Al día siguiente me desperté con una extraña sensación en el estómago producto de la anterior noche.
Ian no se había tomado tan mal que hubiera invitado a Katie a casa, pero me dijo que podía haberle avisado y se podía haber venido él también porque estaba aburrido en la cena.
Me dijo que para la próxima vez le avisara pero, sinceramente, no sabía si habría una próxima vez porque no sabía cómo la miraría ahora a la cara sabiendo lo que estuve a punto de hacer.
A Ian no le conté que estuve a literales centímetros de besarla de nuevo, solo que hablamos contándonos anécdotas y nada más.
Me sentía muy mal conmigo mismo porque le había estado dando consejos a Ian sobre ella y luego era yo quien intentaba llevarlos a cabo aún sabiendo que Katie no era para mí.
Para mí ya había una chica desconocida que tarde o temprano conocería, pero por ahora solo podía leer sus post-it, como el que tenía en las manos en este mismo instante donde me hablaba de las próximas semanas.
Sería navidad y me dijo que su familia se estaba distanciando, que solo le quedábamos nosotros dos, las notas y su pequeño perrito.
Me daba bastante pena eso y quería conocerla, al menos para que no estuviera sola en estas fechas.
-¡Hey, peliazul! -Ian llamó a Katie de nuevo a pesar de que ya nos había traído el café hacía unos minutos.
-Dime. -Ella llegó apoyando las manos en la mesa.
-¿Qué vas a hacer en navidad? -Le preguntó Ian.
-No lo sé. Supongo que nada. -Se encogió de hombros y fruncí el ceño.
-¿Estarás sola? -Le pregunté yo ganándome su mirada pero primera vez desde que entramos.
Estaba avergonzada por nuestro casi beso, lo sabía.
Yo también.
-La pasaré sola, sí. Soy una chica solitaria. -Dijo y algo dentro de mi cerebro hizo que saltaran chispas.
-¿Qué has dicho? -Ella me miró extrañada.
-Que pasaré la navidad sola porque soy una chica solitaria. -Repitió lentamente con tono de pregunta.
-Eh... -Miré a Ian mientras sacaba el post-it de hoy de mi bolsillo. -Ella también. -Puse la nota sobre la mesa donde la chica había firmado con ese adjetivo y ambos lo leyeron.
-Entonces, supongo que debería hablar con ella y pasar las navidades juntas, así no seríamos dos chicas solitarias. -Dijo Katie y se alejó de nuestra mesa.
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Su chica.
Storie breviDonde un hombre empieza a recibir unas extrañas notas pegadas a la silla de la cafetería de siempre. ¡ATENCIÓN! No es necesario haber leído "su hombre", que la puedes encontrar en mi perfil, para entender esta historia, ya que esta es paralela a esa...