Después de aquel suceso aquella tarde después del entierro de mi tía abuela Elizabeth, las cosas cambiaron. Edgar me evito por una semana, a decir verdad yo también lo evitaba, era como si los dos quisiéramos recuperar la compostura, pero cuando estábamos en la misma habitación el deseo nos poseía y no podíamos evitar querer contacto físico. Por lo que se encerró esos días tardes enteras trabajando con Calvin.
Me encontraba frente al espejo de piso viendo mi cuerpo desnudo, pues a decir verdad nunca le había prestado atención, ni siquiera al sexo opuesto.
—Amelia la señorita Rumsfeld te espera— dijo Nana por detrás de la puerta, rápido me reincorpore y me fui a vestir. Sali con un vestido sin mangas color melocotón y recogí mi cabellera oscura con una semi coleta y me puse un poco de perfume francés.
Baje rápido los escalones de la escalera curva mientras tarareaba la melodía que escuchaba siempre.
—¡Buenos días Amelia ! —aparecí de repente en el salón del piano, cuando vi a Rumsfeld la salude y tome asiento a un costado de ella, pues una mesa de mármol nos separaba.
—¿Quisieran algo de te? — dijo Nana apareciendo en el salón
—Yo si Nana— dije poniéndome cómoda
—Yo igual— dijo la mujer de cabello rubio oscuro.
Mientras Nana traía el te, Rumsfeld hablaba conmigo sobre la muerte de mi tía Elizabeth, me daba el pésame preocupada por mi estabilidad emocional, cuando vi que Edgar bajo. Nana llego con una charola dorada y nos entrego el te.
—Gracias— ambas dijimos al mismo tiempo. Después de unos momentos por la puerta lateral del salón vi que Edgar se sentó en el desayunador, este trajo los ingredientes para degustar un cereal. Sin notar que yo lo miraba Rumsfeld hablaba al fondo indicando que haríamos para la clase del día de hoy. Yo no paraba de sonreír mientras lo veía a el, tan solo no podía dejar de pensar en lo que había sucedido aquella noche con Edgar .
—¿Por que estas tan feliz ? — pregunto Rumsfeld, intentando captar mi atención. Ella le dio un sorbo a su taza, a lo que sonreí.
—Estoy recordando
—¿Recordando?
—Si, estoy recordando como perdí la virginidad— dije en un tono mas elevado. Entonces voltee a ver a Edgar quien apenas iba a tomar un bocado de su cereal, cuando escucho lo que dije y se detuvo. Todo quedo en silencio y pude notar ese color rojo en sus mejillas, el me volteo a ver y me sonrió, bajo su mirada y siguió con su cereal.
—¿Virginidad?— pregunto Rumsfeld casi boquiabierta.
—Si, es algo que nos sucede a todos
—Si, si se que es Amelia solo que pienso que ere aun muy pequeña, para hablar de ese tema
—¿Pequeña ? tonterías yo solo quería platicar contigo acerca de eso, pero si te vas a comportar de tal manera me iré a leer un libro—Rumsfeld me miro seria y solo se atrevió a sacar un libro de su bolso café, me lo entrego y le tomo un sorbo a su te dejando que me fuera sola a leer—Estaré en la biblioteca— le dije saliendo del salón.
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EL LADO OSCURO DE LA INOCENCIA
HorrorESTA TOTALMENTE PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE ESTA OBRA .