Llegó el día del juicio. Estaba nerviosa y asustada. Y además, no tenía ningún abogado. Ese no es un juicio en condiciones.
Nos preparamos y nos presentamos ante el juzgado.
-Hola, señorita, soy su abogado, el señor McMiller.
-Hola -dije alegrándome al saber que sí tenía abogado-.
-Bien, venga conmigo y cuénteme por qué está aquí.
Le conté todo en un pequeño despacho. Luego nos dirigimos a la sala en donde se llevaría a cabo el juicio.
El juez hizo varias preguntas a mi madre, a Rick y a Daniel. Después, me hicieron preguntas incómodas. Aproveché en contar lo de Anne pero no me creyeron al no tener pruebas.
-Rick -empezó el juez-, queda declarado inocente.
Vi como daba saltos de alegría. ¿Cómo podían dejar a ese tipo suelto? Me levanté de golpe de la mesa y salí fuera del edificio. Las lágrimas salieron. Emprendí camino hacia mi casa. Entré, me tumbé en el sofá, me arropé con una manta y encendí la televisión.
Llegaron mi madre, Rick y Daniel. Suspiré.
-Lo siento -me murmuró Daniel-.
-¿Qué sientes, que haya perdido en el juicio o que intentaras llevarme a un psicologo? -pregunté enfadada-.
-Que hayas perdido el juicio. Todavía sigo pensando que estás loca.
-¿Ahora piensas que estoy loca?, antes decías que solo me querías llevar al psicólogo. ¿Sabes?, no ha sido buena idea que nos reconciliáramos.Las violaciones se repitieron todas la semanas durante algunos meses. No podía defenderme, era muy fuerte. Como nadie me creía dejé de contarles todo esto. Un día estaba yo en mi habitación, esperaba que entrase Rick, pero no entró, ya se había cansado. Me sentí alegre y libre, ¡por fin había salido de ese infierno!
No volví a ver rastro de Anne, así que decidí utilizar la máquina del tiempo y averiguar quién era esa chica y por qué Rick la había matado.
No se podía abrir la puerta de la casa de Lew. Forcé una de las ventanas y pasé. El polvo y la suciedad cubrían toda la casa. Entré en el laboratorio y entré en la máquina del tiempo. Cambié la fecha del letrero a Nochebuena del año pasado.
Sonaron ruidos y aparecieron muchos colores.Aparecí en el cuarto de baño de la habitación de mi madre y de Rick. Abrí lentamente la puerta y vi a Rick besando a una chica, supuse que era Anne. Rick la besaba por el cuello, entonces Anne dijo algo que no pude escuchar y Rick se levantó de golpe. Empezaron a discutir y Rick llegó a tal punto de cólera que sacó la pistola y la disparó tres veces. Mi yo del pasado llamó a la puerta en ese mismo instante, Rick abrió la puerta y yo aproveché para sacar alguna foto. Después de que Rick terminase de hablar, cogió a Anne y la metió dentro de la trampilla.
Me metí en la máquina del tiempo y cambié la fecha a un día después por la noche, que fue cuando seguramente se deshizo de Anne y de todas mis pruebas. Aparecí otra vez en aquel cuarto de baño. Rick entró en la habitación directo a la trampilla, luego sacó a Anne y la tiró por la ventana. Salió de la habitación, yo le seguí. Entró en la mía, tardó un rato en salir, así que tendría que estar deshaciéndose de mis pruebas. Salió y se dirigió abajo.
-Voy a tirar la basura -dijo a mi madre-.
Salió de la casa y yo regresé a su cuarto para ver qué hacía desde su ventana.
Rick metió el cuerpo de la mujer en una bolsa y luego la tiró a un contenedor. La ocultó detrás de otras bolsas de basura. Volvió a entrar en la casa. Yo me apresuré a volver a la máquina. Volví al presente.
Lo primero que vi fue la cara de Daniel.
-¿Qué haces aquí? -pregunté asustada-.
-No estabas en casa ni tampoco en el parque así que decidí venir aquí a buscarte. ¿A dónde has ido?
-No te importa a dónde haya ido.
-Sí me importa.
-Vamos a volver al día en el que tu padre me violaba y te voy a enseñar que yo no mentía.
-¡No! No voy a ver una mentira.
-Vale, como tú quieras.
Salí por donde había entrado y Daniel me seguía a varios pasos por detrás.
-No estés enfadada -me dijo cuando entrábamos en casa-.
-Pues si me creyeses, no estaría enfadada. Y ahora si me disculpas tengo que ir a un sitio.
Salí por la puerta, Daniel me acompañaba.
Llegamos al vertedero.
-Hola, disculpe, ¿ha visto raro últimamente? -pregunté a un hombre que trabajaba allí-.
-¿Algo raro? No sé a que te refieres, chiquilla.
-Pues como a... una persona... muerta entre la basura...
-¿Pero qué estás diciendo? ¿Estás loca? ¿Cómo van haber tirado a un muerto a la basura? -exclamó horrorizado-, ¿a qué viene esa pregunta? ¿Eres acaso del FBI?
-No... Pero...
-Pues entonces no tengo por qué responder a esa pregunta. Adiós.
-Adiós -refunfuñé-.
Íbamos de camino a casa pero se me ocurrió ir a ver la puesta de sol ya que estaba anocheciendo.
Llegamos a una pradera en la montaña situado al lado de nuestra casa. Nos sentamos uno al lado del otro.
El cielo empezaba a anaranjarse, y el sol se iba escondiendo poco a poco para dar paso a la luna.
Daniel me tomó la mano. Le miré. Me miraba serio y con brillo extraño en los ojos. Le solté la mano y continué mirando hacia el sol. Sus miradas me ponían nerviosa.
Cuando a penas se veía ya el sol nos levantamos y nos fuimos a casa.
Cuando entramos fui derecha a buscar a Rick, le iba a sacar la verdad. Estaba en su cuarto. Entré sin llamar.
-Rick.
-Se llama antes de entrar, lo sabes, ¿no?
-Calla. ¿Quién era Anne?
-¿Qué Anne?
-¡Tú sabras! Anne McCartney.
-¡Aaaaaah!, ¡claro! Hacía mucho que no escuchaba su nombre..., el otro día me acordé de ella y me pregunté: «¿Qué habrá sido de ella?»
-¿Pero qué dices? ¡Si estuviste en Nochebuena con ella! -le grité enfadada-.
-¿Yo?¿En Nochebuena? No.
-Sí, sí. Entonces, ¿con quién estabas en tu habitación antes de que fuera yo a hablar contigo? Porque solo no estabas.
-Aaah, bueno. Con tu madre.
-Mentira, mi madre estaba en la cocina. Rick dímelo, te he pillado. No puedes seguir ocultándolo.
-¡Está bien! -y susurrando añadió- te lo contaré. Anne fue una novia que tuve. Un día, hace muchos años, la dejé embarazada. Huyó y cuando dio a luz me lo dijo. Me enfadé tanto que le quité a su hijo e hice todo lo posible para quedarme con la custodia. También hice que la metieran en la cárcel, matando a alguien haciéndome pasar por ella. Estas Navidades cumplió su condena y salió de la cárcel. La invité, tuvimos una discusión y... la maté.
-¿Anne era la madre de Daniel? -grité con una mezcla de sensaciones extrañas-.
-No grites. Sí, era su madre. Por favor, no se lo digas a Daniel, él no lo sabe. Nunca he tenido el momento en el que decirle la verdad y ahora... he matado a su madre. ¡Oh, por dios!
Puse cara de sorpresa.
-No se lo digas, por favor...
-No sé, no sé...
-Por favor. Nunca más te haré lo que te hice... ¡Por favor!
-Vale.
-¡Oh! ¡Muchísimas gracias! -dijo besuqueándome las mejillas-.
-¿Cuándo te vas a entregar a la policía? -pregunté-.
-Cuando me descubran.

ESTÁS LEYENDO
Ayúdame...
Ciencia Ficción¿Os habéis preguntado alguna vez como sería viajar en la máquina del tiempo? Esta es una historia de ciencia ficción y romance en el que una chica viaja en la máquina del tiempo para arreglar las cosas.