-¿Por qué has tardado tanto? -Dijo Ian que estaba sentado en las escaleras frente a la puerta de mi casa.
-Lo siento. -Dije mientras abría.
-¿Qué hacías con Katie? -Preguntó entrando detrás de mí y cerrando detrás de él.
-No te pongas celoso, solo hablábamos. -Sonrió mientras me quitaba la chaqueta.
-¿De qué? ¿Por qué? ¿Cómo...? -Le interrumpí.
-Hey, hey, hey, Ian, tranquilo. -Se rió. -Dame la carta y vete para que la pueda leer tranquilo. -Estiré la mano y la sacó del bolsillo de la chaqueta.
-Se suponía que tenía que habértela dado esta mañana en la cafetería pero se me olvidó, así que lo haré ahora -la tendió hacia a mí y la retiró- aunque antes de dártela me dirás de qué estuviste hablando con Katie y porqué. -No borraba su sonrisa.
-Pues... -Me interrumpió.
-Es que no puedo creer que fueras a Juice de nuevo... -Frunció el ceño. -¡Y sin mí! -Se señaló y reí.
-No fui a Juice de nuevo sin ti. -Me senté en el sofá. -Salí de trabajar ahora porque Michael me hizo quedarme un rato más para organizar unos papeles o algo así y Katie estaba intentado cerrar la reja de la cafetería pero es demasiado pequeña y no llegaba -me reí recordando sus saltitos-, así que aparqué a un lado y la ayudé. -Se sentó frente a mí.
-¿Y...? -Preguntó curioso.
-Y nada más, ¿qué más va a pasar? -Se encogió de hombros. -Le pregunté por la chica de las notas pero dijo que ella le había dicho que no me podía decir nada. -Ian comenzó a reír. -Es muy curioso porque Katie se rió también cuando le pregunté por la chica. -Fruncí el ceño.
-Es que ambos la conocemos. -Se excusó.
-Ya... -Asentí. Había algo que ninguno me estaba contando. -Le pregunté por ti también. -Levantó una ceja señalándose y asentí.
-¿El qué? -Se inclinó hacia adelante para escuchar mejor.
-Le pregunté que si ella y tú, ya sabes, tenían algo. -Él tragó saliva. -Me dijo que solo son buenos amigos. -Asintió.
-Te lo dije, hermano. -Se echó hacia atrás de nuevo.
-A ti te gusta, ¿verdad? -Miró hacia otro lado.
-Ella no es para mí. -Dijo mirando algún punto del suelo.
-No sé porqué dices eso. El otro día salieron juntos, me has dicho que la has abrazado y... -Me callé de golpe cuando recordé que yo también la había abrazado e incluso le propuse salir un día para contarle las batallas de mi amigo.
No sabía porqué le había propuesto eso. ¿Para hacer que ella gustara de él?
-¿Por qué te callas? -Preguntó mirándome.
-Por nada. -Me encogí de hombros. -Solo creo que algún día deberías de intentar... No sé, besarla o algo así. -Ian negó.
-No funciona así con ella. -Suspiré derrotado.
-Ian, no sé porqué estás tan negativo con esta chica pero tú no eres así cuando se trata de mujeres. ¡Vamos, se supone que no hay mujer que se te resista! -Rió un poco.
-Ella sí. -Asintió sin mirarme y luego lo hizo. -Te he dicho en muchas ocasiones que Katie es diferente a todas las demás mujeres tanto con las que he estado como con las que no. Es diferente en todos los sentidos. -Miró la carta entre sus manos. -Toma. -Me la dio.
-Hey, vamos, anímate. Podemos salir mañana viernes por la noche. Te dejo elegir el sitio esta vez y prometo no quejarme. -Propuse agarrando la carta y él rió.
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Su chica.
Short StoryDonde un hombre empieza a recibir unas extrañas notas pegadas a la silla de la cafetería de siempre. ¡ATENCIÓN! No es necesario haber leído "su hombre", que la puedes encontrar en mi perfil, para entender esta historia, ya que esta es paralela a esa...