Tengo que reconocer que haber aceptado cenar con Castle ha sido una buena decisión, aunque haya una parte de mi cerebro que no deje de repetir que me estoy traicionando a mí misma por pensar eso y haberme sentido cómoda, incluso, la he disfrutado.
Cierro los ojos para intentar dejar mi mente en blanco. No quiero pensar.
-Tu infusión. –Abro mis ojos despacio, separando mi espalda del respaldo de sofá.
-Gracias. –Musito cuando tengo la taza en mis manos.
-De nada. –Me sonríe. Por suerte, se ha recuperado del mal momento que ha vivido durante la cena. A partir de ahora tengo que medir más mis preguntas.
Por más que no quiera hacerlo, me recuesto en el sofá. De pronto, me siento pesada y tengo nauseas. No debería haber comido tanto. Sé lo que me pasa cuando lo hago desde que estoy embarazada. Bebo un buche del líquido verde, queriendo que eso ayude a disuadirla pero, en cambio, me producen arcadas.
Rick me mira preocupado.
-¿El baño? –logro articular. Me señala una de las puertas y salgo disparada.
XXX
Ni siquiera me ha dado tiempo a cerrar la puerta. Por la sombra que se ha formado a mi lado, sé que Castle está en la puerta.
-¿Estás bien? –me pregunta con un deje de preocupación en su voz. Se acerca titubeante y despacio a mí.
-Me ha debido caer mal la cena –respondo, poniéndome de pie. Él enseguida me ayuda, agarrando del brazo.
Camino hasta el lavabo, quisiera lavarme los dientes pero creo que tendré que conformarme con enjuagarme la boca.
-Tengo cepillos de dientes sin usar. Suelo comprar un paquete cuando compro. ¿Quieres uno?
Asiento.
-Ahora vuelvo. ¿Estarás bien? –me pregunta cuando me ve apoyar las manos en el mueble del lava manos.
-Sí. –Miento, cierro los ojos. Todo me da vueltas. Estoy deseando pasar los tres primeros meses de embarazo. Dicen que cuando estos acaban, las molestias desaparecen. Los consejos de la ginecóloga no están funcionando.
-Aquí está. –Por su respiración sé que ha ido corriendo donde quiera que los tenga guardados.
-Gracias.
Empiezo a lavarme los dientes pero el mareo que siento es tan intenso que tengo que volver a agarrarme al lavabo. Castle, en seguida me sostiene, rodeándome con sus brazos.
-¿Seguro que estás bien?
-Es uno de los síntomas de estar embarazada. –Contesto con la boca llena de pasta de dientes.
Cuando me repongo, termino de lavármelos.
XXX
-¿No pensarás irte así? –inquiere poniéndose de pie, junto a mí cuando me ve coger mi bolso.
-Ya estoy bien, Castle. –Y es verdad, estoy bien, aunque siento un pequeño malestar en mi interior. Y vuelvo a tener hambre.
-Pero puede que vuelva a darte mareo mientras conduces –contesta un poco ofuscado.
-No va a pasarme nada.
Cuando paso por su lado me agarra del brazo. –Kate, yo te acompañaría pero no puedo –mira a su hija que está dormida sobre una manta. Olaf duerme junto a ella. –No puedo dejarla sola. Pero, tampoco, puedo permitir que te vayas.
ESTÁS LEYENDO
Obligada a improvisar
Fanfiction-Richard, Richard Castle. Contestó, dando un paso a adelante. /-O ¿ya se te ha olvidado? Si quieres te lo recuerdo. Tú y yo, desnudos en la cama... / -Sí, nos acostamos, ¿y qué? ¡Ni qué fuese la primera vez que dos desconocidos terminan en la cama...