Capítulo 48: ¿Odiar o amar?

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Capítulo 48: ¿Odiar o amar?

Jane

Diciembre

—Mamá, te he dicho que no —repliqué por tercera vez. No quería y ella no lo entendía.

—Pero, ¿por qué? Vamos, no va a ser tan malo. Prometo que me comportaré y obligaré a tu padre a que haga lo mismo —propuso mi madre a través del teléfono que sujetaba entre mi hombro y mi oreja. Mientras, colocaba en orden la gran cantidad de ropa que planeaba llevarme a casa. Esto se me había pegado de ella.

—No me fío de ninguno. Y temo por cómo reaccionarán los mellizos. Lo mejor es dejarlo para más adelante —traté de disuadirla de sus ideas. Ni de broma pensaba llevar a Jared a casa, no sólo sería incómodo para él y para los demás, sino que podría ser mucho peor. ¿Y si los mellizos metían la pata mencionando a Elliot o algo relacionado con él? No, gracias.

—Jane, cariño, ¿no pretenderás tenerlo escondido en un armario el resto de tu vida, no? Papá y yo tenemos mucha ilusión por conocerle –Su ilusión se limitaba a someterle a un intensivo cuestionario y a dilucidar si él era bueno para mí. Lo mismo que habían hecho con Elliot, y lo que harán con mis futuros novios.

—¿Quién ha dicho para toda la vida? Llevamos saliendo menos de un mes, ninguno de los dos sabemos si esto va a durar —tomé mi móvil que se me estaba escurriendo. Seguro que había sido de la impresión, que casi se había caído.

—Qué más da, Jane. No creas que no sé lo que estás haciendo, poniendo excusa tras excusa. Navidad es un momento único en el año para reunirnos todos juntos, en familia, y cuantos más seamos mejor. Trae a ese chico.

—Lo más probable es que ya tenga planes con su familia, como tú dices, uno debe de estar con su familia, no con la de su novia de menos de un mes. Te estás contradiciendo tú misma —alegué con una mueca de satisfacción que solo yo pude ver. Había encontrado la razón perfecta.

—Cariño, es que me hace tan feliz que estés con ese chico. Ya sabes después de lo...

—Después de lo de nada, mamá. Ya habíamos acordado que no íbamos a sacar más ese tema. ¿Y si alguno de vosotros lo hace estando Jared presente? —le expliqué lo que más me asustaba. No quería escenas incómodas y menos en fechas tan señaladas. Era la primera vez durante meses en la que iba a volver a casa y no deseaba que ocurriese nada malo.

—¿Lo de Elliot? Ya está superado por parte de todos. Cualquiera sabe que no se debe hablar de los ex. Y en todo caso, nos reiríamos junto a este chico de lo idiota que ha sido.

—Mamá...

—Al fin y al cabo, Jared es el que ha hecho las cosas bien y no el otro al pensar solo en sí mismo. Engañarte y marcharse de esa manera, eso es de cobardes.

—Basta, deja ya el tema —exclamé más alto de lo que pretendía, o a lo mejor no era así. Era por eso que no había permitido sacar ese tema a relucir, no, era del pasado, debía de seguir adelante. Entendía a mamá, pero lo que ella no sabía es que todavía me dañaba hablar sobre él.

Y sé que debería de odiarlo por todo el dolor que me había hecho pasar, pero no podía. ¿Conocéis la frase después de la tormenta llega la calma? Pues es lo que me había sucedido, sólo que al revés. Gracias a Elliot había adquirido esa calma, aunque luego se hubiese convertido en una fuerte y sonora tormenta.

—Lo siento, cielo —susurró tras un momento de un tenso silencio. Su voz sonó con un deje de culpabilidad, pero eso no sirvió para que yo fuera capaz de controlarme. Había destapado el baúl de los recuerdos, conocido con el nombre de ahora tan popular estrella, y por ende, había despertado mi rabia.

Más allá de la música © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora