8.

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Miles de combinaciones de chicas se pasaban por mi mente mientras daba vueltas en la cama a cinco minutos de que sonara el despertador.

¿Rubia de ojos claros? Muy cliché, pero quizá lo era.

¿Morena de ojos oscuros? No me desagradaba.

¿Tal vez era pelirroja o castaña?

¿Castaño oscuro o claro?

Me encogí de hombros al aire mirando al techo con una mano detrás de mi nuca y otra en mi estómago.

Sinceramente, me daba igual cómo fuera físicamente.

No tenía un prototipo de mujer o un estándar para que me agradara mientras me gustara su personalidad.

El despertador sonó e hice la rutina para salir en mi coche oyendo algún locutor de radio a las 7 de la mañana hablar sobre las noticias.

Hoy el día se veía oscuro y nublado, y di gracias de que trabajaba en un sitio cerrado con techo y calefacción.

Aparqué y esperé por Ian apoyado por fuera de la puerta de mi coche mientras miraba en el teléfono móvil un mensaje que mi padre me mandó anoche.

No decía mucho salvo que hacía tiempo que no me pasaba a verlo. Le respondí que iría el fin de semana. Estábamos a miércoles hoy, así que tendría tiempo de organizarme.

Ian me llamó y guardé el teléfono subiendo en el ascensor. Llegamos a nuestros despachos y empezamos la jornada laboral hasta que fue la hora del descanso, pero Ian no había venido a avisarme así que salí del despacho.

Quizás tocó, no lo oí y me está esperando en la puerta del ascensor.

No. No estaba esperándome ahí.

Esperé unos minutos mirando el reloj de mi muñeca, pero no aparecía así que bajé en el ascensor en soledad, salí del edificio y entré a Juice.

Me senté leyendo la nota y me olvidé de Ian por un momento mientras pensaba en las pistas.

No era lo que aparentaba ser, tenía hermanos mayores aunque no me había dicho cuantos, tenía una casa antigua así que me confirmaba que se había mudado, y tenía entre 20-25

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No era lo que aparentaba ser, tenía hermanos mayores aunque no me había dicho cuantos, tenía una casa antigua así que me confirmaba que se había mudado, y tenía entre 20-25.

Bufé mientras seguía leyendo hasta que la camarera se acercó, tomó mi pedido y se fue.

En futuras notas me diría cosas sobre ella, una cada día y tambien me decía que asintiera con la cabeza si estaba de acuerdo porque... ¿me estaba viendo?

Miré a todos lados con una mirada curiosa y sonrisa divertida pero solo veía a la camarera acercarse.

Aún así asentí mirando todo el local.

Su chica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora