Verguenza

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Estoy en un estado de Shock del que dudo que pueda salir por lo menos en unas horas. Ellen se presento con Deavon, hablaron acerca de la mudanza y yo seguía sin poder unirme a ellos, principalmente por lo que acaba había dicho antes Ellen, y terminando porque el tipo me pone los nervios de punta y esto no suele pasarme a mí.

-        Bueno, yo creo que debo irme. –Sonrió de nuevo- Espero pasen una linda tarde chicas. –Beso la mejilla de Ellen y se despidió de mí sacudiendo su mano.

Cierro la puerta como puedo y me quedo mirando a Ellen por la estupidez que acaba de cometer, quiero mudarme de edificio, de ciudad y hasta de país; no lo puedo creer, creo que en este momento preferiría haberle hecho caso a mi madre y mudarme a una casa en los suburbios.

-        Te juro que si hubiera sabido que estaba el bombón ese ahí, no digo nada. –Esa es su forma de disculparse.- ¡Perdón Alice!

-        No me digas nada. –Dije con una pausa entre cada palabra.

-        Alice...

-        No. –Advertí.

Camine como pude hasta mi habitación y me encerré con llave. Escaneo detalladamente cada una de las cosas que han pasado desde esta mañana y determino que definitivamente no es mi día.

Después de unos minutos, intento de convencerme que no importa lo que piense él, eso no quiere decir que mientras viva aquí quiero encontrármelo porque me muero de vergüenza, además, debe de estar pensando que soy una cualquiera en este momento.

-        Alice, ya... perdóname. –Ellen lleva rato rogándome desde el otro lado de la puerta que salga pero no la quiero ver, no ahora.

Me tapo el rostro con mi almohada y busco eliminar todo lo que tenga que ver con Deavon, así dejo de sentirme así, pero, en cambio; termino escuchando la voz de Mery, que parece haber llegado exigiéndome que salga de mi cueva sino quiere que entre.

-        Voy, voy. –Respondo y me levanto quejándome de la cama para salir de mi encierro.

-        ¡Al fin! –Celebra Ellen pero en el momento en que la miro, se encoge de hombros, quiero matarla ahora mismo.

-        Estoy tratando de luchar con mis instintos asesinos en este momento, Ellen. –Ella me mira y entiende que no estoy lista para hablarle aun.

-        Ya, no seas exagerada. –Mery interviene pero eso no va hacer que cambie de opinión.

-        Principalmente salí porque tengo hambre, así que no quiero ningún comentario al respecto, ni de Deavon, ni de mis sueños, ni de los comentarios desubicados de Ellen, ¿Estamos?

Ambas asintieron y me acompañaron hasta la cocina y termino de cortar los vegetales para hacer la salsa de la pasta que había montado antes y que por mi torpeza jamás se cocino, se me olvido encender la hornilla. Mery saco el jugo de la nevera y le sirvió a Ellen mientras hablaban acerca de lo guapo que es mi nuevo vecino, el tema realmente me molesta, ya las veo aquí metidas "cazándolo" suelen hacer eso cuando les gusta el mismo hombre y competir a ver quién se lo folla primero.

-        Esta para comérselo entero, pero todo con calma, desde los brazos hasta la punta de los pies. –Escucho expresarse a Ellen y me provoca rogarle que se calle, pero sin embargo sigo cocinando tranquilamente.

-        ¿Tan así? –Pregunta con mucho  interés Mery- Alice, dime que vas a presentarle al nuevo vecino. –La ignoro porque el tema no me interesa realmente- Oye, deja de ignorarnos.

ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora