A cinco centímetros. [YOONMIN]

3. una pequeña perspectiva.

 "Ven y encuentrame en la oscuridad ahora,

Cada día me estoy rompiendo, 

No quiero seguir luchando solo, 

Sácame de la prisión de mi propio orgullo. "

Ashes remain - On my own.

El toque de queda había dado, los subordinados de NamJoon debían reunirse y entre ellos, una peculiar pareja conformada por Jimin y Yoongi se encontraba.

Jimin observó a YoonGi quien se encontraba sentado en el suelo.

–¿Esperas algún mensaje? –Preguntó curioso.

YoonGi bajó el celular y le observó fijamente por unos segundos para finalmente sonreir levemente.

–¿De quién esperaría un mensaje? –respondió finalmente.

–No lo sé, tu mamá... Tu novia... No sé –dijo encogiéndose de hombros.

YoonGi chasqueó la lengua y rio sarcásticamente.

–Pues, no tengo novia, así que tienes el camino libre –soltó sin rodeos.

Jimin se ruborizó ante aquella respuesta.

–Pero ¿qué clases de disparates sueltas? ¿Acaso te gustan los hombres?

–Y las mujeres y todo aquello que se mueva –soltó riendo.

Jimin le miraba serio sin saber si tomar aquella respuesta en serio o tomarla a broma.

–Eres muy extraño, Suga –dijo finalmente.

YoonGi sonrió, regresando la vista al celular.

Ante los ojos de Jimin, YoonGi realmente esperaba algún mensaje o una llamada. Algo, cualquier cosa.

Como si deseara que alguien tomara importancia de si el se encontraba bien o si necesitaba algo.

Jimin se dio su tiempo para observar a YoonGi.

Miró detalladamente lo delgado que era, y a pesar de ser tan delgado, lucía como alguien con bastante fuerza. La piel pálida de YoonGi atrapó por completo la atención de Jimin el cabello blanco resaltaba la palidez del chico.

YoonGi, ante los ojos de Jimin tenía un rostro lindo, facciones bastante finas.

Le gustó como YoonGi esbozaba pequeñas sonrisas que matarían de dulzura a cualquiera.

Jimin comenzaba a temer el perder el control.

Comenzaba a considerar que si YoonGi junto a su dulce sonrisa, su linda cara y tan curiosas expresiones le llegasen a causar un coma diabético. Pero de alguna manera, la idea de morir a causa del pálido chico, no le desagradaba.

Jimin debía admitir que desde que YoonGi le inspiró confianza en aquel lugar lleno de locos podía confiar ciegamente en el, era simplemente una corazonada.

Jimin podría decir que, tal vez, se sentía atraído por YoonGi, aunque también le eran incómodas las bromas que soltaba.

Atracción...

No podía decir que era amor porque apenas tenían horas de conocerse y Jimin no era de las personas que creían en el amor a primera vista o almas gemelas.