¿Acaso su vida podría ser peor?No había podido concentrarse todo el día en el colegio y estaba distraída. No prestaba atención a nada ni a nadie. Era casi como si no estuviese allí, al menos en mente no lo estaba.
-Okey, basta -dijo Steven ya cansado de la actitud de Erika-. ¿Dónde estás? ¿En qué piensas?
-Amiga ¿qué pasó? -preguntó Alana.
Erika suspiró y sintió el enojo volver a ella.
-¿Sabías que mi mamá y el papá de Jason tienen sexo y que además él le paga a ella? -preguntó enojada con sarcasmo-. Yo tampoco sabía, mi reacción fue la misma.
Alana y Steven estaban en completo shock, en cualquier momento una mosca entraría por la boca de alguno de ellos. Aunque era lógico, Erika estuvo igual que ellos por horas, no todos los días ge enteras que el papá de tu novio tiene relaciones con tu madre.
Era lunes y Erika recordó el viernes cuando su amiga la amenazó con romperle un ladrillo en la cabeza sin saber que estaba ocurriendo realmente. Claro que en ese momento a ella no le importaba nada.
Ellos no dijeron nada después de eso y cada uno se concentró en sus problemas. El resto del día pasó extremadamente lento para la ojiazul, Jason la fue a recoger de nuevo pero esta vez se sintió incómoda ante las miradas de los demás, expuesta como antes. No había terminado de subir a la motocicleta cuando Jason ya había arrancado, se detuvieron en frente del instituto de baile de la pelinegra.
-¿Te paso buscando cuando salgas? Quisiera visitar a Penny -sonrió y Erika pensó que eso sería una buena distracción.
-Claro -contestó y se adentró al edificio.
Cuatro horas después subió adolorida a la moto del moreno, quien la miraba divertido.
-Deja de divertirte con mi sufrimiento-demandó ella-. Llévame a casa, quiero bañarme -dijo después.
-Mi casa queda más cerca del internado, te bañarás allá-dijo.
-Pero necesito mi ropa -dijo ella.
Jason le enseño un bolsito que traía con él.
-Esta aquí, me tome la libertad de entrar por tu ventana de nuevo- le dijo como si nada.
-Oh...
Luego pensó que si le había traído ropa significaba que...
-¡VISTE MIS PANTALETAS Y MIS SOSTENES, DESCARADO! -le dio un golpe enrojeciendo de coraje y vergüenza.
Escucho al moreno reír.
-Debo decir que no me esperaba el sostén de Minnie Mouse -él carcajeó y Erika se llevó las manos a la cara avergonzada.
Quería que la tierra se la tragase en ese momento.
-Cállate y conduce... -dijo abochornada.
-Como usted ordene-comenzó a conducir-. ¿Debería comprarme unos bóxers de Mickey? -preguntó riendo.
-¡JASON!
Así pasaron el camino hasta llegar al departamento del moreno. Erika estaba más roja de lo que creía humanamente posible y Jason no hacía más que reírse de ella.
Erika se metió a bañar y lamentó que Jason no hubiese sido lo suficientemente inteligente para traer su shampoo pero tomando en cuanta que era hombre la ropa que le había traído era suficiente.
-Lista -dijo ella acercándose a él.
Estaba sentado en el tope de la cocina y ella se acercó hasta quedar entre las piernas del moreno.
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Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)
Roman pour AdolescentsErika Phillips ha pasado los últimos cinco años de su vida en un trance, viviendo una rutina aburrida debido al cáncer de su padre. Había dejado sus sueños de lado y nadie en su escuela sabía por lo que su familia estaba pasando, con excepción de su...