Capítulo 28

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Erika sentía como su conciencia se abría paso desde el fondo de sus sueños, sintió algo húmedo en su mejilla y se despertó para encontrarse con Jason durmiendo a su lado. Parecía más chico y menos peligroso de lo normal, se veía muy tierno, tan desprotegido, era como un niño.

La ojiazul se llevó la mano a su cachete húmedo, seguro le había dado un beso al entrar. Sonrió y luego abrió mucho los ojos, se fue al baño y se vio la cara de destrozada con asco. Una vez aseada se dirigió a su cama, donde el moreno seguía durmiendo, y se acurrucó junto a él colocando la cabeza en su pecho; instantáneamente los brazos de Jason la sostuvieron con fuerza, Erika creyó que había despertado pero él parecía estar en un profundo sueño.

Se quedó dormida de nuevo y lo que la volvió a despertar fueron los millones de besos que Jason estaba depositando en toda su cara. La pelinegra arrugó la nariz con fastidio y abrió un solo ojo para encontrarse a Jason sonriendo como el gato rizón; le estampó un beso a la pelinegra en la boca y la abrazó por la cintura acercándola más a él, ella le devolvió el abrazo sonriendo en el beso y finalizándolo. El moreno escondió la cabeza en el cuello de Erika.

-Podría acostumbrarme a esto ¿sabes?

Ella rió.

-Buenos días.

Jason tuvo una especie de escalofrío, pero de los buenos.

-Buenos días, Mariposa - respondió con la voz rasposa haciendo que a Erika le diese una especie de paro cardiaco.

-¿Qué haremos hoy? -preguntó la pelinegra.

-Tenemos dos opciones - aventuró el moreno apoyándose sobre los antebrazos para mirar a Erika mejor -, podemos ir a un lugar que te quiero mostrar... o podemos quedarnos aquí y... - agregó lo último coqueto mientras se acercaba a la ojiazul para besarla causando que ella riera.

-Mi curiosidad es más grande que todo, iremos a tu lugar misterioso/sorpresa -le dijo quitándoselo de encima para ir hasta el armario a buscar ropa.

Jason resopló y se dejó caer boca abajo sobre la cama.

-Temía que dijeras eso.

Erika lo miró divertida y se metió al baño a cambiarse, había optado por un jean roto azul y una camisa verde que combinó con unos zapatos negros. Se amarró el pelo en una cola de caballo alta y se colocó rímel en las pestañas.

Cuando salió del baño se encontró al moreno sentado en el mueblesito que había bajo su ventana. Estaba concentrado tecleando un mensaje y no se dio cuenta que ella había salido. Así que se acercó a él en silencio pues estaba de espaldas a ella y logró ver que cuando salía de la mensajería se veía ella, durmiendo en una posición muy graciosa, de fondo de pantalla.

-¿No podías poner otra foto más bonita?

Jason pegó un brinco del susto y comenzó a reírse negando con la cabeza.

-Todas las fotos que tengo en mi teléfono son tuyas - le guiñó un ojo y luego la tomó de la mano -. Vamos - dijo abriendo la ventana para que ambos salieran.

Una vez se montaron en la moto y volaron por las calles, Jason se detuvo en un restaurante para que pudiesen desayunar; eran las diez y media de la mañana. Era un día muy lindo, el sol estaba alto y hacia fresco. Se adentraron a un café y tomaron asiento en una de las mesas en la esquina, Erika se percató que al moreno le gustaban las esquinas y encontró aquel detalle cómico.

-¿Que quieres comer? - preguntó el chico mirando el menú.

-Lo que tú pidas - le dijo ella distraída.

Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora