Capítulo 10

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Me desperté. Estuve en la cama un largo rato pensando en cuál sería la reacción de Daniel, Luke, Russell y el matrimonio al no verme. Al fin me levanté y bajé a buscar a la señora. La encontré en el salón leyendo un libro.
-Hola.
-Buenos días -me dijo dulcemente- el desayuno está en la cocina.
-Vale, gracias.
Entré en la cocina y en la mesa estaba el desayuno. Me lo comí todo. Luego fui a prepararme para seguir con mi viaje.
Me despedí de la señora y salí de la casa. Eran las diez y media.
En la calle había niños jugando y gente paseando, ¡éste sí era un pueblo alegre!
Pasaron las horas y paré a comer. Me había preparado un bocadillo en casa de William. Me lo comí y seguí con mi camino.
Ya iba anocheciendo, y había llegado a otro pueblo. No tenía ni idea de dónde estaba ni si iba en dirección correcta. Decidí buscar otra casa en dónde poder alojarme. Había muchas casas y cuando me decidía a ir a una un chico se me acercó y me cogió del brazo.
-¿Qué haces? -le grité-.
-¡Calla! -dijo-.
-¡No! ¡Suéltame! ¿A dónde me llevas? -seguí gritando-.
-¡Qué te calles y vengas a dónde te lleve!
Me callé. Me metió en una furgoneta, la arrancó y empezó a conducir lo más rápido que pudo. Cuando llegó a dónde tenía que llegar, dio un frenazo. Me sacó de la furgoneta bruscamente y me llevó a un edificio. El edificio me resultaba familiar. ¡Era el mismo de la última vez! ¿Cómo me han encontrado?
-¡No, otra vez no! -solté de repente cuando me iban a meter en el edificio.
-¡Cállate! -gritó-.
Luego me dio un bofetón que hizo que me sangrara la nariz.
Entramos en el cuarto de la última vez, me sentó en una silla y me ató. La sangre iba bajando cada vez más.
-Bueno, tú otra vez... -dijo uno de los hombres de la otra vez- ¿pero que has hecho Mike? -dijo gritando al que me había dado el bofetón-.
-¿Qué he hecho de qué, Steve? -gritó también-.
-¡Dejad de gritar! -dijo el tercer hombre-.
-¡Deja tú de gritar Andy! -gritó Steve-.
Empezaron a gritarse unos a otros y a pegarse puñetazos. Como no tenían los pasamontañas puestos, podía ver como sangraban. Me estaba poniendo morada de contener la risa. Al fin exploté y como no tenía la boca tapada, solté las carcajadas. Steve paró de pegarse con los otros y me miró serio, con la cara sangrienta.
-¿Se puede saber por qué te ríes? Porque, sabes, no veo la gracia.
-Es que es tonta la pobre... -dijo Mike-.
Andy solo se limitó a reírse. Mike cogió un palo y me dio un golpe en la cabeza.
-Oye, tío, no te pases -dijo Steve-.
-Es que sí, macho -agregó Andy-.
-¿Cómo supisteis dónde estaba? -pregunté-.
-Bueno, una pregunta muy interesante -empezó a decir Steve- ¿qué cómo te hemos encontrado? Bien, pues cuando te dormimos con el cloroformo, te inyectamos un microchip, para poder localizarte.
-¿Un microchip? ¿Qué dices Steve? -preguntó Andy-.
-Eso, eso, ¿qué dices? No nos dijiste que la habías inyectado algo -añadió Mike-.
-¡Callaos! Si no sabéis lo que es no es mi problema, lo traje del futuro -dijo con soberbia Steve- ¡ah!, alguien os espera fuera, en la calle.
-¿Quién? -preguntó Andy-.
-Id y lo veréis.
Se fueron y Steve y yo nos quedamos solos.
-¡Qué idiotas! Han picado...
Se empezó a acercar a mí. Su mano rozó mi mejilla.
-¿Sabes?, estás... Quiero... -empezó a decir-.
-¿Qué? -dije asustada-.
Empezó a bajar su mano, y comenzó a subirme la camiseta. Me empecé a mover y a gritar para que me dejase.
-¡Déjame, cerdo!
Se abrió la puerta y entraron los otros dos, Seteve me dejó la camiseta como estaba antes.
-¡No había nadie! -gritaron-.
-¡Es que sois imbéciles! -dijo riéndose-.
-¡Eh!, ¿no la tenías qué preguntar algo? -preguntó Andy-.
-Ah... Sí. ¿Cómo has llegado hasta este año? - me preguntó Steve-.
-¿De qué hablas?
-Sabes muy bien de lo que te hablo. ¿Cómo has llegado? ¿En un máquina del tiempo, tal vez?
-Eeem, no sé qué quieres decir.
-¿Cómo has llegado? ¿Cómo? -dijo gritando-.
-Pues, yo vivía felizmente en mi casa en Colorado, con mi padre Russell y mis hermanos Luke y Daniel, y entonces... -empecé diciendo-.
Steve me cortó, se debió dar cuenta de que mentía.
-¡Mentira! ¿Te piensas que soy imbécil? ¡Traed al tío loco ese!
Andy y Mike desaparecieron, y al rato llegaron con un hombre.
-¡Lew! -grité-.
-Sabía que le ibas a reconocer. ¿De qué os conocéis? ¿De cuándo vivías en el futuro y él era tu vecino?
Me dejó cortada. ¿Qué le iba a decir?
-¿Qué? No...
-¡Qué no me mientas!
-¡Qué me dejes! -repliqué-.
Se levantó, me desató de la silla, me obligó a levantar, me tiró al suelo y empezó a darme golpes con el palo. Lew estaba medio moribundo y no pudo ayudarme.
-¡Ahora vuelves a mentirme y a llevarme la contraria!
Chillé y chillé con la esperanza de que alguien me escuchase y viniera a por Lew y a por mí.
-¡Oye, tío, no te pases! ¿Para que la vas a querer muerta? -le dijo Mike-.
-Es verdad... -contestó Steve-.
Dejó de pegarme. Me hizo bastantes moratones y sangraba. Me empecé a marear y me desmayé.
Cuando me desperté, ya no estaban. Solo estábamos Lew y yo. Me levanté y me senté junto a él.
-¡Lew! -grité mientras agitaba su cuerpo inerte- ¡Lew!, por el amor de dios, ¡contesta!
Lew balbuceó algo que apenas pude oír.
-¿Qué? ¿Qué estás diciendo? -cada segundo que pasaba me ponía más nerviosa-.
Volvió a balbucear lo mismo.
-¿Qué? ¡No te entiendo! -dije otra vez gritando-.
Se abrió la puerta.
-¡Qué son esos gritos! ¡Cállate ya! -gritó Steve-.
Volvió a cerrar la puerta. Estaba ya harta de estar allí, tenía que venir alguien a por mí. Ojalá no me hubiese escapado... ¿pero cómo iba a saber yo que tenía un microchip?
-Lew, por favor... -dije agitando suavemente su brazo-.
Se me empezaron a escapar las lágrimas.
-Lew...
Entonces escuché en la calle la sirena de la policía. Me alegré. ¡Venían a por mí!
Oí golpes en la puerta de la entrada al edificio, luego, gritos: ¿dónde está la chica? Ahí, ahí...
Abrieron la puerta. ¡Era la policía! Me levanté y fui corriendo a abrazarles llorando.
-¿Estás bien chica?
-No... -contesté- ¡tenéis qué ayudarle!
-Sí, claro, yo me encargo de llevarle al coche y mi compañero te llevará a ti.
Asentí con la cabeza.
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Estos días voy a tardar más en subir capítulos porque no me da casi tiempo a escribir. Espero que os esté gustando.
GranRambo.

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