si te parece bien, iré por las cosas y esperaremos a que el doctor llegue

— Me parece bien— dijo algo nervioso. Salí de la habitación y fui por las cosas para curarle, corrí a la biblioteca y cogí el libro de medicina que ya había leído tres veces, deje primero el libro en la habitación y después volví a bajar por los utensilios, dure unos quince minutos recolectando todo, cuando escuche que tocaban a la puerta; la abrí y era el doctor, mientras lo llevaba a la habitación le conté lo sucedido y él dijo que teníamos que apresurarnos.

Al entrar a la habitación el hombre de cabello castaño ya se encontraba boca abajo — El doctor ya está aquí — dije mientras me acercaba a él .

— Bueno tenemos que proseguir — el doctor sacó de su maletín una botella de alcohol. 

Víctor me miró asustado y dijo —¿Acaso no me van a anestesiar?

—Me temo que no traje anestesia, pero puedo darte pastillas para el dolor, pero su efecto no es tan rápido como la anestesia— dijo el doctor apenado, mientras sacaba de su maletín frascos llenos con pastillas, entonces volteó hacia mí —¿Podrías traer un vaso, toallas limpias y alcohol? algo fuerte, puede ser vodka o tequila

Lo mire sorprendida, pero no le cuestione—¡Si, ahora regreso !

Fui por lo indicado y cuando regrese el doctor ponía alcohol por toda la herida, Víctor gritaba de dolor; me acerque a los dos y le entregue las toallas.

— ¡Ahora dale un trago al muchacho ! — dijo el doctor , yo lo mire extrañada —Anda, anda que no hay tiempo 

Tome el vaso y le serví el tequila, Víctor me miró realmente asustado y lo bebió de un solo trago .

—Muchacho llegó la hora, a la cuenta de tres lo sacare, primero será lento y después rápido así que respira—¡Sirve otro trago !— dijo el doctor

—Si— hice lo dicho y de igual manera se lo bebió rápido —Él me miró desconsolado y me pregunto—¿Podrías darme tu mano ?

—Si claro —el la sujeto y le dio la señal al doctor de que prosiguiera .

— Esta bien ¡¡ 1 ... 2 ... 3 !! — el doctor tiró con fuerza, Víctor apretó mi mano y soltó un fuerte grito —Respira todavía queda un pedazo dentro—dijo el doctor. Pude notar que Víctor soltó una lágrima y sin soltarme de su mano le serví otro trago— ¡¡ 1...2...3 !!— dijo el doctor.

 Volvió a tirar con la misma fuerza y este salió, Víctor volvió a gritar y sumergió su rostro en las colchas, el doctor sonrió de felicidad y caminó hasta su maletín, dejo el vidrio en una de las toallas, sacó una aguja quirúrgica  y un hilo de su maletín, se acercó de nuevo a Víctor y dijo— Todavía no hemos acabado, tendré que coserte y eso será todo —cuando el doctor dijo eso, él volvió a apretar mi mano y no dijo nada, el doctor limpio la herida y encajó la aguja en su piel que ya estaba roja.

 Víctor comenzó a gritar aún más fuerte  y sumergió sus gritos en la almohada, yo me acerque a él y le dije al oído— Ya va a acabar, falta poco, resiste— Comencé a acariciar su piel y el se comenzó a tranquilizar .

El doctor terminó su trabajo y pidió hablar conmigo a solas, él me dio todas las indicaciones de que hacer , y me dio la receta de los medicamentos. Estuve en vela toda la noche, Victor se encontraba un poco sedado por los fuertes medicamentos , así que a cada quejido me levantaba a revisarlo .

—Señorita si quiere vaya a darse un baño, yo lo cuidare— dijo una de las sirvientas de la casa.

—Sí, me parece una buena idea, gracias — salí de la habitación y me comencé a estirar, fui al baño y me comencé a desnudar, para después darme un baño fresco y relajante. Entre a mi habitación y tome un pequeño vestido de satén color beige, seque mi cabello, puse perfume en mi cuello y un poco en mi cabello, tome un poco de rubor y le di color a mis mejillas. Fui por unas flores silvestres y las lleve a la habitación de Víctor .

—¡Buenos días !— dije mientras abría las cortinas para que el sol iluminara el cuarto .

—Buenos días— Víctor se recargaba en la cabecera de la cama, cuando me vio en ese pequeño vestido, bajo su mirada y se comenzó a poner rojo. 

Puse las flores cerca de su cama y le acomode las almohadas, mientras hacía todo eso el no decía nada , solo se quedaba callado. Me senté en la cama y le dije — Eres demasiado tímido—el levanto su mirada y no dijo nada—¿Como te has sentido ? —le pregunté

—Bien, muchas gracias por su hospitalidad señorita — me reí cuando terminó la frase y le dije— Si quieres me puedes llamar Amelia... a mi también me gustaría llamarte por tu nombre , ¿puedo ? 

El emitió una perfecta sonrisa —Si me puedes llamar por mi nombre, Amelia — le regrese la sonrisa y le pregunte—¿Bueno tienes algún familiar preocupado al que tenga que llamar ? 

—No, no tengo, pero me gustaría que llamaras a mi trabajo y que les explicaras porque no pude llegar  

—Si , dime el teléfono — fui por un papel y una pluma; él comenzó a dictar los números , pero cuando vi los números me di cuenta de algo— Este es el teléfono de la oficina del sheriff Dixon 

—¿ Lo conoces ? 

—Si...algo así, pero ¿en qué trabaja usted ? 

—Soy detective, en realidad la policía de este pueblo me solicitó, pues están investigando a un asesino y varios desaparecimientos— lo mire con gran nerviosismo y me levanté de la cama , escondí mi rostro y comencé a pensar. 

Que demonios me sucedía , me había olvidado por completo de Edgar , aquel hombre que me hacía sentir amada y me hacía temblar de deseo con un solo beso, aquel hombre ...un asesino , un siniestro asesino .

—¿Sucede algo ?— Preguntó Víctor .

—No, en lo absoluto —mire su rostro y los pensamientos me comenzaron a golpear —Sabes tengo que ir a la biblioteca, una de las sirvientas te vendrá a cuidar, le pediré que llame a tu trabajo—no dije más y salí realmente apresurada .





EL LADO OSCURO DE LA INOCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora