Luego de diez minutos, Sandy se detuvo en un semáforo en rojo.
Debería de haber traído su auto, si lo hubiera hecho, ya estaría con Ryan, abrazándolo, convenciéndolo, demostrándole que sus destinos estaban unidos y que nada impediría que estuviera juntos.
Sandy suspiro y miro al frente, al otro lado de la calle donde las personas esperaban para cruzar y aunque lo había visto mil veces, aunque estaba grabado en su memoria y aunque ese chico la había la rechazado infinitas veces, su corazón no pudo evitar palpitar a una velocidad inhumana la verlo allí, de pie, mirando el semáforo con nervios, desespero, con inquietud.
Ryan gruño al ver que el maldito semáforo no cambiaba, necesitaba llegar a ella, decirle todo lo que sentía, ahora, no quería volver a ser un cobarde, no quería que nadie mas la besara, no quería ni pensar en la boca de Sandy pronunciando el nombre de otro chico como lo hacia con su nombre.
Entonces lo escucho, fue casi un susurro, pero él podría escucharlo al otro lado del mundo, por que era la voz de su dulce Sandy.
-Ryan.
Los ojos del chico buscaron entre la multitud frente a él y allí la vio.
La chica de sus sueños y realidades estaba allí, la chica que lo había conquistado lo observaba confundida. Ryan creyó que su corazón podría explotar y en cuanto el semáforo cambio a verde no dudo un segundo en correr hasta ella.
Sandy no se moviá, no podía hacerlo.
Sin dar tiempo a reclamos, preguntas o palabras, Ryan abrazo a Sandy.
-Perdóname, lo lamento tanto -susurro él acariciando el cabello de la chica y ella lo rodeo con sus brazos.
-Ryan . . .-susurro Sandy.
Entonces Ryan la beso, beso con todas sus fuerzas a esa chica que colmaba su paciencia, beso con todas su ganas a ese ser que era vital para su existencia, beso con toda su ternura a esa niña que lo amaba a pesar de todo y beso con todo su amor a esa persona única, incomparable y que a pesar de haber querido evitarlo, era su salvavidas.
Ryan se separo de Sandy y tomo su rostro entre sus manos.
-Escucha dulce Sandy. Se que fui un inmaduro, se que me comporte como el peor de los idiotas, se que te hice llorar incontables veces y se que no te merezco, que soy lo peor que pudo pasar en tu vida y que deberías odiarme, pero por alguna extraña razón no lo haces, por alguna extraña razón me amas, me cuidas, me contemplas con tus ojitos brillosos en los cuales soy capaz de verme perfecto, sin errores, sin llantos, sin culpas y a pesar de saber que eres como un sueño inalcanzable no puedo decirle a mi corazón que te olvide, no puedo quitar el sabor de tu boca sobre la mía, no puedo evitar recordarte a cada instante, por que me vuelvo miserable, me convierto en el ser que solía ser y odio ser esa persona. Eres mi escudo, mi protección, mi cura.
Sandy observo con ojos cristalizados a Ryan.
-Yo . . . -susurro ella, pero no pudo continuar.
Ryan sonrió con tristeza y se alejo soltando el rostro de Sandy.
-No te prometo no hacerte llorar, no te prometo que todo será color de rosas o que seré tu principe azul. ¡Rayos! Ni siquiera puedo prometerte que estaré contigo toda la vida. Inevitablemente te hará llorar por que no soy perfecto y volveré a equivocarme, no todo será color de rosas por que quiero mostrarte todos los colores que existen, para que tu vida no se convierta en una rutina. No soy, seré, o quiero ser tu príncipe azul, por que no existe y yo quiero ser real y único, solo para ti, y no puedo prometer estar contigo toda la vida por que he perdido dieciochos años sin ti.
Sandy sonrió y Ryan tomo sus manos que temblaban igual que las de él.
-Prometo permanecer el resto de mi vida contigo, prometo pedirte disculpas de mil maneras distintas cada vez que te haga llorar y me equivoque, y prometo dar lo mejor de mi para hacerte feliz -Ryan tomo aire -Quiero ser ese al que llames cuando las cosas vayan mal, quiero ser quién llegue a tus pensamientos cuando despiertes, quiero ser la persona al principio y final de tu vida, quiero transformarme en el ser en en cual serías capaz de colocar tu vida, quiero que confíes y creas nuevamente en mi, que me entregues tu corazón.
Sandy observo a Ryan seria.
-No puedo entregarte mi corazón Ryan -dijo Sandy sin despegar sus ojos de los de él.
Ryan trago saliva intentando desarmar el nudo que se había formado en su garganta y soltó las manos de Sandy dando un paso atrás.
-Lo entiendo -susurro bajando la mirada.
-Mi corazón se lo entregue a un niño de diez años que me hacia sonreír con el simple hecho de existir . . . y eso no ha cambiado -dijo Sandy y tomando por sorpresa a Ryan se abalanzo a él besándolo.
En ese instante Ryan supo que si al final del día luego de todas las dificultades y tristezas, podía tener a Sandy consigo, todo podría mejorar y Sandy, Sandy sabía que no debía perder las esperanzas, que aunque la vida te ponga dificultades y trampas, si luchas y confías, al final podrás obtener eso que siempre quisiste.
Ryan no era perfecto, Sandy no era exactamente dulce, pero ambos podían ser Dulcemente Perfectos.
¡Endemoniadamente trisliz Viernes!
No saben la adrenalina que recorre mi cuerpo en este instante al acabar con esta historia.
Realmente voy a extrañar con toda mi alma y corazón a Ryan y Sandy, pero voy a dejar todos mis pensamientos para los agradecimientos.
Aún falta el epílogo que subiré en un rato y espero con toda mi alma que les haya gustado este final.
Luego de los agradecimientos vendrían las noticias, así que no se desesperan jaja.
Con todo mi cariño.
¡Kalu!
Pd: He encontrado la canción de multimedia y me ha encantado. Creo que será la canción de la pareja de Ryan y Sandy.
Pd2: Nos leemos mis chicas y chicos dulces.
Pd3: Las/los amo.
Pd4: ¡Voy a llorar!
Pd5: Acabo de utilizar toda mi imaginación para escribir el gran discurso de Ryan.
Pd6: Este es el capitulo mas largo.
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Estoy Aburrido #2 Saga CHDDCH (COMPLETA) ©
Short StoryEn un momento de aburrimiento . . . Ryan copia un número de celular que se encontraba escrito en una de las paredes de su colegio. ¿Quién será la persona que responde sus mensajes? Esta es la segunda parte de la saga "Chicles dulces de chocolate" N...