Erika se acercó a ellos decidida. Su madre no tenía por qué ponerse así, no tenía derecho, según Erika, a decirle con quien debería o no estar y considerando que fue Sally la que la obligó a ir a la fiesta junto con Alana hace semanas, no comprendía porque de pronto ella se comportaba de esa manera.-No, te dije que te alejaras de mi hija. ¡Acaso es mucho pedir!
-¡Sí! - gritaba el moreno comenzando a impacientarse.
-¡Mamá!- chillo Erika-. ¿Qué crees que haces?
-Cuidándote ¡Aunque no lo creas! - respondió su madre indignada de que ella preguntara eso-. ¡Te dije que tenías prohibido ver a este muchacho!
-Pero tú no tienes derecho a decirme con quien o no estar.- contestó sería la ojiazul.
-¿Quieres ver cómo si?
-Mamá...- Erika no podía creer lo que estaba a punto de preguntar-. ¿Me estás amenazando?
Sally le dirigió una mirada llena de odio al muchacho en la moto, luego miro a su hija con autoridad, parecía no tener miedo de nada en ese momento. Se acercó a la ojiazul y la miró directo a los ojos.
-Realmente hay cosas que ni tú ni él saben. Tómalo como una advertencia.- y comenzó a caminar hacia la entrada del hospital.
Erika quedo congelada, en shock, ahí parada mirando hacia el vacío sin saber qué pensar o si debería pensar en algo.
Jason se acercó a ella y la abrazó con cuidado, tenía miedo de que ella se quebrara en cualquier segundo. Pero ella mostró que era más fuerte de lo que él pensaba y se separó del moreno con tranquilidad meneando la cabeza hacia los lados negando. Dejó salir un suspiro y lo miró a los ojos.
-¿Estás ocupado hoy?- preguntó ella con pena y rubor en sus mejillas.
Jason no supo decir si era por el enojo o por otra cosa.
-¿Para ti? -Le dedicó una sonrisa-. Nunca.- ella sonrió-. ¡Es más! Ahora que lo dices, me gustaría enseñarte algo.
-¿Y qué cosa sería?
-¿Recuerdas cuando te dije que quería ser corredor en NASCAR? -ella asintió sin comprender a donde quería llegar el muchacho-. Bueno, no quería ser exactamente corredor.
-¿Qué querías decir?- preguntó ella más confundida aún.
-Ya te enseñaré.- le extendió la mano y la ayudo a subir en la moto-. Deberías sostenerte de mí...
Erika carcajeó recordando todas las novelas y telenovelas que había leído y visto. Jason arrancó de improvisto y ella tuvo que sujetarse de él con sorpresa y algo de miedo. ¡Lo hizo a propósito!, gritaba su subconsciente. Ella bajó la cara contra la espalda del moreno y dejó salir una sonrisa, Jason también sonreía.
Llegaron al taller en donde trabajaba el moreno, era mediodía y Erika tenía hambre pues no había desayunado nada, pero la curiosidad por saber que es lo que el moreno le quería enseñar era más grande que el hambre que sentía.
-Llegamos.- dijo Jason ayudándola a bajar.
-Me imagine.- respondió ella con sarcasmo. Jason dejó salir una sonrisa-. ¿Qué hacemos aquí?
Él la tomó de la mano y se encaminó sin pena al interior del local, habían unas tres personas trabajando en autos diferentes. Todos hombres; uno era bajito y un poco más gordito de lo habitual, otro de ellos era de estatura media y de pelo oscuro como el carbón aunque tenía un bigote muy cómico. Esos dos parecían ya más adultos, pero el tercero era un castaño alto de ojos azules, casi tan azules como los de la pelinegra. El chico cuando los vio dejó sus ojos en las manos entrelazadas de ambos y luego intercaló su mirada entre la ojiazul y el moreno.
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Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)
Teen FictionErika Phillips ha pasado los últimos cinco años de su vida en un trance, viviendo una rutina aburrida debido al cáncer de su padre. Había dejado sus sueños de lado y nadie en su escuela sabía por lo que su familia estaba pasando, con excepción de su...