Capítulo 24: Nervios.

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Capítulo 24: Nervios.

Jane

En los siguientes días posteriores a la cita con Elliot y la confesión de la historia de su madre, notaba el ambiente extraño. No extraño de que hubiera silencios ni espacios entre nosotros, sino extraño en el sentido de que notaba que él quería decirme algo, pero al final no lo hacía. Había situaciones en las que se me quedaba mirando y parecía que los iba a soltar, pero después, nada.

Y ya no sabía si era cosa mía, porque me estaba volviendo completamente loca con nuestra situación. Así que, para distraerme un poco, cogí el portátil y me tumbé en el sofá. Tras abrir el navegador, lo primero que hice fue ir a mi web. Me sorprendía cuánto había crecido en poco tiempo. Había pasado de recibir cien visitas a miles de ellas, y eso me gustaba, porque indicaba que Sweet Downfall se estaba haciendo más conocido y tenía más fans.

Escribí un rato sobre las últimas noticias, el poco tiempo que quedaba para que saliera a la venta su nuevo disco y la marcha de Oliver. Parecía que había ocurrido hace escasos días, pero la cruda realidad era que ya había pasado la friolera de cuatro meses. Tras revisar que todo lo que había escrito estaba corregido, subí la nueva entrada al blog. Empezaban a llegar mensajes de las downfallers más fanáticas, que compartían el enlace en Twitter.

Este era el modo de conexión de los fans de SD y de ellos mismos, principalmente había sido la causa de todo su éxito, y yo les había visto crecer y hacerse mejores. Twitter unía a los downfallers de todo el mundo, porque al fin y al cabo, éramos una pequeña familia. Que cada vez se estaba haciendo más grande.

Últimamente había estado hablando con una de mis seguidoras en mi cuenta de Twitter, una fangirl, Alicia. Vi que estaba activa con su cuenta y empecé a hablar un rato con ella. Nos contábamos cómo había sido nuestro día y, debía admitir que, días atrás, la había hablado de Elliot. Le empecé a contar las sensaciones que tenía con él y resumí lo que pasaba entre nosotros.

Pronto llegó una notificación anunciando que había respondido a mi mensaje privado.

@BigDreamerMC: "Espera, Jane, ¿me estás diciendo que ese chico está loco por ti y tú por él, y lo único que haces es rechazarle? Perdona que te lo diga, pero eres muy tonta.

Leí lo que decía el mensaje y solté una pequeña carcajada, a parte, al ser española, tenía pequeñas faltas ortográficas al escribir en inglés, bastante divertidas.

@AnotherFangirl: "No lo sé, es complicado".

Respondí con rapidez.

@BigDreamerMC: "¿Sabes lo que de verdad es complicado? Encontrar un chico que sienta eso por ti. Si no lo pillas tú, me lo llevo yo ;)"

@AnotherFangirl: "Ja, ja. No. Y cuéntame de ti, ¿tienes algún chico especial en tu vida?

Escribí indagando un poco. Cabe aclarar que ya había dicho muchas veces que era una persona muy cotilla con demasiado tiempo libre.

@BigDreamerMC "No todas tenemos tanta suerte como tú. La verdad es que he tenido un par de novios, pero nunca ha terminado bien. Y siempre es mi culpa, porque me siento insegura, rompiendo con ellos. Pero es que no encuentro a la persona indicada con la que me sienta completamente cómoda, que me quiera y me valore por quién soy, no por lo que intento ser. Que me conozca de verdad."

Sus palabras me dejaron sorprendida. Fingir ser algo que no quieres es horrible, y además que a los demás sólo les guste esa persona que tú intentas ser, es mucho peor.

Respondí con un corto mensaje, animándola a que no se desilusionase, todos tenemos derecho a encontrar a la persona indicada.

Me puse los auriculares y me tumbé en el sofá cerrando los ojos con la música puesta. Supongo que me relajaba y me aislaba. De repente, mi móvil empezó a vibrar, sobresaltándome. No sé cómo lo había conseguido, pero Elliot se las había ingeniado para que cada vez que me mandara un mensaje sonara "tienes un mensaje de Elliot". Lo más escalofriante era que lo decía con su voz a modo de contestador. Debía ser que en algún momento me había quitado el móvil y lo había grabado. Y no, no sabía cómo quitarlo. Tampoco lo quería quitar.

Más allá de la música © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora