Capítulo 5

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Me desperté. Estaba tumbada en una cómoda cama de sábanas blancas, en una habitación espaciosa. Las paredes eran de madera. Fuera estaba lloviendo y había un aire espantoso.
Se abrió la puerta de la habitación y apareció un chico joven de unos dieciocho años, rubio, alto y con ojos verdes. Me asusté al verle.
-Vaya, veo que te has despertado -dijo sonriendo-, me llamo Luke, te encontré ayer inconsciente en el bosque, llena de barro, y te traje a mi casa.
Le sonreí. Él traía un vaso de agua que me entregó. Me lo bebí entero, tenía mucha sed. Se sentó a mi lado sonriendo. Yo me incorporé y me senté también, estaba bastante nerviosa.
-¿Cómo te llamas? -me preguntó-.
-Nerea.
-¿Nerea? Que nombre más extraño, nunca lo había oído... - dijo extrañado- ¿de dónde eres?
-Soy de España, pero me mudé aquí hace unos años.
-Aah.
-¡Luke! -alguien con una voz grave gritó- ¿dónde estás?
-¡Arriba!
-¡Pues ven!
-Lo siento, ahora vuelvo -me dijo-.
-Vale -le contesté-.
Salió de la habitación cerrando la puerta suavemente. Me quedé sentada un poco confusa. Escuché gritos abajo, algo sobre alguien llamado Javier. Mi padre se llamaba Javier, pero no creía que estuvieran hablando de él... Después de unos minutos de espera Luke volvió a entrar pero esta vez con un hombre de unos treinta años pero pelo muy canoso.
-Hola - dijo Luke-.
-Hola Luke. Buenas tardes señor.
-Buenas tardes -dijo el hombre bruscamente- ¿tú eres la chica? Bien. Yo me llamo Russell. ¿Y tú?
-Nerea -contesté vergonzosamente-.
-¿De dónde ha salido esta chica? -le preguntó a Luke-.
-La encontré en el bosque...
-Ah -interrumpió Russell- ¿le has dado algo de comer o de beber? Ve a por algo.
-Sí, padre...
Se respondía a sí mismo las preguntas, así que no daba tiempo a responderlas. Luke se fue y nos quedamos solos Russell y yo. Daba un poco de miedo ese hombre, cada vez que me miraba me recorría un escalofrío por todo el cuerpo.
-Bueno, ¿de dónde eres? ¿Quiénes son tus padres? ¿Dónde vives? Vamos responde.
-Eeem... -me puso nerviosa con todas esas preguntas- soy de España, vivo en Colorado y mis padres son Javier y Laura, digo...
-Un momento... -dijo pensativo- ¿cuál es el apellido de tu padre?
-Eeem... Pues... -no quería decir el verdadero por si le conocía- es López.
-Ah, vale pensé... -se paró de pronto y cambió de tema- ¿qué hacías sola en el bosque?
-Pues yo... estaba...
-Se te ve nerviosa -me volvió a interrumpir- ¿qué te ocurre? Ah, claro, te da corte estar con alguien que no conoces.
Asentí con la cabeza. Cada vez me daba más mal rollo estar con él. Por fin se abrió la puerta y apareció Luke con una bandeja de llena de comida. Le di las gracias y me lo comí todo. Hubo un largo e incómodo silencio. Russell estaba quieto y serio sin decir nada, absorto en sus pensamientos, Luke estaba de pie contra la puerta mirando hacia abajo y yo sentada en la cama mirándoles.
-¿Quieres qué te enseñe la casa? - preguntó Luke-.
-Vale -respondí-.
Me levanté y seguí a Luke por la casa mientras que Russell nos seguía. Era una casa grande y acogedora. Después de haber visto toda la casa Russell propuso jugar a algún juego en la sala de juegos con una radiante sonrisa. Era la primera vez que le veía sonreír con tanto entusiasmo. Afirmamos y fuimos para allá. Jugamos al billar y al poker. Luego Russell dijo que era músico, así que nos tocó un par de canciones country. Al final Russell no resultaba ser tan malo como había pensado y me lo pasé muy bien.
Por la noche cenamos y enseguida me fui a la cama. Estuve pensando un largo rato sobre cómo había llegado hasta aquí y sobre qué estarían haciendo Lew y Daniel. Esperaba que vinieran a ayudarme.
Al día siguiente me despertaron los fuertes rayos de sol, era increíble cómo había cambiado el tiempo de un día para otro. Cuando bajaba a desayunar alguien llamó a la puerta, Luke la abrió. Me había entusiasmado, pensé que era Daniel que venía a ayudarme, pero solo era Russell que se había ido a comprar y se había dejado las llaves. Me había comprado una camiseta y unos pantalones ya que mi ropa acabó sucia y destrozada.
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Este capítulo lo dedico a los fallecidos y a sus familias en el atentado de París.

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