Capítulo 10

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Finalmente, me he decidido y voy de camino a loft del escritor. Estoy a tan solo unos pasos de la puerta de su edificio.

-Hola -lo saludo cuando la puerta se abre. Él me mira sorprendido pero luego su gesto se suaviza y me sonríe.

-Hola, Kate, pasa -inmediatamente se echa a un lado para dejarme pasar.

-Solo he venido para decirte algo. -Le informo, mientras me adentro en su casa.

Daniela, que acaba de verme, ha dejado a Olaf en el suelo, estaba entre sus piernas, y ha salido corriendo hacia mí. O eso pensaba, porque al llegar a la altura de su padre se abraza a sus piernas mientras me mira curiosa.

-¿No vas a saludar a Kate? -le pregunta Rick. La pequeña deja un momento de observarme para mirar a su padre. -Es Kate -le dice. Vuelve a mirarme y le sonrío. Puedo ver cómo me corresponde a la sonrisa al ver sus labios curvados por los lados de su chupete. Castle se lo quita y la niña lo mira intentando agarrarlo pero está demasiado alto para ella. -Dale un besito. -Daniela vuelve a enfocarse en mí.

Comienza a dar pequeños pasos hacia delante. Está dudosa. En mitad del camino se para y vuelve la mirada hacia su padre. Este la anima a seguir con un movimiento de manos y un "vamos" susurrado.

Para darle más seguridad, le sonrío y me pongo de rodillas en el suelo. Poco a poco acorta toda la distancia que había entre nosotras y me da un beso en la mejilla. Puedo sentir la humedad que me ha dejado en ella por las babas pero no hago otra cosa que sonreír y darle yo otro beso.

Rápidamente, va a recuperar su chupete. Luego, vuelve a mí y me coge de la mano para dirigirme hasta la mitad de la sala donde su mascota ladra para que la saquen del pequeño corral improvisado.

Miro a Castle y levanta las manos, exculpándose de ese hecho.

Me agacho junto a Daniela y la ayudo a sacarlo de ahí. El cachorrito de dos meses pesa ya demasiado para la fuerza que tiene la pequeña.

Acaricio su cabecita y Olaf comienza a saltar a mi alrededor. Posando sus patas en mi pierna, reclamando mi atención.

Cuando me vengo a dar cuenta, estoy jugando con Olaf y Daniela sin haberle contado a Rick el motivo de mi visita.

-Ahora vengo, Daniela -le digo antes de levantarme de la manta donde estaba sentada con ella.

Camino hasta la cocina, que es donde está Castle cocinando.

-¿Podemos hablar? -le pregunto, sacándolo de sus pensamiento o de su extrema concentración cortando cebolla.

-Perdona, -me dice quitándose las gafas que lleva puesta y limpiándose las manos. -No te he escuchado.

-¿Podemos hablar? -repito.

-Claro.-Da la vuelta a la barra americana. -Tú dirás -me dice.

-Hoy me ha llamado la asistente de Emily. Dentro de tres días tengo la cita con ella. Como me pediste que te avisaras...

-sí, sí. ¿A qué hora?

-A las 11.

-Gracias por avisarme. Allí estaré. -Yo asiento.

-Iré a despedirme de tu hija.

-¿No te quedas a cenar? -inquiere con un deje de desilusión en su voz.

-No, yo solo venía a decirte lo de la cita. -Me doy la vuelta para volver con la niña cuando escucho que dice mi nombre. Retrocedo mis pasos.

-Yo pensé que te quedarías y estaba preparando la cena. No le queda mucho...

Obligada a improvisarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora