CAPITULO 15

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Mientras me encontraba sentada en medio del bosque donde ruidos humanos no me aturdían , el viento soplaba fuerte y los pájaros canturriaban, dibujaba una pequeña flor azul.

Termine de maquillar mi pequeña flor, recogí mi lienzo y mis pinturas, mire al cielo y comenzaba a llover. Me puse mi abrigo amarillo y comencé a apresurar mi caminar, pero fue en vano pues la lluvia llego con gran fuerza , mis zapatos se enlodaban , mi cabello se mojaba , mi flor se escurría y el viento me daba en la cara. Ya podía ver la casa cuando escuche la campana, era la hora de cenar. 

Abrí la puerta lentamente y entre silenciosamente, deje mi cuadro y mis pinturas recargadas en una pared. A lo lejos se escuchaban voces y ese olor ... ese olor que me llenaba de odio y abandono. Seguí caminando, mis zapatos ensuciaban el camino, mi ropa escurría agua y mi cabello mojaban el suelo. Abrí las puertas del comedor y vi a Edgar, mi tío y una mujer rubia de piel blanca, labios perfectamente pintados y vestía ropa cara .

—¡Amelia querida !— dijo la mujer.

Mi tío y Edgar tenían esa expresión de susto en sus rostros, camine hasta mi asiento y tome lugar por lo que la tela de la silla se mojaba, así como el suelo de madera. 

—Hola Madre— dije viéndola a aquellos penetrantes ojos grises, cuando la salude una sonrisa enferma y hambrienta de venganza se dibujaron mis pálidos labios.

— Ursula nos ha sorprendido con su visita— dijo mi tío con sumo cuidado al no saber como reaccionaria a la presencia de la mujer, el me miraba algo asustado por mi apariencia.

—Si cariño, quería saber como te encontrabas— dijo sonriendo superficialmente mi madre.

—Madre estoy bien—dije un poco seca, vi que Edgar observaba cada movimiento que hacia al igual que mi tío, por lo que quería que notaran que todo estaba bien conmigo—¿Y tú qué tal ? ¿cómo están los niños ?

Mi madre se sorprendió por mi interes en ella, por lo que sonrió  —Bien en casa, les he comprado una mascota y hemos salido a pasear. 

—¿Mascota ?— le cuestiones mientras entrecerraba mis ojos y le hablaba en un tono algo maleducado.

—Si Amelia no creo que no sepas que es —dijo burlándose.

Reí sarcásticamente y la mire a los ojos— Si se que es madre solo que vino un recuerdo a mi mente diciendo que tu eres una mentirosa —ella me miro incrédula y aparto su mirada de mi —Jamas me dejaste comprar una mascota decías que eras alérgica o ¿acaso ya lo olvidaste?— suspire enojada y le seguí hablando— Entonces confirmo mis sospechas de que eres una vil mentirosa — comenzaba a perder mis estribos— Jamas me dabas las buenas noches —comencé a levantar mi voz —Dime el día que me dejaste abrazarte o darte un beso—mi madre se comenzó a asustar— Oh y en mis cumpleaños me dejabas sola, sola madre, mi padre viajaba y tu te ibas a emborrachar, nunca te preocupaste por mi, vez lo que soy. Me has convertido en un monstruo ¡mírame !— grite con gran furia en mi voz , mis ojos se humedecían y ya casi salían las lagrimas.

Salí del comedor enojada, furiosa, sentia que me hervía la sangre con su simple presencia. Fui al gran salón, un lugar con estatuas de mármol blanco y enormes sillones circulares tapizados de terciopelo verde esmeralda, dos en cada extremo del enorme lugar. Comencé a gritar y desquitarme, golpeaba todo, rompí varios  jarrones y aventaba cosas por todos lados cuando vi que Edgar se acercaba; lo mire con gran tristeza, entonces me senté en el suelo y recargue mi cabeza en mis rodillas. Intente limpiar las lagrimas pero era imposible eran tantas.

—¿Amelia te encuentras bien ?—dijo sentándose junto a mi.

—No, nada bien—me miro a los ojos y me sonrió de una manera triste.

— ¿Cuéntame por que la odias?

Suspire y baje la mirada me espere unos instantes y comencé a hablar —Todo lo que dije ahí dentro era verdad, ella me dejo aquí desde los nueve años, para ella cazarse con un multimillonario francés. Tuvieron dos gemelos Charlie y Connor dos pequeños pelirrojos que apenas si saben mi nombre— rei mirando a la nada, mientras las lagrimas me recorrían el rostro —Ella me olvido aquí , solo me visita cuando se acuerda de mi , como podrás ver solo hay gente visitándome .

Edgar me abrazo fuertemente y me dijo al oído—Amelia existe una palabra que siempre esta en mi vocabulario 

—¿Y cual es — susurre con la voz quebrada.

—venganza 

EL LADO OSCURO DE LA INOCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora