Prohibido

Déjame hacer las cosas a mi manera

                 

Juego a lo mismo que Deavon, no lo miro pero sé que está observándome y lo sé porque todo mi cuerpo se siente tenso y él es el único que logra ponerme así con solo mirarme. Además, el amigo de Mery no es exactamente mi tipo.

-      ¿Quieres bailar?

-      Seguro. –Le sonrió y cuando damos la vuelta me percato que Deavon viene hacia acá.

No puedo evitar sentirme tensa, así que una vez que lo tengo enfrente me aferro del agarre del chico este que no recuerdo el nombre, se ven por unos segundos y Deavon sonríe de esa estúpida manera que hace que todo el mundo se venga a sus jodidos pies.

-      Amigo ella sí va a bailar, pero no contigo. –Sostiene mi mano- Siento que te haya utilizado para darme celos, lograste tu cometido, suelta a mí chica.

¡Mierda! Ahora sí lo mato.

-      Déjame hablar con él, estoy contigo en unos minutos. –Le digo al amigo de Mery que se retira lo suficientemente ofendido como para que no quiera saber más nada de mí.

-      Lo lograste, pero aun no ganas ¿Sabes?

-      Tú claramente no tienes ningún tipo de filtro. –Quiero ahorcarlo- ¿Por qué le dijiste eso?

-      El chico realmente creía que tenía alguna posibilidad contigo. –Se ríe- No soportaba verlo sonreírte y que además, cada vez que podía miraba tu escote.

-      Eres un idiota y un machista.

Deavon se ríe. ¿Todo le causa gracia?

-      No soy machista, soy realista ¿Tenía algún chance contigo? Es feo utilizar a las personas.

-      No lo estaba utilizando para nada. –No dejo de mirarlo porque sé que no me está creyendo-  Es un tipo agradable.

-      Claro, los perritos son agradables, pero unos te gustan más que otros ¿No? –Deavon mira a nuestro alrededor y yo lo imito, de golpe me sostiene de la cintura acercándome a él y me sonríe- Bailemos.

-      Mejor no. –Sonrío- Iré a bailar con mi amigo nuevo, quizás deberías decirle a Margot que bailen. –Le sugiero pero realmente espero que no lo haga.

-      Alguien le dijo que era gay... -Se ríe y me mira con picardía- Que loco, quizás debería de demostrarle que no.

Oh, no se te ocurra Hunter.

-      Tocas a otra y te olvidas de mí. –Advierto.

-      Jamás podría volver a tocar a otra mujer Alice.

-      Eres un idiota. –Repito.

-      Tú idiota en todo caso. –Me guiña el ojo y toma mí mano con la suya llevándome a la pista.- Es hora que cumplas tu promesa y me vuelvas loco... -se acerca para susurrarme en el oído- De la cama nos encargamos después.

¡Mierda! El maldito tiene todo el poder sobre esto y en serio no me agrada. Sin embargo, muero por bailar y realmente no quería hacerlo con alguien más que no fuera él. El DJ se encarga de activar la música que estaba bastante pesada por algo más movido así que cuando mi cerebro se conecta con mis caderas comienzo a bailar al ritmo de Rihana con Work.

Mis movimientos son lentos pero tengo los ojos de Deavon en los míos y sus manos en mi cadera absorbiendo cada uno de mis delicados movimientos. Deavon se ríe y me acerca más a él.

-      Este tipo de música no me agrada. –Se ríe.

-      ¿Ah no? –Muerdo mi labio inferior y noto que su mirada se oscurece sacudiendo su cabeza.