Capítulo 6

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Abre la puerta de su loft y me invita a pasar. Cierra la puerta de tras de mí y me pregunta que si quiero algo de beber. Yo niego y entonces él me hace una señal para que pase hasta la sala y me siente en uno de los sillones. Le hago caso.

-¿Y bien? -inquiero, mirándolo fijamente al ver que él no se atreve a empezar la conversación.

-Kate... yo... -agacha su mirada, observándose las manos. Yo suspiro audiblemente y Rick vuelve a centrarse en mí. -Lo siento -se disculpa mirándome directamente a los ojos. -Siento todo lo que te dije el otro día. Yo... no supe reaccionar... -continua al ver que yo no digo nada.

Me muerdo la lengua. No sé qué hacer. Si por mí fuese lo mandaba a la mierda y me iba. Después de todo lo que me había dicho y... ¡Lo odio! Pero luego pienso en mi bebé y sé que muy imbécil que sea, es su padre y... sacudo la cabeza.

-No, no supiste reaccionar o... -tomo aire, no debería seguir por ahí. No, si no quiere terminar discutiendo otra vez con él. -Mira, sé que no nos conocemos y que no nos soportamos, o, al menos, yo no te soporto -Castle asiente, tragando saliva. -Pero lo del otro día...

-Yo estaba enfadado -me interrumpe -y me dejé llevar por mi orgullo herido pero, luego de pensarlo en frío, recapacité. Lo siento. De verdad, Kate, lo siento mucho. Yo... sé que te dije muchas cosas... muchas cosas que no debí decir pero... sé que no hubieras venido a buscarme si yo no fuese de verdad el padre. -Yo asiento -Y -su voz tiembla y suspira -me gustaría..., sé que a lo mejor tú no quiere por todo lo que te dije pero....

-Pero ¿qué? -lo corto. Me está poniendo nerviosa. Este hombre logra ponerme de los nervios.

-Me gustaría poder participar en la vida de ese bebé. Soy su padre y...

-Vale -digo sin más. -Eres su padre, por mucho que me pese -susurro pero no lo suficientemente bajo como para que Castle no lo escuche -y aunque seas un capullo -lo miro a los ojos con odio -no quiero que mi hijo crezca sin su padre, mientras quieras ser parte de su vida.

-¿De verdad? -pregunta sorprendido. -Yo creí que...

-¿Te pondría más pegas? Lo haría si no estuviese tan cansada. No tengo ganas de discutir y... -voy a seguir hablando pero decido callarme. Él no tiene porqué saberlo. -Es lo que querías, ¿no?

-Sí -contesta y afirma con un movimiento de cabeza. -Gracias -me agradece con una sonrisa y yo me levanto para irme. -Kate -me llama -ahora que vamos a tener un hijo juntos,... había pensado que... a lo mejor, deberíamos conocernos mejor. Digo, después de todo ese bebé nos va a unir en cierta manera para siempre... ¿Te quedas a cenar? -me pregunta, dudoso.

-Estoy muy cansada -contesto sinceramente, pasándome una mano por la frente.

-Entiendo -dice algo desilusionado. -Solo pensé que podíamos hablar. Tenemos muchas cosas que ver, como lo del ginecólogo. ¿Has ido ya?

-Mañana.

-Ah -solo dice, como esperando a que yo diga algo más.

Alzo las cejas al ver que no dice nada y agacha la cabeza. Bufo y niego con la cabeza. -¿Quieres venir? -le pregunto finalmente, sin pensarlo. Si lo llego a hacer, no lo hubiese hecho.

-¿Puedo? -pregunta ahora más ilusionado.

-¿Crees que te preguntaría si no pudieras? -le respondo con tono borde.

-Es verdad -dice ahora más cauteloso por mi tono de voz.

-A las 10.15 en el NYU Langone Medical Center. -Asiente. -Hasta mañana -me despido por educación.

-¡Kate! -Me giro para mirarlo- Gracias -no contesto. Solo me giro y vuelvo a caminar.

XXX

Obligada a improvisarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora