Capítulo 18

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Abro los ojos con dificultad. Siento que algo se mueve cerca de mí, golpeando el colchón. Gracias a la luz que entra por las ventanas desde la calle, puedo ver la silueta de Daniela. La niña intenta escalar por la cama, pero no logra conseguirlo.

Al moverme para ayudarla siento un brazo rodeando mi cuerpo. Ladeo la cabeza y veo a Castle detrás de mí. Me tiene completamente abrazada.

Retiro su brazo de mi cintura para incorporarme y ayudar a la pequeña.

Me doy cuenta al hacerlo de que está pisando el edredón y, eso, hace que resbale y no logre montarse en la cama.

Cuando la rodeo con mis brazos, la llevo conmigo, metiéndola dentro de las mantas para que no pase frío. Ella, rápidamente, se remueve, poniéndose cómoda. Coloca una de sus pequeñas y regordetas manitas en mi mejilla derecha en el mismo momento que la escucho suspirar.

Acerco mis labios a su frente y dejo un beso ahí.

-Dulces sueños, peque -susurro cerca de su oído. Hace una mueca con sus labios sin abrir los ojos.

Sonrío. Ahora soy yo la que cierra los ojos, queriendo volver dormirme, pero, en ese preciso instante, Castle se mueve detrás de mí, pegando su pecho a mi espalda de nuevo, rodeándome la cintura con su brazo.

-Rick -me quejo, dándole pequeños golpes con mi codo en las costillas. Protesta, pero, en vez de separarse, pega su cuerpo más al mío. -Rick -repito, entre dientes. Lo codeo más fuerte al ver que no se despierta.

-¡Ah! -gimotea. Se vuelve a remover. Dice algo cuando insisto pero solo logro entender "dormir". Me tenso al sentir sus labios dejando un beso en mi cuello. Inmediatamente se recuesta y su respiración acompasada puede volver a escucharse en la habitación.

Después de eso, me doy por vencida e intento concentrarme en volver a dormir.

XXX

La luz que se filtra por la ventana me molesta y se le unimos las voces que se escuchan cerca de mí, forman la mezcla necesaria para que me despierte.

-Shh. Cariño, vamos a despertar a Kate -oigo la voz de Rick. De pronto, abro los ojos al notar que estoy abrazada a alguien. Mis sospechas se hacen realidad: estoy abrazada a Castle.

Lo miro con los ojos muy abiertos y con mi cuerpo tenso.

-Buenos días -me saluda con una sonrisa, yo me separo al segundo de su cuerpo. Él ríe y me mira divertido. -¿Sirvo de almohada o no? -me pregunta con una sonrisa en su rostro al verme con el ceño fruncido. -Te veías muy relajada... -le doy un golpe en el hombro. -Auch, -se queja. -Encima que he dejado que me babees el pecho. -vuelvo a golpear su hombro. -Pero, ¡qué agresividad tan temprano!

-No babeo -digo, aún con la voz ronca.

-Pues... -deja la frase en el aire, señalándose con su dedo su pecho, justo donde tenía colocada mi cara.

-No lo hago. -replico.

-Bueno, bueno -dice, sentándose en la cama y girando la cara hacia su hija que le dice algo.

Yo aprovecho que está distraído para levantarme.

-Oye, -me agarra del brazo antes de que consiga ponerme de pie -pensaba traerte el desayuno a la cama.

-No hace falta -respondo, todavía enfadada.

-¡Qué mal despertar tenemos algunos! -canturrea y yo lo fulmino con la mirada. -Vale, ya me callo. -Hace que se cierra la boca como si se corriera una cremallera.

-Que sepas que esta noche eras tú el que estaba abrazado a mí y por más que intenté que te despegases, no lo hacías.

-Yo dejándote dormir en mi pecho y tú... No, no, no... -vuelve a bromear. Ahora sí, me pongo de pie y camino para salir de la habitación.

Obligada a improvisarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora