Capítulo 36

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-Mariposa... Tranquila -repetía el moreno pero Erika no podía.

-¡No puedo quedarme tranquila! ¿No lo entiendes? ¡Les pegue! ¡Y duro! -se llevó las manos a los cachetes y gruñó al tocar la herida de la mejilla-. ¡Estoy harta de tus putas!

Jason se la quedó mirando entre divertido, confundido y preocupado.

-¿Estás celosa? -preguntó con cuidado y Erika le lanzó una mirada llena de cólera.

-¿Celosa? ¡CELOSA! -chilló-. ¡¿De cuál de todas las chicas con las que te has acostado quieres que esté celosa?!

Jason carcajeó pero ella se mostró sería.

-De ninguna -le respondió con ternura-. Ellas deberían estar celosas de ti y lo están. No sólo porque sales conmigo ¡es porque eres perfecta!

-Yo no soy perfecta -le dijo sonrojándose.

-¡Es que no lo sabes! -le dijo él tomándole la barbilla delicadamente para no lastimarla-. Me encanta cuando te sonrojas... te hace aún más perfecta.

-Jason...

-Es enserio, todas ellas son las que están celosas -de pronto dejo de sonreír y la miró preocupado-. No... no te vas a alejar de mí por eso ¿verdad?

Erika negó pero no sonreía. Se mordió una uña distraídamente mirando hacia otro lado.

-¿Qué? -preguntó el moreno, ella lo miró dubitativa-. Dime, Eri.

Ella suspiró.

-No me alejaré de ti... -le dijo y él comprendió.

-Yo no me alejare de ti tampoco, Mariposa.

Ella negó.

-¿Qué pasa si un día te enojas conmigo? ¿Qué pasa si un día yo me enojo? ¿Qué es lo que me asegura que si algo pasa no te vas a ir con ninguna de ellas? ¿Si bebes? ¿Sales? No se... -dijo con nerviosismo.

-No he estado con ninguna chica desde que te conocí, te lo he dicho mil veces y te lo diré las veces que sean necesarias para que entiendas algo -la miró directamente a los ojos-. Eres la única chica que me importa.

-Pruébalo -demandó ella.

-¿Cómo quieres que...? -iba a comenzar a desesperarse pero tuvo una idea y sonrío ampliamente sabiendo cómo se pondría ella-. Vamos.

Se sentó derecho en la moto ante la mirada interrogativa de la ojiazul. Arrancó la moto y recorrió las calles hasta llegar a un pequeño lugar, no habían ventanas, solo una pequeña puerta con un cartel que decía abierto y varios puestos de estacionamiento. Ambos bajaron de la moto y Erika se apegó al chico, quien la tomó de la mano y entró por la pequeña puerta.

Una campanilla se escuchó y Erika miró donde estaban. Era completamente de ladrillos y habían varios diseños en las paredes, habían dos butacas negras y alrededor cosas que Erika nunca había visto antes. Un olor a clinica la invadió y sintió un escalofrío. ¿Qué rayos era aquel lugar?

-¡Vic! -llamó Jason adentrándose al lugar-. ¡Vic!

Un chico alto y lleno de tatuajes apareció frente a ellos, tenía piercings gigantes en las orejas y el cabello recogido en una cola. Al ver a Jason, el chico, Vic, sonrió y dejó salir una carcajada acercándose a él.

-¡Muchacho! -saludo dándole un abrazo-. ¿Cómo has estado? No te había visto en mucho tiempo -otra vez con eso, pensó Erika.

-He estado un poco ocupado -le respondió contento.

-Ya veo -le dijo mirándolo de arriba a abajo y en ese momento Erika se percató de lo sucio que estaba, bueno, estaba lleno de tierra-. ¿Retaste a Tyler? Dime que le pateaste el trasero.

Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora