Yendo hacia ti Pt.2-Phinbella

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  —Y yo los declaró marido y mujer, puedes besar a la novia.
Todos aplaudieron mientras ellos se besaban con tanto amor que parecía la primera vez que lo hacían.
Yo también aplaudía, ella igual.
Nos miramos a los ojos y sonreimos.
Yo era el padrino y ella una de las damas de honor.
Se veía tan guapa con ese vestido largo, sin espalda y negro brillante. Todas las damas llevaban el mismo vestido pero sin duda mi novia lo lucía mejor que nadie.
Cuando los aplausos cesaron los recién casados empezaron a caminar por donde la novia había entrado, yo me fuí directo hacia mi linda novia.
La bese en los labios como si no lo hubiera echo en mucho tiempo y era así...almenos para mí. No la había besado desde poco antes de que iniciará la ceremonia.
—Me encanta como te vez—le
susurre al oído.
Ella soltó una risita.
La conocía tan bien que sabía que eso le provocaba cosquillitas.
—Y tu te vez tan guapo—me dijo con una sonrisa y beso mi mejilla.
Nos volvimos a besar.
Recorrí su columna vertebral con mis dedos, ella se estremeció bajo el tacto de mi piel.
—Ahora me gusta más tu vestido—le dije con una sonrisa al separarnos.
—No empieces Phineas, ahora no podemos llegar tarde a la fiesta como siempre. Es la boda de tu hermano.
—Y si lo hacemos rápido en la limosina—levante una ceja y le lancé mi mejor sonrisa.
-No amor, ahora vámonos.
Me tomo la mano y salimos de la iglesia.
Subimos a la limosina y digamos que tuve un poco de suerte.
Llegamos algo tarde a la fiesta pero nos divertimos. Ya por la noche luego de que se realizara su boda por el civil, mi hermano y Vanessa estaban por irse a su luna de miel, para ese momento todos estábamos afuera para despedirlos.
Vanessa estaba por tirar su ramo como dicta la tradición y se me hizo raro no ver a mi novia cerca para atraparlo.
—¿No trataras de atraparlo?
Negó con la cabeza.
—A todas las bodas a las que hemos ido soy yo quien lo atrapa, es hora de que alguien más pueda hacerlo.
La castaña se puso de espaldas a las invitadas y tiro el ramo por los aires.
Es ese momento mi pelinegra iba a besarme tenía rodeado mi cuello cuando el ramo cayó en su cabeza y quedó atorado entre sus brazos.
Ambos arqueamos una ceja y comenzamos a reírnos de inmediato.
—¡Tal parece que su destino ya es casarse!—grito Buford a distancia.
Isabella sólo me sonrió con lo que ahora pienso fue esperanza.
No dijimos nada. Ella sólo tomó el ramo entre sus manos y se encogió de hombros como diciendo "Ya que"
Los invitados aplaudieron y los novios se fueron mientras nosotros entrábamos al salón para seguir con la fiesta.
Eran eso de las cuatro de la mañana cuando llegamos a nuestro apartamento chocando con las paredes mientras nos besabamos luego de todo lo que habíamos bebido.
Estoy seguro de que llegamos gracias a que mi auto tiene un seguro antiborrachos que comienza a conducirse sólo cuando tu ya no puedes conducir.
Y eran eso de las cinco y media cuando todo para nosotros cambió.
Siempre hablabamos luego de hacer el amor. A ella le encantaba contarme su día y a mi me encantaba escucharla pero ese día ella estaba callada.
Sabía que me miraba porque aún en la oscuridad de la habitación sus deslumbrantes ojos azules brillaban.
Estaba apoyada en su codo ladeando su cuerpo para poder verme. Yo estaba acostado de manera que veía el techo directamente así que gire la cabeza para verla bien.
Algo se me hacia raro incluso sentía que ni siquiera me estaba mirando a mí.
—¿Qué pasa?—pregunté.
Movió la cabeza como si estuviera despertando para darse cuenta de que le estaba hablando y bajo la cabeza un poco para mirarme a los ojos. Y entonces comprendí que realmente no me había estado mirando en un largo rato.
—Amm...nada—me dijo distraída—No pasa nada.
—Como nada. Tu no eres de las chicas que dicen "nada" cuando lo es todo, no ¿qué tienes?
Me gire para saber de una vez por todas que había estado mirando.
En mi mesita de noche estaba lo de siempre. Papeles del trabajo, los libros que leía de noche, una foto nuestra, la lámpara, mi despertador pero además ese día había algo distinto. El ramo.
Regresé mi mirada a ella quien miraba cada uno de mis movimientos.
—Ya son cinco años de relación—empezó—Somos novios desde que iniciamos la Universidad. Somos quienes han sido novios por más tiempo de todos nuestros amigos y conocidos. Hoy Ferb y Vanessa se han casado, los últimos que quedaban como novios aparte de nosotros y...bueno no estoy pidiendote nada de eso solo que al ver otro ramo en una de nuestras mesitas, al ver tu traje de padrino nuevamente o otro de los vestidos de dama que me piden usar tirados en el piso yo siento...sentí algo de no lo sé, nostalgia supongo. Pero encerio no es nada.
No me di cuenta en ese momento pero ella me pidió a gritos en esos ojos melancólicos que le pidiera matrimonio y ahora soy conciente de que debí hacerlo. Era el momento perfecto, y ahora más que nunca desearía haberlo dicho, al menos debí quedarme callado para no empeorar la situacion que hasta ese momento no estaba tal mal pero en lugar de eso dije una tontería, una completa estupides.
—Carajo ¿nostalgia? ¿nostalgia de qué? agradecida deberías estar de que nosotros somos lo suficientemente sensatos para no montar un circo como todos nuestros amigos y conocidos. Sabemos que se quieren, no es necesario que hagan estúpidas promesas ante un montón de gente o firmando un estúpido papel.
—No...no puedo creer que digas eso—me dijo con un tono de voz distinto como si el alma se le hubiera salido, como si ya no tuviera voz. Lo que dijo fue casi un susurro que logre escuchar gracias a que nuestras voces eran la única señal de vida en la madrugada.
—¿Qué tiene de malo?
—¿Qué, que tiene de malo? Phineas el sueño de toda mujer almenos en mi caso siempre fue el casarme y creí que tu amor era tan grande que terminarias compartiendo el deseo de querer hacerlo conmigo.
—Te amo. Pero no necesito firmar un estúpido papel. El matrimonio no es lo mío, nunca lo fue y nunca lo será.
—¿Te estas escuchando? suenas como un universitario...que digo, un adolescente al que le piden más luego de unas semanas de noviazgo el cual se quiere sentir libre para vivir la vida. Pero te recuerdo tienes veintitrés ya no eres un niño. Tu no eres así, siempre fuiste mi caballero y yo tu princesa y ahora te estas comportando como un idiota.
—Soy el mismo de hace una hora, de hace un día, de hace una semana, un mes, un año, soy el de siempre. Él que le dijo a la novia de su hermano que siguiera tu auto para besarte bajo un hermoso atardecer y demostrarte que habia valido la pena esperar tanto, soy el que rechazó más de veinte Universidades para ir a la tuya y poder estar juntos, soy quien siempre ha estado contigo soy yo, soy Phinny, tú Phinny y tu eres mi Isabella, mi amada Izzy. Y no se como nunca habíamos hablado de esto pero yo no creo en el matrimonio, yo no quiero casarme.
Sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Pero yo sí—susurro—Por que te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo.
—Y lo haras, lo haremos porque yo también te amo. Solo que yo no creo en eso.
—Vanessa no creía en eso y mirala, Adisson la chica ruda tampoco y fuimos a su boda hace seis meses y Buford ¡Por dios, Buford! nuestro bravucon "sin sentimientos", el rompe corazones de la prepa, el liberal que no creía en el amor se caso y firmó ese estúpido papel hace un año y con quien menos esperabamos.
—¡Ellos son ellos! ¡Yo soy yo!
Bajo la mirada y su llanto era cada vez más.
—No quiero perderte Phineas. Un estupido papel y unas estúpidas argollas significan para mi porque así tengo un poco más de seguridad de que no te perdere.
Me apoye en mi codo para levantarme un poco. Recorrí su hombro desnudo con mi mano, recuerdo que estaba frió, era suave como todo su cuerpo y tome su mentón con mi mano después. Hice que me mirara a los ojos.
—No llores—le pedí—No me gusta verte así, me duele. Escucha y quiero que te quedé claro, te amo mucho, eres mi princesa y siempre lo serás porque siempre estarás en mi vida ¿entiendes?
Asintió débilmente con la cabeza.
—El firmar un papel o decir cosas en una iglesia no cambiará nada entre nosotros. Todos saben que nos amamos con todo nuestro ser y hemos vivido bien y juntos por dos años es casi como estar casados.
—Es...esta bien. Ti...tienes razón —me dijo entre sollosos—Si es lo que quieres esta bien, no quiero pelear por algo...por algo es..estupido.
Me incline para abrazarla. Temblaba evitando no llorar más. Y me rodeó con sus brazos, se aferró a mi con fuerza hundiendo su rostro en mi cuello. En verdad me destrozó pero ya estaba echo, ya había dicho aquello.
—Te amo Izzy—le susurre.
No dijo nada. Sólo suspiro.
—Yo...Yo igual.
Estuvimos así hasta que se tranquilizó. No siquiera me beso sólo se durmió abrazada a mí.
Y quizás las cosas hubieran mejorado si no se hubieran empezado a meter en nuestra relación.
Nunca nadie se había metido y empezaron cuando no debían, cuando lo nuestro estaba frágil.
Horas más tarde cuando amaneció sentí un vacío ella ya no estaba en la cama entre mis brazos.
Me senté y sentí pánico ¿donde estaba? Mire por todos lados, su vestido de la noche anterior ya no estaba, ni el vestido no las zapatillas. Eran las siete me puse el pantalón y salí de la habitación, la cocina olía delicioso, allí estaba preparándonos el desayuno como siempre.
Suspira aliviado.
—Mi amor—le dije.
Ella se volteó. Sus ojos estaban inchado de tanto llorar.
—Buenos días Phineas, sientate ya casi está el desayuno.
Luego de eso me dio la espalda. Arque una ceja. Ella siempre me desertaba con un beso en el cuello, en la mejilla o en los labios y siempre susurrando en mi oído Buenos días mi amor pero ese día no. Era domingo así que no salíamos a correr. Siempre amanecía con mis camisas, playeras o sudaderas puestas pero ese día llevaba su pijama. Supe que había metido la pata.
—¿Te ayudo en algo?—le pregunte.
—No gracias, casi terminó.
—¿Quieres qué vaya por la correspondencia?
—Si quieres.
Baje a recoger nuestra correspondencia. El buzón era recordatorio de lo que estabamos pasando. En la placa decía Flynn/García
Cuando volví ella estaba sentada a la mesa donde había servido el desayuno. Hot cakes, huevos revueltos y jugo de naranja con un poco de cafe.
—Se ve todo tan delicioso.
—Gracias. Sientate.
Deje la correspondencia en la mesa. Ella levantó una revista.
—Te vez guapo—me dijo viendo la revista.
Sonreí.
—Gracias, esque dormir contigo me hace ver feliz aunque este todo despeinado.
—Me refiero a la revista-dijo con una pequeña sonrisa.
—Oh ya salió, lo había olvidado.
Semanas antes me habían entrevistado para una revista de jóvenes científicos. Y aunque mi trabajo no se limitaba a sólo ciencia acepte gustoso.
Isabella se dirigió a la página dedicada a mí y comenzó a leer.
—El joven exitoso Phineas Flynn por fin aceptó nuestra entrevista. "Me dio mucho gusto entrevistar a este joven tan talentoso": dijo su entrevistadora "Y además de ser tan exitoso es una persona muy simpática y lo mejor es que no tiene compromiso alguno con nadie.
Isabella paro e leer, levantó la mirada y me vio con el ceño fruncido mientras iba arrugando la revista entre sus manos.
—¿Así que soltero y sin compromisos?
—No dice soltero. Además tu estuviste en la entrevista, nunca le dije que estuviera soltero.
—Pero la gente te ve sin compromisos. Y esa zorra que trató de seducirte aunque estuviera tu novia presente se ha encargado de recalcarlo.
—Isabella no empecemos. Todos saben que eres mi novia.
Suspiro.
—Sí.
No dijo más, empezó a desayunar.

En una cena de su trabajo un nuevo empleado dijo que le habían hablado de nosotros.
—¿Y cuánto llevan de casados?—nos preguntó.
Yo tenía rodeada su cintura en ese momento, ella se puso muy tensa.
—No estamos casados—le respondió.
—Oh lo siento.
—No importa.
Yo no sabía ni que decir.

Semanas después hicimos una fiesta en casa de mis padres para celebrar el regreso de mi hermano y su esposa luego de mes y medio de haberse ido de luna de miel.
—Se ven tan lindos—dijo mi madre mirandolos—Así o más lindos se verán ustedes cuando sean marido y mujer—nos dijo.
Los músculos de mi cara de contrajeron.
Isabella no dijo nada. Solo se fue con Gretchen.
La seguí, tome su cintura para acercarla a mí.
—¿Y qué tal todo Gretch?—le pregunté.
—Todo bien, Buford y yo estamos pensando en comprar un coche nuevo...por supuesto uno de los modelos P&F ¿Y ustedes? ¿para cuando la boda?
Isabella soltó una risita nerviosa.
—Jeje no hablemos de eso—respondió la pelinegra—Hablame más del coche, quizás Phineas les pueda hacer un descuento.
Isabella estaba evitando el tema y con razón.
Luego de hablar de coches, cosa rara fuimos con Ferb y Vanessa.
—Que bueno que volvieron chicos—les dijo ella con una sonrisa—De ven muy bien.
—Gracias—respondieron al unísono.
—Haber para cuando la boda—dijo Vanessa—Vi que atrapaste mi ramo. Es gracioso creo que el destino porque no siquiera hiciste el intento.
Esa risita nerviosa apareció de nuevo en ella.
—Jeje sí, claro—desvío la vista—Creo que iré afuera. Necesito un poco de aire.
La seguí nuevamente.
Estaba al lado del árbol. Mirando hacia el cielo donde en una noche despejada como esa se veían las estrellas.
—¿Estas bien?—le pregunté con cautela.
—Sí—se giro hacía mi—Es solo que ya no quiero que hagan mención al tema, he entendido. Comprendo que estaremos juntos por siempre y no te obligare a nada.
Me sonrió y corrió a abrazarme.
—Te amo, siempre estaras en mi corazón. No quiero que lo olvides ¿sí?
Asenti.
No sabía porque me lo decía. Ahora lo sé, pero en ese entonces no.
—Yo te amo más.
Levantó la mirada y me besó en los labios.

Esa noche me desperté agitado. Últimamente sentía temor a despertar desde aquella primera mañana en que creí que no estaba. Encendí mi lámpara, me gire y allí estaba ella. A mi lado, profundamente dormida. Lucia tan tierna. Su cabello estaba alborotado, una parte cubría su rostro, sus brazos estaban juntos bajo su cabeza, sus hombros estaban desnudos como toda ella, sus labios entre abiertos susurraron algo.
—Acepto.
Soñaba con casarnos. Se me encogió el corazón. Ese temor que empecé a sentir de perderla me abrió los ojos. Debíamos casarnos, yo también temía perderla así como ella a mi. Y si ella seguía conmigo aún después de lo dicho yo podía ¿por qué no? hacer lo que ella siempre soño. No era algo difícil de hacer y yo la amaba tanto como para montar un gran circo, el más y mejor. Empecé incluso a se sentir emoción.
—Mañana te compraré el más y mejor anillo de todos-susurre.
La cobija se le había bajado. Deslice mis manos con cuidado en su espalda y la cobije hasta el cuello como a ella tanto le gustaba.
Quite el cabello de su rostro y me incline para besar su frente.
—Te amo—susurre.

Los pocos rayos de la mañana me despertaron por segunda vez ese día. La luz me lastimaba y no quise abrir los ojos. Quería abrazarla y acercarla a mí para inhalar el olor de su cabello así que estire mi brazo pero no la sentí. Abri los ojos de golpe, vi el despertador, las ocho. Era domingo pero no sentía el olor de la cocina. Todo estaba en silencio como si estuviera solo
Me levanté de un salto con verdadero terror. Corrí a la cocina, no estaba, fuí al baño, a la sala, el despacho, no estaba, el segundo cuarto nada.
Regresé a nuestra habitación. Y vi una nota sobre su almohada.

Phineas:
No quería hacerlo, te lo juro que no quería. Trate de aguantar cuanto pude porque te amo pero ya no puedo más. El que me recordaran que nunca me casaría contigo dolía pero no tanto como pensar. Mi peor enemigo se había vuelto mi mente, noche tras noche, día tras día yo no podía parar de pensar. Me dejaste claro que no creías en el matrimonio y lo entiendo, jamás te obligaría a vivir atado a mí. Pero ese fue el inicio, lo que me hizo abrir los ojos ¿Tan diferentes somos? y ¿siempre lo hemos sido? luego de reflexionarlo bien me di cuenta de que sí, así es. Nunca fuimos iguales, siempre hemos visto el mundo de diferente manera. Yo siempre fuí la romántica y tu el hombre de ciencia. Una cosa era que fueras distraído pero esta es distinta, no te pido que cambies tu forma de pensar así como yo no lo hare con la mía. Se que me amas y se que te amo, te he dado lo mejor de mí. Ahora quiero estar sola.
NO ME BUSQUES.
Quiero encontrar a alguien que comparta mis ideales así como quiero que tu lo hagas por tu parte.
Te amo, no lo olvides.
Tu Isabella.

Y así fue como el amor de mi vida me dejó.

Continuara...


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