Capítulo 14

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-Kate -repetía sin parar Rick andando detrás de mí en la calle después de haber salido del hospital, intentando alcanzarme.

Me volví molesta al ver que cada vez gritaba más. -¡¿Qué?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué?! -espeté con rabia, alterada.

Me miró, ladeando la cabeza y cogió aire. -No sé qué te he hecho. Te recuerdo que ese beso fue cosa de los dos. No te forcé ni nada parecido y mucho menos cuando nos acostamos. No sé si son las hormonas o lo que es, pero...

-¿Sabes qué me pasa? -di un paso hacia él, apretando la mandíbula, completamente, enfadada. -Me pasa que no soporto verte, que cada vez que recuerdo que tuve algo contigo me doy asco a mí misma y que, aunque intenté olvidarme de todo por mi hijo, no puedo.

-Nuestro -me corrigió. Suspiró. -Creo que te olvidas que yo también tengo sentimientos. -Contestó antes de irse calle abajo sin darme tiempo a replicar.

Él era el menos indicado para hablar de sentimientos.

Me llevé una mano a la frente, haberme enfadado tanto no debía ser bueno para mi embarazo. Y el mareo, que estaba sintiendo, me lo confirmaba.

XXX

Bufé antes de cerrar el libro y dejarlo en la mesa. Llevaba media hora intentando leer pero mi mente no se enfocaba en la lectura, sino en repetir una y otra vez las discusiones con Castle.

Ahora todo estaba mal, mucho peor que antes. No debía haber aceptado ni haber dado pie en "ser amigos". Si hubiésemos quedado en tener una relación "cordial" nada de eso hubiera pasado y las cosas entre nosotros serían distintas.

No es que fuéramos a tener la mejor relación del mundo mundial pero, al menos, esas discusiones, las habríamos evitado.

Suspiré con cansancio. Me recosté más en el sofá, apoyando las piernas en la baja mesita. Llevé mis manos a mi cara, cubriéndomela con pesar y eché la cabeza hacia atrás.

Hoy había recibido la llamada de la asistente de mi ginecóloga para darme la fecha de la siguiente cita, en la que, posiblemente, me diría en sexo de mi bebé. No podía no decírselo a Castle. Él quería formar parte de esto y yo no podía apartarlo, además, esta se supone que es una de las cosas más importantes del embarazo.

No nos habíamos visto desde que habíamos discutido en la puerta del hospital. Sí, nos habíamos gritado en la puerta de un hospital. Es de locos. Yo, que siempre he respetado las normas y he planeado cada paso que daba. La que nunca se dejaba llevar por sus sentimientos y los tenía siempre controlado. Me había dejado llevar por la rabia en el lugar menos apropiado.

Coloqué una de mis manos sobre mi vientre, en contacto con mi piel. Sonreí. Ya se me abultaba algo la barriga, no es que fuese mucho, ni si quiera se notaba a simple vista, pero me hacía ilusión.

Tenía ganas de que comenzase a dar patadas y a sentir algo más que un simple cosquilleo.

Mi sonrisa desapareció cuando el recuerdo de la llamada volvió a mi mente. La cita era para mañana, así que, hoy mismo tenía que avisar a Rick. Y, eso, me ponía nerviosa.

Él se había ido enfadado conmigo, aunque no sé la razón. No tiene derecho a enfadarse.

Mentiría si dijese que no disfruté ese desayuno o que no sentí nada cuando me contó su historia. Había algo que me atraía de él, algo más que lo físico. Saber su pasado y todo sobre Daniela, lo que él hacía por esos niños... pero yo no puedo sentir nada por él. No porque eso no iría a ningún lado. Excepto a traicionarme a mí misma y acabar con todos mis principios. Por no hablar de mi dignidad.

Durante este mes he huido de Lanie, sí, he huido de ella. Sé que nada más que me vea, notará que me pasa algo y, la verdad, no quiero contarle lo que me pasa. No quiero contarle el motivo de mi rechazo hacia Rick. Me avergüenzo de mí por haber sido tan tonta.

Suspiro y me levanto. Es hora de ir al loft de Castle. No por más atrasarlo va a desaparecer mi obligación. Además, mientras antes lo haga, antes podré pensar en otra cosa. Tal vez, seguir escribiendo mi siguiente libro, al que tengo bastante abandonado.

Cojo las llaves que está en el jarrón azul y uno de mis abrigos del pechero que está detrás de la puerta, vamos a por ello. Me animo.

XXX

-Kate -me dice serio, cuando abre la puerta con Daniela entre sus brazos.

-Hola -lo saludo, nerviosa. Limpiándome el sudor de mis manos en el abrigo.

-¿Qué quieres? -me pregunta, apoyado en la puerta.

Ni un "Pasa" o "¿Quieres algo de beber?". Cero modales. Nada de educación.

-Mañana a las 12 es la cita con Emily. -Digo ahora más calmada por el enfado que estoy sintiendo. Si él quiere seguir así... no voy a ser yo la que dé el brazo a torcer.

-Okay. -Contesta sin más. Acaricia el pelo de su hija que tiene la cara escondida en su cuello.

-Pues eso era. Adiós. -Me doy la vuelta y tras un largo suspiro escucho que dice mi nombre. Me quedo quieta, ponderando las ideas que recorren mi mente. Entre las que están ser amable o cordial o mandarlo directamente a la mierda.

-Kate.

Exhalo el aire que tengo en los pulmones y me volteo.

-Dime.

-¿Quieres pasar?

¿Ahora? Que si quiero pasar, ¿ahora? Ladeó la cabeza antes de contestar. Me muerdo el labio inferior y doy un paso al frente. Será mejor hablar y acabar con esto por el bien del bebé que viene el camino.

XXX

-Voy a acostarla -me dice, señalándome a su hija dormida en sus brazos.

Miro para todos lados, observando el loft. Haciendo tiempo.

-Ya estoy aquí -me avisa detrás de mí. Me giro y lo miro a los ojos. -Creo que tenemos que hablar. -Asiento. Estoy de acuerdo. -¿Quieres algo de beber? -Niego. -Siéntate. -Me acerco al sillón más cercano y lo hago. Él se sienta en frente de mí.

Entrelaza sus dedos entre sí, parece nervioso. Yo solo lo observó.

-Kate -dice, subiendo su cabeza para mirarme -sé que no me soportas y todo eso -lo dice con tanto dolor en su voz que me tengo que morder el labio para no decir nada -, también, sé que no quieres ser mi amiga y mucho menos algo más. -Retira sus ojos de los míos y coge aire. -pero al menos, creo, que debemos llevarnos bien.

-Tener una relación cordial. -Digo.

-Sí, eso.

-Yo también opino lo mismo.

-Bien, entonces. Parece que estamos de acuerdo. -Sonríe pero por lo que sus ojos reflejan, sé que es una sonrisa fingida. Se pone en pie. -No te quito más de tu tiempo.

Yo también me levanto del sillón.

-Te acompaño a la puerta -se ofrece. Yo camino hacia la salida sin decir nada. Es rara esta seriedad en él. Y este comportamiento. No querer que me quede más. Falta poco para la cena y no me ha invitado. Aunque supongo que las discusiones tienen sus consecuencias. Y esta es una de ellas.

-Adiós. -Me dice, cuando me abre la puerta.

-Adiós. -contesto al salir, escuchando el ruido de la puerta cerrarse.

No sé muy bien por qué, pero ahora mismo me siento peor que si hubiéramos tenido otra discusión.

N/E: Seguro que es por falta de azúcar ¿verdad chic@s? El embarazo, las discusiones, etcétera. Digo yo que habrá que hacer algo.......

Obligada a improvisarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora