Un ultimo abrazo (Phinbella)

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Me miro al espejo por última vez, mi fleco no se acomoda, soplo un poco de aire hacia arriba y creo que alfin esta bien. Me quedo sentada frente al tocador mirandome fijamente, apoyo mis codos en la madera del mismo y a la ves apoyo mi mento sobre mis manos mientras fruzo el ceño.
- Vas a tener que decirles a todos - me digo a mi misma tratando de darme valor - Pero mejor que sea mañana, siento que no podre estar más con todos luego de que se los diga. Tiene un par de minutos que sali de bañarme y comence a peinarme, no tengo ganas de nada, aun llevo puesta la bata de baño y no llevo sandalias.
Bajo las escaleras descalsa mamá ya se fue y no tengo hambre, ya son las cuatro de la tarde, sería bueno ir al jardín de Phineas y Ferb pero creo que ya es tarde, para este momento su invento ya debe de estar en uso.
Me decido por sentarme en el sofá para ver la tele, cuando se escucha el sonido de mi celular a distancia.
Recuerdo que lo deje sobre mi cama en el piso de arriba lo que significa subir escaleras, que flojera, que dejen un mensaje de voz si les importa. EL sonido sesa hasta que deja de escucharse pero de pronto vuelven a llamar, así sucede unas tres veces más hasta que me levanto ante la insistencia y camino hasta llegar al aparato veo en la pantalla que es Gretchen.
- ¿Qué sucede Gretch? - contesto desganada.
- ¿Estas bien?
Me quedo en silencio unos segundos no estoy lo que se dice bien - Si, estoy bien ¿Qué pasa?
- ¿En donde estás? ¿Por qué no contestas?
- En mi casa, me acabo de bañar.
- ¿Por qué no has venido con Phineas y Ferb?
- No tengo ganas ire mañana.
- Tienes que venir hoy.
- No, quiero que este día sea solo mío y de mi casa.
- ¿Tuyo y de tu casa? - me pregunta con mucha confución.
- Sí, así es. Gretchen ¿nunca te has puesto ha pensar que debes disfrutar y apreciar el interior de tu casa?
- No. ¿Encerio estas bien? estas diciendo cosas sin sentido.
- Gretchen en esta vida nada tiene sentido.
- Empiezas a preocuparme.
- Eso es tan lindo amiga, en verdad te quiero - suelto una risita.
- ¿Estas tomada?
- ¿¡Qué!? ¡No!
- Pues parece.
- Pues no lo estoy.
- Bien ¿Phineas me dijo que te llamara?
- ¿Qué? ¿Por qué no lo hizo él?
- Pues no lo sé. Solo me dijo <<Gretchen llama a Izzy, convensela de venir>>
- Eso es raro, además ¿Por qué tendrías que convenserme si siempre voy?
- Pues ahora te has tardado.
- No me he tardado, ya te dije que no voy a ir.
- Tienes que venir - me vuelve a insistir.
- Ya te dije es mi día ni siquiera me he vestido y no pienso hacerlo, me quedare en bata de baño y comere litros y litros de helado.
- Para ser verano hoy hace frío, te enfermaras.
- Con algo de suerte así será.
- ¿Qué pasa Isabella?
- Nada, te veo mañana.
- Pero Isabella.
- ¿¡Qué!? - levanto mi voz molesta.
- Phineas no ha inventado nada por que te esta esperando.
- ¿Perdón? - pregunto incrédula.
- Lo que escuchas.
- Debes estar equivocada Gretchen.
- No lo estoy. Es encerio, Phineas no ha querido inventar, Ferb le pregunto que por que y dijo que era por tí.
- No te creo, no me convenceras amiga. Y si fuera cierto no me importa - hay silencio a traves de la línea creo que no cree lo que acaba de escuchar - ¿Gretchen estas ahí? - no me da respuesta y suspiro - Ok amiga voy a colgar.
- ¡Espera! ¿Cómo qué no te importa? Es Phineas de quien hablamos ¿Qué pasa?
- Me rendí - digo con dificultad y la voz entrecortada.
- ¿Cómo qué te rendiste? Isabella, Phi...- no la dejo continuar, le cuelgo de inmediato mientras cierro los ojos y dejo mi celular a un lado de mí, como es de esperarse el celular sigue y sigue sonando nuevamente, no estoy de humor, así que me levanto dispuesta a ir de vuelta a mi habitación cuando el sonido del timbre me detiene. Dudo en si ir a abrir o continuar mi camino pero ante la incistencia voy hacia la puerta.
- ¿¡Qué quieres!? - digo de mala gana al momento de abrir y de inmediato me arrepiento - ¡Phineas! - le grito sorprendida mientras siento como mis mejillas se encienden, es obvio que no luzco presentable y no fui amable a la hora de recibirlo.
- Hola - me responde con una sonrisa timida.
- Hola, siento haberte recibido así.
- Descuida ¿Esperabas a alguien más?
- No espero a nadie ¿Por qué lo preguntas?
- No lo sé, esque tu eres amable con todos. ¿Estas bien?
No.
- Si.
- Me preocupo que hoy no fueras a casa.
- Gretchen me dijo que hoy no inventaron nada ¿Por qué?
- ¿Ella no te lo dijo?
- No - miento.
- Fue por tí.
- ¿Por mí? - me señalo con el pulgar sin creerlo.
- Pues sí, yo quería hacer algo diferente.
- ¿Y qué tengo qué ver yo con eso?
- Pues no puedo lograrlo sin ti...¿Isabella?...Izzy...yo, bueno tu...¿Te gustaría?...amm ¿Cómo decirlo?
- ¡Habla de una maldita vez! - grito molesta y me arrepiento al instante pues me ve con los ojos como platos. No estoy en buenas condiciones y en estos momentos me desquitaria con quien fuera menos con él - Phinn lo sien...
- ¿¡Quieres tener una cita conmigo!? - suelta de una vez y ahora yo abro los ojos como platos.
- No - digo de inmediato y con gran pesar en el corazón.
- Lamento haberte gritado, no soy un experto en esto pero esa no es la forma de pedir una cita, lo hare de nuevo ¿Quieres tener una cita conmigo?...como amigos si quieres - me dice de forma nerviosa y finalizando con una pequeña sonrisa.
Me mata verlo así pero se que no puedo, más bien no debo.
- No.
- Pero Izzy...
Debo acabar con esto por el bien de los dos - ¿Escuchas eso? - finjo escuchar algo mientras levanto una oreja.
- ¿Qué cosa? - me pregunta confuso.
- Esta sonando el telefono de la casa debo contestar ¡Te veo mañana! - digo con velocidad y cierro la puerta.
Es lo mejor - me digo mentalmente para consolarme, me recargo en la puerta y me resbalo lentamente con los ojos cerrados.
Vuelve a sonar el timbre y a sabiendas de que es Phineas decido no abrir. El timbre suena un par de veces más pero me niego abrir.
- ¡Isabella abre! - me grita la voz de Ferb.
Me levanto y abro.
- ¿Qué? - digo malhumorada.
- Phineas regreso a casa completamente confundido. ¿Por qué le negaste una cita?
- Por que no tendre ninguna cita con él.
- ¿Por qué?
- Es complicado.
- ¿Y por qué no me explicas? - pregunta Phineas que acaba de llegar a mi puerta nuevamente.
- ¡Phineas! - grito alarmada y sorprendida - ¿Creí qué te habías ido?
- Venía a decirle a Ferb que no te molestara, pero ahora que te he escuchado quiero saber por que me niegas la cita. ¿Qué es eso tan complicado?
Ok esto me esta matando, siempre quize que Phineas me pidiera una cita pero eso a rogarme supera mis espectativas. Quiero esa cita en verdad, pero si la acepto terminare diciendole lo que he sentido por años y eso no puede ser ¡No! ¡No! y ¡No! pero no quiero herirlo.
- Pues...solo mirame estoy echa un desastre acabo de bañarme no estoy para una cita.
- No hay problema - me dice alegre y con una sonrisa de oreja a oreja - Tu vistete y vendre por ti en dos horas y media.
- Pero...- no me deja darle otro "no" pues se gira y se marcha en cuanto termina de hablar.
- ¿Es por otra cosa cierto? - me dice Ferb. Había olvidado su precensia debido a su silencio. Se que si se lo digo se lo contara a Phineas.
- No - me ve con una ceja levantada de forma acusatoria - ¡El frío! - digo lo primero que se me ocurre - Hace mucho frío y no me dan ganas de salir - no deja de verme de esa forma - ¡Basta de eso! debo arreglarme para mí cita...¡Oh por dios tengo una cita con Phineas Flynn! - caigo en la cuenta de que aunque nunca le dije que sí el tomo mi respuesta como afirmación debo arreglarme y cuento con dos horas y media.
- Esa es la Isabella que conosco - me dice Ferb con una sonrisa.
- ¡Largo Fletcher! - le grito antes de cerrar.
Corro escaleras arriba y empiezo a sacar lo que queda de mi ropa, es un desastre pero que más da, en unas horas debía sacar el resto. Reviso con la mirada mi guardaropa obto por una blusa rosa metalico, una falda negra, botas largas por abajo de la rodilla del mismo color y por ultimo un abrigo igual negro con botones dorados. Al estar vestida me dirijo al tocador, me paso el peine y coloco un prendedor rosa, pongo un poco de rimel en mis ojos y un toque de brillo rosa en mis labios. Veo el reloj que esta en mi pared son las seis y media han pasado las dos horas y media. Inmediatamente el sonido del timbre se hace presente y bajo corriendo pues es Phinny.
- Hola - le digo con una sonrisa.
- Hola. Te traje esto - me muestra una rosa roja.
- Es hermosa - digo con ojos brillantes mientras la tomo entre mis dedos. La acerco a mi nariz para sentir su olor. Huele delicioso-pienso mientras cierro los ojos.
¿Por qué tuvo qué traerla? ¿Por qué tuvo qué pedirme esta cita? ¿Por qué hoy y no hace años?
- Tu también lo estas - susurra sonrrojado.
¿¡Por qué tenía qué decirlo!?
- Gracias - respondo bajando la cabeza.
- ¿Estas lista?
- Si. Solo pondre esto en agua espera.
Me dirijo a la cocina y pongo la rosa en un florero.
- ¿Por qué ahora Phinny? Nunca habías echo algo así y justo decides hacerlo ahora.
Dejo de torturarme almenos por unos segundos y salgo de la casa cerrando la puerta tras de mí.
- Listo.
- Genial, vamos.
- ¿A donde vamos? - le pregunto mientras lo sigo.
- Es un sorpresa - me dice con esa sonrisa que tanto amo.
- Bien - suelto una risita - ¿Por qué me has pedido una cita?
- Hablaremos de eso cuando lleguemos al lugar.
- ¿Y cuál es ese lugar? - pregunto ladeando la cabeza. Él solo sonrie.
- Iremos a cenar.
- Son las seis y media ¿sabes?
- Lo sé - me responde con aire superior - Vamos hasta el centro, tardaremos media hora en llegar.
- Lo dudo. Creo que debimos venir en auto por que a pie tardaremos como tres horas y ¿sabes? debo llegar a casa antes de las diez.
- ¿Por qué?
- No le avise a mamá que saldría y trabajara hasta las nueve por lo que debo estar en casa antes de las diez que es la hora en que ella llega.
- Tranquila estaras en casa ha esa hora si es lo que quieres. Además no iremos a pie - me responde a la vez que se detiene en una esquina.
- No entiendo.
- Cierra los ojos - me dice y me confunde motivo por el que arqueo una ceja - Por favor - me dice en tono suave y accedo.
- Listo.
- Bien. Pero por si las dudas - me dice con voz suave y divertida. Siento sus manos en mis ojos.
- ¡Oye! no iba a mirar - le digo soltando una risa.
- Te conosco Is. Ahora a caminar.
Empezamos a caminar, él me guía con sus manos. Y a los segundos me hace parar.
- ¡Ta-ra! - me dice al bajarlas.
Frente a nosotros hay una especie de carruaje plateado sin techo y con un par de caballos al frente es hermoso y a pesar de ser un día nubleado parece reflejar un brillo incomparable.
- Wow - es lo único que sale de mi boca.
- Su carruaje espera mi Lady.
- ¿Es encerio? - pregunto aun sin creerlo.
- Completamente encerio - me responde subiendose - ¿Vienes? - me extiende una mano para que suba. La acepto encantada, subo un par de escalones y me siento en un suave y aterciopelado asiento rojo.
- ¿Esto no necesita un chofer? - pregunto al ver que no hay tal.
- Si fueran caballos reales sí - me dice con una sonrisa y vuelvo a levantar una ceja - Son robots, los dirijes introduciendo las cordenadas en este control - de su chamarra color negro con un gorrito gris a sacado el control que ahora sontiene en la mano. Lo observa fijamente para poner las cordenadas.
- Creí que no habías construido hoy - digo algo triste pues me llegue a creer esa. Incluso me emocione al pensarlo.
- No lo hice - levanta la cabeza he interrumpe lo que estaba haciendo - Le pedí a Ferb que hiciera todo esto está mañana, ayude un poco en los planos pero no intervine en su construcción, los chicos y chicas si ayudaron.
- Oh - digo sorprendida.
- Listo, es hora de irnos.
El carruaje es impulsado por los caballos roboticos debo decir que este momento es todo lo que siempre quize y pese a todo debo disfrutarlo. Que más quisiera poder decirle ahora mismo, aquí en este preciso segundo cuanto lo amo pero no puedo por el bien de ambos, quiero conservar todo lo bueno que hemos tenido hasta ahora, sin arruinarlo sin que él se quede con la pena y el mal recuerdo de no poder ser algo más si en todo caso fuera posible y sintiese lo mismo.
Muchas veces me había echo la ilución de que eso era posible de que él sintiera lo mismo que yo pero me recordaba que era eso, una simple ilución, ahora cuando menos debía creerlo tiene que llegar a mi puerta y devolverme esa idea. Esa posibilidad de que mis sentimientos son correspondidos.
- Estas muy callada ¿Estás bien? - me pregunta sacandome de mis pensamientos.
- Si...solo disfrutaba el momento. Esto es tan wow...mágico - suspiro - Es perfecto.
- Me alegra que así lo creas.
- ¿Oye?
- ¿Si?
- ¿Por qué hoy no querías ir a casa? ¿Es verdad que te aburren los inventos?
- No, es solo que...
Siempre les prestaste más atencion a ellos que a mí -...nada - finalizo.
- ¿Cómo nada? ibas a decir algo más.
- Bueno tu, a veces...sueles prestarles más atención a ellos que...a las personas que están a tu alrededor.
- No tenía idea Izzy.
- No es tu culpa, así eres - desvio la mirada.
- Puedo cambiarlo. Talvez inventar menos.
Me giro inmediatamente al oirlo. Es verdad que siempre quize que dijiera eso pero ahora que lo ha dicho me doy cuenta de que no es así, me enamore de él aun con sus defectos y debo aceptarlos por que algún día eso que ahora considero defecto lo creía lindo incluso una cualidad parte de su inocencia.
- No. Nunca cambies por que alguien te lo diga.
- ¿Aun si eres tu?
- Más si soy yo, solo has cambios buenos que te beneficien en lo personal, nunca cambies por tratar de hacer caso a las personas. Por que nunca será lo mejor.
- Tienes razón. Gracias por el consejo. Oye llegamos - me dice al darse cuenta que nos hemos detenido.
Primero se baja él, cuando estoy por pisar el primer escalón siento sus manos alrededor de mi cintura, me levanta un poco por el aire y me regresa de nuevo al piso.
- Gracias - le digo algo sonrojada.
Veo el lugar y no lo creo.
- Wow es "Black or White" pero es casi imposible conseguir una reservación aquí.
- Tu lo dijiste, "casi". Además lo imposible es posible si estas conmigo.
- Cierto.
- Ven - me toma de la mano y me hace caminar - Reservación a nombre de Flynn - le dice a una chica que esta en la entrada.
- Por aquí - nos dice al comprobar que su nombre esta en una pequeña libreta.
Si el exterior del restaurant era increible el interior es una maravilla, vaya es un citio elegante ya veo por que la dificultad para tener una reservación. La seguimos hasta nuestra mesa que esta en el centro de todas, me pregunto ¿por qué? bha creo que simplemente es la mesa que nos asignaron.
- Aquí esta su mesa, les dejo sus cartas, enseguida los atienden.
- Gracias - respondemos al unisono.
Phineas jala mi silla hacia atrás para que me siente.
- Gracias - le digo a la hora de sentarme.
- De nada - me dice empujandome hacia adelante.
- Y...aquí estamos - digo mirando mis dedos.
- Sí así es.
Nos quedamos en silencio mientras observamos la carta, luego de unos minutos un mesero llega a pedir nuestra orden y se marcha dejandonos solos otra vez.
- Phineas todo esto es genial, creeme lo estoy disfrutando pero ¿Por qué?
- ¿Por qué que?
- ¿Por qué la cita?
- Simplemente quería que tuvieramos una cita la ecuación es sencilla.
- ¿Por qué ahora? ¿Y a qué quieres llegar con esto?
- No hagas tantas preguntas solo disfruta quiero que esto salga bien. ¿Ok?
- Ok. Una ultima ¿Cómo conseguiste la reservación?
- Fue complicado y tuve que hacer unas llamadas pero lo conseguí. Quería que fuese un lugar especial.
- ¿Por qué?
- Ee nuestra primera cita y bueno creí que debía ser así.
- Oh Phinny eso es muy tierno.
La comida no tarda en llegar, es sumamente deliciosa, Phineas y yo continuamos conversando aunque ya no respecto a la cita, son los temas que siempre tratamos...de amigos, en pocas palabras. Ya tengo claro que no le revelare mis sentimientos aun así tengo miedo que al final de la cita me pida ser su novia, a pesar de que es lo que siempre he anelado no podría darle el "si". Esta claro que siente lo mismo y eso me reconforta me hace feliz. Dijo "puede ser como amigos" pero esto para nada es de amigos.
- Y entonces cambiando de tema, ya llego tu carta de aceptación a la Universidad.
- Emm sí - respondo bajando la mirada. Entrelazo mis dedos nerviosa, no quiero hablar del tema - Supongo que la tuya también. Y es obvio que te aceptaron...digo muchas escuelas se estaban peleando por tí básicamente desde que iniciamos la prepa.
- Je sí, bueno yo solo metí solicitud para la que quería y bueno pues me aceptaron. ¿A tí te aceptaron en la qué querías?
- Si - digo casi en susurro.
- Eso es genial Is. ¿Por qué no me habías contado?
- Se me paso. De echo llego ayer, no se lo he contado a nadie ni a mamá...
Aunque eso no importa.
- ...en verdad eres él primero en saberlo.
- Felicidades.
- Gracias.
- No suenas muy feliz ¿Todo bien?
- Claro - digo levantando la mirada con una sonrisa falsa.
- ¿Sabes? temía perderte al iniciar esta nueva etapa.
- Si yo igual - y lo digo en verdad.
- Lo bueno esque iremos a la misma Universidad ¿cierto? - me dice con una sonrisa.
- ¿Iras a mí Universidad?
- Me parece que es una muy buena...y más por que estaras tu.
- Oh Phinny eso es en verdad fantastico - le sonrio, y finjo la emoción que en verdad habría dado de no estar en la terrible situación en la que me encuentro.
- Izzy.
- ¿Qué paso?
- Querías saber el por qué de la cita ¿Cierto?
- Pues sí pero no has querido darme detalles.
- No soy bueno para las palabras nunca lo he sido y menos contigo.
- ¿De verdad? - el asiente con tranquilidad y una sonrisa - Solo escucha - me dice antes de levantarse.
Ginger aparece conrriendo y le entriega un microfono a Phineas en la mano.
Las luces se reducen, la única luz proviene de las pequeñas velas que hay en cada una de las mesas.
Escucho como una guitarra acustica empieza a sonar tras de mi. Volteo y veo a Ferb que se para tras Phineas. Luego de unos segundos Phinny comienza a cantar.

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