PyF-La proxima novia de mi hermano

399 15 0
                                    

  Su piel es más suave que su cabello, es como la piel de un bebé, ella huele delicioso como a una especie de flor, un aroma dulce que se impregna en mi nariz para que pueda recordarla aunque ella no este.
Ahora mismo está en donde siempre debe de estar, entre mis brazos.
Ella es Isabella, la chica más guapa que yo haya visto, la más hermosa, el amor de mi vida y lamentablemente mi mejor amiga.
—Phinny me encanta que me abraces pero es hora de irme—me dice ella.
La suelto con dificultad. Me mira con compasión.
—Sólo serán tres días—me dice mientras me coloca una mano en la mejilla.
—Sí, tienes razón es sólo que realmente me harás mucha falta.
—Y tu a mí Phinny.
Me sonríe.
—¿Ya acabo su emotiva despedida?—nos pregunta mi hermano.
—Ya—le responde ella.
—Que bueno, ahora serás toda mía—dice en tono ¿burlón? me parece demasiado normal su tono de voz. La abraza por los hombros y la acerca hacia él.
Me molesta, no quiero que la toque, y ella no dice nada ¿¡Por qué no dice algo!?
—Bueno, ya nos vamos—me dicen.
—Nos vemos.
Él le abre la puerta y ella le sonríe, también le dice algo creo que es un gracias.
Ferb, todo un caballero por naturaleza. Creo que yo nunca le he abierto la puerta a Isabella, debo empezar a hacerlo.
Debí hacerle caso a Isabella. Hace unas semanas abrieron un concurso de debate, me pidió que me inscribiera con ella pero no quise, en cambió mi hermano si lo hizo, en recompensa y castigo para mí ambos pasaron a la final del concurso y ahora irán a Seattle por tres días, juntos y solos. Eso no me gusta, Ferb no es feo y últimamente desde que se unieron a ese estúpido concurso ellos pasan mucho tiempo juntos.
Ok Phineas tranquilo, nada malo puede pasar en tres días ¿o si?

Me encuentro sentado en la entrada de la casa de Isabella, han pasado tres días desde que se fueron así que estoy esperando a que vuelva...es decir a que vuelvan.
Veo el auto a distancia acercándose me alegró y mi sonrisa es la mejor prueba de eso. Se estaciona frente a mi casa, baja Ferb y luego de que le abra la puerta sale Isabella.
Me sonríe al verme y me levanto para ir a abrazarla.
—Me alegra que estés de vuelta—le digo al oído.
—Me alegra estar de vuelta a tu lado.
Sus palabras me hacen feliz.
—Si, yo también te extrañe hermanito—me dice Ferb algo molesto.
Me separo muy a mi pesar de Izzy.
—Lo siento. ¿Cómo les fue?
—Primer lugar—dice Isabella y abraza a Ferb por la espalda.
Levantó una ceja un poco confundido.
Ferb me muestra el trofeo que ambos ganaron.
—Es muy bonito. Se lo merecen, felicidades.
—Gracias—me dicen al unísono.
—Veo que también ganaron medallas—digo al ver la que cuelga del cuello de Ferb.
—Sí.
—¿Y la tuya Izzy?
Sólo lo digo para que se separe de él, lleva mucho tiempo abrazandolo.
—Este...amm la deje en el auto. ¿Oye ya nos vamos?—se dirije al peliverde y alfin lo suelta.
—¿Irse? a donde—pregunto.
—Amm Ferb me propuso que fuéramos a comer para celebrar.
—Buena idea—digo—Los acompaño.
—Si quieres—me responde ella no muy convencida.
¿Por qué?
—¿Is puedes esperarnos en el auto?—le pide Ferb.
¿¡Desde cuándo le dice Is!?
—Claro—dice ella y se aleja de nosotros.
Ferb me mira algo serio y habla cuando ve que ya no nos escuchara la pelinegra.
—Phineas no quiero ser grocero pero no quiero que vayas.
—¿Qué?—pregunto confundido—¿Por qué?
—Éstos días en los que pase con ella me di cuenta de que es una chica estupenda.
—Eso ya lo sé—digo frunciendo el ceño—Lo he sabido siempre.
—Pero yo no tanto...no de esta forma, creo que me gusta.
¿¡Qué!?
—¿Cres?
¡Yo estoy completamente seguro de que me gusta! yo no creo, yo lo sé.
Frunzo el ceño y aprieto los puños.
—Pues sí—me responde—No quiero que vayas porque se lo diré y si todo sale bien, Phineas estas viendo a tu futura cuñada.
—¿Qué? ¿qué?
—Que bueno que lo entiendas, te vemos al rato.
Se va corriendo y entra en el auto, se van. Me tomo de sorpresa, supongo que me quedé tan en shock que ni me dejo reaccionar.
—¿Futura cuñada?—susurro a la nada—No.
Si todo sale bien pues yo me encargaré de que no sea así.
Me debo dar prisa Ferb trabaja rápido. Corro a la casa me subo a mi carro y lo enciendo.
—Bienvenido Phineas—me dice la voz robótica.
—Gps localiza el auto de Ferb.
—Localizando.
El auto me da las coordenadas así que seguirlos no se me complica.
Terminó en un restaurant del centro, entró a las carreras y los localizó de inmediato. Están hablando, ambos ríen.
Ella tiene la mano en la mesa y él aprovecha para poner la suya encima.
¡Quita tus manos de ella!
Se quedan mirando sin decir nada, Ferb esta por decir algo y en ese momento...
—Hola chicos—colocó mi mano...bueno sin querer casi la azoto en la mesa y me recargo, Isabella pega un brinco del susto y aleja su mano de la de mi hermano, buen comienzo—¿Qué están haciendo?
Ella me ve molesta ¿por qué?
—Mejor dicho tu ¿qué estás haciendo?—me pregunta Ferb.
Espero a que Isabella le diga algo por decir su frase, sigo esperando pero nada, ella lo deja. ¿Qué está pasando? ese privilegio es sólo mío. Sin decir nada me siento junto a ella.
—¿Qué voy estar haciendo?—le respondo como si acabase de decir una completa estupidez—Viene a celebrar con mis dos persona favoritas.
Aprovecho la ocasión para pasarle un brazo por los hombros a Isabella. Ella se gira y me ve de tal forma despresiva que alejó el brazo.
Ferb me sonríe no como mi amigo, no como mi hermano. En su mirada hay algo que nunca había visto dirigida a mi, me ve como un enemigo como un contrincante y como si ya hubiera ganado.
—Bien, mientras más mejor ¿no es así Izzy?
¿¡Izzy!?
—¿Cómo le dijiste?—pregunto mirándolo como nunca creí que tendría que hacerlo, lo miro casi con odio y mi voz no fue diferente.
—Izzy—me dice recalcando toda la palabra en cuestion.
Nuestras miradas se encuentran, es como si el que desviara los ojos perdiera a Isabella así que no pienso ni titubear un poco.
—Hey estoy aquí—dice Isabella agitando su mano y ambos giramos a verla—¿Acaso me perdí de algo? ¿qué les pasa a ustedes? si es algo de hermanos o peor de hombres alfa yo mejor me voy.
—No—le decimos ambos al unísono y nos miramos al hacerlo.
—Basta, dejen de verse así.
—No es nada—le digo.
—Sí Isabella, no es nada.
—Bien. Phineas ¿por qué mejor no nos cuentas como te fue en estos tres días sin nosotros?
—Mal, te extrañe...es decir los extrañe—digo algo forzado.
De él casi ni me acordé en cambió estuve setenta y dos horas pensando en ella.
—Y nosotros a ti—me dice sonriente.
—Cuentenme todo lo que pasó en Seattle.
Lo digo más para saber en que momento le empezó a gustar Isabella a mi hermano.
—Pues...—empieza ella.
—Lindo brazalete—señalo a un brazalete plateado con dos piedritas luminosas que está rodeando su muñeca, nunca se lo había visto y antes del viaje no lo llevaba, recuerdo hasta el último segundo de nuestra despedida.
—¿Lo compraste haya?
—No—lo toca con sus dedos y lo mira con afecto—Me lo regalo Ferb al llegar ¿no es lindo?
Frunzo el ceño.
—Entiendo—digo casi ido.
Al llegar, así que...ella ya le gustaba desde antes y espero justo a que estuvieran solos...lejos de Danville...lejos de casa...lejos de mí.
—Fue un bonito detalle—continuó.
—Lo sé—me responde ella.
Me giro para verlo, él me sonríe.
Casi me dan ganas de levantarme y darle un puñetazo en la boca para que se le borre por completo la sonrisa.
Respiro con profundidad, me debo controlar o capaz que lo hago.
—Ya dinos por que estás aquí—me dice con calma.
Seguro quiere jugar con mi mente.
—¿De qué hablas?
—A ti te importa un carajo el concurso y que hubiéramos ganado.
—Claro que no.
—Si te importará el concurso te hubieras inscrito con ella cuando te necesitaba como su compañero y buen mejor amigo.
Mejor amigo, quiere dejarme en claro mi lugar. Me hierve la sangre.
—Ella me importa más de lo que cres.
—¿Qué tanto?
Me giro, es ella quien me lo pregunto. Me desarma con su mirada fija de ojos azules.
—Pues...mucho. Ya lo sabes.
—No, no lo sé. Phineas debes dejar de suponer las cosas. Nadie por mucho que te conozca así como yo en esta vida va saber que es lo que sientes.
¿Es mí imaginación o me está pidiendo que me declare?
—¿Quieres saber que es lo que siento?
—Sí.
—Yo...yo siento...
—Date prisa Phineas, alguien podría ganarte—me dice Ferb.
—¿Qué es lo qué sientes ahora?—me pregunta ella.
Bajo la mirada, no creí que hoy me enfrentaría a esta situación.
—Celos, ahora mismo siento celos.
—¿De quién?—pregunta.
—De ustedes.
—¿Y por qué?
—Pues porque...me tengo que ir.
No puedo, no debo arruinar nuestra amistad.
Me levanto, ella me toma del brazo con fuerza. Me giro y la veo.
—Te hice una pregunta.
—Por esto.
Me inclinó para besarla.
Ferb se levanta y me frena colocando su mano entre nuestras bocas cuando estoy a milímetros.
—Es mi novia.
—¿¡Qué!?—abro los ojos como platos.
La miro y se encoje de hombros.
—¿¡Cómo pudiste!?—le grito a Isabella sin razón aparente.
—¿Qué tiene de malo?
—¡Lo tiene todo! él es mi hermano y tu mi mejor amiga.
—Eso no te impidió nada cuando quisiste besarme. ¿Por qué nunca me dijiste que te gustaba?
Me quedo sin palabras.
—Y aún pese a que ves esto no me lo dices, te quedas callado ahí como idiota.
—Oye—es lo único que atinó a decir—¿Y que quieres qué te diga? eres la novia de mi hermano, mi cuñada.
—Talvez a Is...a mi siempre me gustaste, talvez siento algo muy fuerte por ti y talvez esto que hago es sólo para darte celos y que alfin confieses tus sentimientos.
—¡Puedes dejar de decirme talvez! la vida no se resume en un talvez. Y si sientes algo fuerte por mi ¿por qué te hiciste su novia?
—Isabella García Shapiro siente algo muy fuerte por ti, ella te ama—¿por qué habla en tercera persona? ¿ha dicho que me ama?—Yo no.
Levantó una ceja.
—No estoy entendiendo.
—Verás...
—¡Quítate!—esa inconfundible voz, es la de...
—¿Isabella?
Me giro y la veo ¿entrando?
—¡Ajá!
Mira nuestra mesa y se acerca echa una furia empujando a medio mundo.
—¡Tu también quítate!—empuja a un mesero que por poco tira su charola.
Nunca la había visto tan molesta pero si ella está haya, me giro y veo a...¿dos Isabellas?
Se para frente a nosotros.
—¡Tu! Fletcher—dice entre dientes.
Señala a mi hermano y lo ve con una mirada glacial y llena de odio.
—No se que demonios hiciste pero se que esa cosa—señala a la otra Isabella—Es obra tuya ¡quiero respuestas!
—Calmate—le pide Ferb.
—¡¿Qué me calme!? ¡primero me dices que olvidaste el trofeo en tu habitación, me das las llaves me pides que vaya por el, fui y al abrir un gas verde me roseo la cara, terminó despertando dos horas después en el piso, busco el trofeo y nada bajo te busco y nada! pregunto por ti y ¿qué cres? ¡Me dicen que el estúpido auto deportivo ya se fue con mi trofeo, mi equipaje y SIN MI! ¡Tuve que tomar un autobus hasta acá, llegó a mi casa y no pude entrar porque mis llaves estaban en mi bolso! ¡Me encuentro con alguien que me pregunta si ya acabo mi cita con Fletcher y me dicen que estas aquí comiendo plácidamente mientras me tendiste una trampa para hacer quien sabe que! ¡Con esa cosa!
—¿Acaso no respiras al hablar?—le pregunta y ella lo ve aún más molesta—No es una cosa, es una ella.
—¡Es una cosa! da casi hasta miedo, es igual a mí.
Se gira y me ve.
—¿Tu? ¿¡También tienes algo que ver!?
—Estoy igual o más perdido que tu.
—Relajados chicos, les explicaré. Esto era necesario, ¿cariño les explicas?
La otra Isabella asiente.
—Ferb y yo nos hicimos novios hace cinco días. Ayer por la noche hablamos de ustedes y de que así como nosotros ustedes merecen ser felices. Pero es algo que no pasará hasta que sean sinceros y sabemos que no lo serían así que planeamos esto, para llevar a cabo todo a la perfección debíamos mantenerte alejada Isabella. Y lo hicimos así que hoy Ferb paso por mi antes de ir con Phineas y me dio esto.
Levanta su brazo y señala el brazalete que ya había visto.
—Contiene dos botones, uno para hacerme ver igual a Isabella y el otro para volver a la normalidad. Queríamos que Phineas confesara sus sentimientos hacia ti—le dice a Isabella—Provocándole celos y lo logramos, no dijo nada pero lo demostró, le gustas tanto como él a ti.
Isabella y yo nos miramos y ambos nos sonrrojamos. ¿Le gustó?
—¿Yo te gustó?—nos preguntamos al unísono.
Nos quedamos en silencio.
—¡Si! ambos se gustan todos lo vemos pero no son capaces de decírselo a la cara. Por eso estábamos grabando todo lo que Phineas dijera para que Isabella lo viera y ambos se animarán a hablar—nos dice la novia de Ferb.
Ella aprieta uno de los botones de su brazalete, una luz verdosa la ilumina y poco a poco se va viendo su verdadera imagen.
—Vanessa—digo.
—Sí.
—Lo sentimos—dice Ferb.
Me armó de valor y miro a Isabella.
—¿Podemos hablar?
—Claro.
—Pero no aquí, siento mucho la tensión de todos.
Ambos miramos que todos los comenzales del lugar nos miran atentos.
—Te veré en casa Ferb—asiente—Adiós Vanesa.
—Adiós chicos.
Le indicó a Isabella que camine hacia la salida. Llegamos a mi auto, le abro la puerta ella me ve sorprendida y sonríe.
Conduzco sin un punto fijo al que ir y ninguno habla.
—Para el auto—dice ella.
—¿Qué?
—Frena.
Le hago caso y ambos salimos.
—Lo admito—dice—Si me gustas, siempre me has gustado y no había podido decírtelo y ahora no se que está pasando no se si realmente tu sientes lo mismo y eso es ¡frustrante! siempre lo es y lo seguirá siendo hasta que tu me digas lo que sientes.
Suspiro. A llegado el momento.
—Siempre he sentido que si te digo lo que realmente siento tu te alejaras, siempre he tenido miedo pero ahora que se lo que sientes puedo ser sincero. Isabella, tu también me gustas y mucho.
Sonríe.
Se lanza a mis brazos y me besa en los labios. Nos besamos por un buen rato hasta que alfin nos separamos.
—¿Y ahora?—digo yo algo perdido y atontado.
Seguro se ve porque ella suelta una risita.
—Podrías invitarme a salir.
—Claro ¿quieres ir al cine?
—Sí. Sabes, el como llegamos a esto fue muy raro pero en si normal para nosotros.
—Sabes que conmigo nada será normal.
—Y es algo que me gusta de ti—me da un pequeño beso antes de dirigirse al auto.
Le abro la puerta.
—Gracias.
—Para eso estoy Izzy.
Ya en el auto le doy un último beso antes de comenzar a conducir en esta bella tarde de verano con esta hermosa chica, el amor de mi vida y mi próxima novia.

Fin .  

COLECCION DE HISTORIAS DE LIZY98Donde viven las historias. Descúbrelo ahora