A las 8 más 20 minutos, ambas estaban listas.Alana llevaba puesto el vestido morado con los tacones dorados, su melena naranja lisa y maquillaje que resaltaba sus ojos avellana. Erika llevaba rizos en su cabello negro, el vestido azul con los tacones negros y maquillaje oscuro resaltando sus ojos azules. Cuando ambas salieron de la habitación los padres de Erika les dieron la típica charla antes de ir a una fiesta, la que ella hace tiempo no escuchaba.
-Ya saben: diviértanse, pero con fundamento- les dijo la madre de Erika.
-No se preocupe Sra. Sally, yo cuido a Erika- Lana abrazo a Erika y todos rieron.
-Pero entonces... ¿Quién te va a cuidar a ti, Alana?- pregunto el Sr. Arnold divertido.
-Touché- le respondió Alana.
Veinte minutos después se encontraban en la casa de alguno de los chicos que iban al colegio y había tenido la brillante idea de transformarla en discoteca por una noche. Saludaron a alguna que otra persona y algunos estaban muy sorprendidos de ver a Erika allí.
-¡Erika! Estas bella, amiga- le dijo una compañera de clase, Ana, creía que era su nombre.
Había hablado unas veces con ella, era buena chica.
-Gracias, Ana. Tu igual- le respondió gritando por causa de la fuerte música.
Luego de estar más o menos una hora bailando Erika decidió ir a la barra a buscar algo de beber y como encontró una silla vacía se sentó frente a la barra.
-Una piña colada- le pidió al barman.
-Enseguida preciosa- le respondió guiñándole el ojo, haciendo que ella se sonrojara.
Erika se quedó mirando la pista mientras el barman preparaba su bebida cuando noto que un chico comenzó a acercarse a ella. El barman le entrego la bebida y ella agradeció volviendo a fijar disimuladamente su vista en el chico que se acercaba. Era alto pero no tanto, tenía el pelo negro desordenado y unos ojos color miel tostada.
-Hola, hermosa- le sonrió este. Erika lo ignoró y siguió tomando su bebida-. ¿No hablas?- le pregunto el chico divertido.
-Hablo- le contesto ella un poco irritada-, solo que no contigo- y con eso se levantó dispuesta a irse pero él se plantó frente a ella.
-¿Por qué tan amargada, primor?- le sonrió.
Ella arrugó la nariz.
-¿Es enserio? ¿Primor?- y con eso se comenzó a reír mientras él la miraba con interés-. No te creo. ¿Cuántas estúpidas caen con eso?
-Pues... Puedes preguntarle a unas cuantas por aquí- sonrió con superficialidad.
-Pobres- Erika hizo un puchero -. ¿Tantas chicas tienen autismo?- le respondió ella y para su sorpresa el chico comenzó a reír.
-Me caes bien, mariposa- dijo y ella lo miró con el ceño fruncido.
-¿Cómo me llamaste?- pregunto extrañada por la forma en la que el chico la apodo.
-Ma-ri-po-sa- pronuncio divertido- Mariposa.
-Estás loco- afirmó ella.
-Por bailar contigo, sí- hizo una reverencia exagerada mientras le extendía la mano-. Dime, Mariposa ¿Bailas?
-Bailo- le dijo ella y a él se le ilumino la cara-, pero no contigo- con una sonrisa Erika se dio media vuelta y se fue dejando al chico de ojos miel con una expresión divertida en el rostro.
Luego de bailar y caminar por el lugar por un rato, Erika encontró a Alana hablando con una de las chicas del colegio.
-¡Lana!- la llamo.
ESTÁS LEYENDO
Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)
Teen FictionErika Phillips ha pasado los últimos cinco años de su vida en un trance, viviendo una rutina aburrida debido al cáncer de su padre. Había dejado sus sueños de lado y nadie en su escuela sabía por lo que su familia estaba pasando, con excepción de su...