Su chica.

48.

Otra noche en vela, pero esta vez era por Katie.

Ya sabíamos qué le pasaba a una de nuestras chicas, pero necesitábamos saber qué le pasaba a Katie y no sabía qué hacer con ella puesto que nos ignoraba y eso...

Me dolía.

No sabía casi nada de ella, porque no le gustaba mucho hablar sobre sí misma, así que era verdad eso de que no tenía ni idea de qué podría pasarle.

Una parte de mi cabeza me decía que solo fue una pelea aquel día y ya, pero la otra parte me decía que no, que había algo más que estaba pasando por alto.

A eso de las cinco de la madrugada, una llamada en mi teléfono me sobresaltó y me levanté a atender el móvil encima del escritorio de mi habitación.

–¿Diga? –Descolgué.

–Ábreme la puerta. –Y colgó.

Volví a dejar el teléfono sobre el mismo sitio y salí de la habitación, yendo hacia la entrada y abriendo para ver a Ian ahí parado apoyándose con una mano del marco de la puerta.

–¿¡Pero qué te ha pasado!? –Exclamé.

–Dijiste que hiciera algo por ayudarla y eso he hecho. –Dijo entrando a mi casa.

–¿Qué ha pasado? –Él fue hasta la sala encendiendo la luz y yo a la cocina a buscar hielo.

–Me puse en contacto con mi hermana y me dio la dirección de la casa de ella, así que fui, que está bastante lejos por cierto, y ella estaba ahí en la calle. –Le di el hielo envuelto en un trapo y se lo puso en el ojo.

–¿En la calle? –Asintió.

–Sí, en la calle. Sus hermanos también estaban, ella a penas tenía ropa, lloraba como nunca había visto llorar a nadie y ahí estaba él. El chico que la maltrataba. –Apretó la mandíbula demasiado molesto.

–Y te pegaste con él. –Afirmé.

–Con Drake. El futuro marido de mi hermana. –Dijo con rabia y se levantó muy enfadado. –¡Te dije que ese chico no me gustaba! –Exclamó dejando el hielo sobre la mesa.

–¿Puedes explicarme la historia del principio? –Pregunté un poco perdido.

–Drake, el supuesto marido de mi hermana, es el ex-novio maltratador de... –Suspiró. –Ella, la chica de las notas. –Asentí bastante en shock. –Bien, como yo no sabía dónde vivía ella, le pregunté a mi hermana, porque es su supuesta fotógrafa nupcial. –Volví a asentir. –Cuando fui a su casa, sus hermanos estaban ahí con ella y Drake, alguno de ellos también estaba como yo o peor, así que intuí que le habían pegado también y yo no pude controlarme y también me peleé. –Finalizó.

–No sé qué decir. –Me sinceré.

–Ella va a estar bien, no te preocupes más. –Bufé.

–¿Y Katie? –Le pregunté y sonrió.

–Está bien. Me ha hablado disculpándose y me dijo que tuvo una pelea aquel día, que no quería que la viéramos así. –Aclaró.

–Entonces, ¿están bien las dos? –Ian asintió con ganas de reír.

–Sí, hermano, sí. Las dos están bien. –Palmeó mi hombro.

Él fue al baño a terminar de curarse la sangre seca que tenía en su nariz y en su labio, y luego, a las casi 7 de la mañana, se fue a prepararse para ir a trabajar, por lo que yo no volví a dormir.

Aunque me estaba muriendo de sueño mientras me daba una rápida ducha, acabé de prepararme y también salí de casa para ir al trabajo.

A media mañana, en Juice, la nota de hoy solo me explicaba lo mismo que Ian me explicó ayer y Katie parecía un poco más confiada a acercarse.

Hoy no agachó tanto la cabeza cuando dejó los cafés sobre la mesa.