-Mariposa... Tranquila -repetía el moreno pero Erika no podía.-¡No puedo quedarme tranquila! ¿No lo entiendes? ¡Les pegue! ¡Y duro! -se llevó las manos a los cachetes y gruñó al tocar la herida de la mejilla-. ¡Estoy harta de tus putas!
Jason se la quedó mirando entre divertido, confundido y preocupado.
-¿Estás celosa? -preguntó con cuidado y Erika le lanzó una mirada llena de cólera.
-¿Celosa? ¡CELOSA! -chilló-. ¡¿De cuál de todas las chicas con las que te has acostado quieres que esté celosa?!
Jason carcajeó pero ella se mostró sería.
-De ninguna -le respondió con ternura-. Ellas deberían estar celosas de ti y lo están. No sólo porque sales conmigo ¡es porque eres perfecta!
-Yo no soy perfecta -le dijo sonrojándose.
-¡Es que no lo sabes! -le dijo él tomándole la barbilla delicadamente para no lastimarla-. Me encanta cuando te sonrojas... te hace aún más perfecta.
-Jason...
-Es enserio, todas ellas son las que están celosas -de pronto dejo de sonreír y la miró preocupado-. No... no te vas a alejar de mí por eso ¿verdad?
Erika negó pero no sonreía. Se mordió una uña distraídamente mirando hacia otro lado.
-¿Qué? -preguntó el moreno, ella lo miró dubitativa-. Dime, Eri.
Ella suspiró.
-No me alejaré de ti... -le dijo y él comprendió.
-Yo no me alejare de ti tampoco, Mariposa.
Ella negó.
-¿Qué pasa si un día te enojas conmigo? ¿Qué pasa si un día yo me enojo? ¿Qué es lo que me asegura que si algo pasa no te vas a ir con ninguna de ellas? ¿Si bebes? ¿Sales? No se... -dijo con nerviosismo.
-No he estado con ninguna chica desde que te conocí, te lo he dicho mil veces y te lo diré las veces que sean necesarias para que entiendas algo -la miró directamente a los ojos-. Eres la única chica que me importa.
-Pruébalo -demandó ella.
-¿Cómo quieres que...? -iba a comenzar a desesperarse pero tuvo una idea y sonrío ampliamente sabiendo cómo se pondría ella-. Vamos.
Se sentó derecho en la moto ante la mirada interrogativa de la ojiazul. Arrancó la moto y recorrió las calles hasta llegar a un pequeño lugar, no habían ventanas, solo una pequeña puerta con un cartel que decía abierto y varios puestos de estacionamiento. Ambos bajaron de la moto y Erika se apegó al chico, quien la tomó de la mano y entró por la pequeña puerta.
Una campanilla se escuchó y Erika miró donde estaban. Era completamente de ladrillos y habían varios diseños en las paredes, habían dos butacas negras y alrededor cosas que Erika nunca había visto antes. Un olor a clinica la invadió y sintió un escalofrío. ¿Qué rayos era aquel lugar?
-¡Vic! -llamó Jason adentrándose al lugar-. ¡Vic!
Un chico alto y lleno de tatuajes apareció frente a ellos, tenía piercings gigantes en las orejas y el cabello recogido en una cola. Al ver a Jason, el chico, Vic, sonrió y dejó salir una carcajada acercándose a él.
-¡Muchacho! -saludo dándole un abrazo-. ¿Cómo has estado? No te había visto en mucho tiempo -otra vez con eso, pensó Erika.
-He estado un poco ocupado -le respondió contento.
-Ya veo -le dijo mirándolo de arriba a abajo y en ese momento Erika se percató de lo sucio que estaba, bueno, estaba lleno de tierra-. ¿Retaste a Tyler? Dime que le pateaste el trasero.
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Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)
Teen FictionErika Phillips ha pasado los últimos cinco años de su vida en un trance, viviendo una rutina aburrida debido al cáncer de su padre. Había dejado sus sueños de lado y nadie en su escuela sabía por lo que su familia estaba pasando, con excepción de su...