Un Solo Corazón

Capitulo 73

"Una penosa decisión."

Lauri:

No sabía, ¿por qué razón había decidido que Sirkka y yo deberíamos comenzar a salir?, todo fue rápido y confuso, ¿ahora Karin que pensaría de mí?, pero ella se iría y yo me quedaría simplemente pensando en que algún día podía regresar, no podía estar toda la vida esperando por ella.

Al fin me convencí de que lo que estaba haciendo era lo correcto, aun qué por dentro sabia que era lo peor que podía haber hecho, todo el día me la pase en ese plan, sin embargo jamás imagine que eso le diera un giro total a mi vida.

Al día siguiente estaba preparado para enfrentar las habladurías de todos en el colegio, también las de Karin, sabia que le dolería pero la decisión ya estaba tomada. Cuando llegue al colegio mis amigos se encontraban en donde siempre, todos juntos en la entrada y estaban muy inquietos.

-¿Qué hay chicos?.-

-¡Lauri!.- Dijeron en conjunto.

De pronto al ver al frente vi llegar a Sirkka eufórica y ansiosa.

-¡LAURI!, mi amorrrr...-

Todos se me quedaron viendo extraño y confundidos, solo voltee y eche una sonrisa forzada.

-¡Ho...hola, Sirkka!.- Se dejo caer en Mis brazos bruscamente.

-Ya quería que llegara este momento, ¡querido Lauri!.-

-Amm, Sirkka creo que no era el momento de que me recibieras así.- Dije con un nerviosismo profundo.

De pronto cuando voltee a la calle principal, vi que llegaba un coche de color negro muy familiar, Se trataba de Karin.
La vi bajar con esa melancolía con la que se había marchado de mi casa aquella tarde de lluvia, no podía evitar que ese momento volviera a mi mente, no podía evitar sentir la misma tristeza que ella trasmitía con su mirar, y ahora su tristeza crecería mas, vi que levantaba la mirada al mismo tiempo que se incorporaba para avanzar a la entrada, y se detuvo a mitad de la calzada.

Pude ver que sus ojos se llenaron de lagrimas al ver que Sirkka me abrazaba con mucho cariño, y aunque yo no le correspondía Karin era muy inteligente para deducir muchas cosas al momento, solo levanto el rostro, controlo sus lagrimas y continuo su camino, ni siquiera volteo a verme mientras cruzo a mi lado.

Emma en ese momento me miro y movió la cabeza de un lado a otro en forma de desacuerdo con mi decisión, y después le siguió mi mejor amigo Eero, que al ver lo que pasaba abrazo a su ahora novia Emma y se alejaron abrazados.

-Quisiera que esto no fuera un sueño, porque espere tanto por este momento que ahora creo que solo existiremos tú y yo.-

-Sirkka, ¡te rogaría que no fueras tan evidente!, sabes nadie se había dado cuenta de mi decisión y yo quería decirles con calma y ahora no sé cual será su reacción conmigo, ¿entiendes?.-

-Pero Lauri, yo te quiero tanto, no me haga esto yo te dije que quería gritarle a medio mundo que te quiero y que ahora estamos juntos.-

-Lo sé Sirkka, pero también hay maneras de decir las cosas, no demostrándolas tan exageradas y te pido por favor me sueltes porque debo aclarar unas cosas con Eero y es hora de entrar a clases.-

Sirkka me soltó poco a poco, desanimada, y se hizo a un lado. -Bueno nos vemos en un momento más.-

Me retire algo molesto y desilusionado por la reacción de Karin. Cunado entre al aula todos me miraron extraño y Karin se encontraba recargada en el pupitre pensando en ¿quien sabe cuantas cosas?, me acerque sin pensar para que o porque.

-K...karin...-

Volteo me miro y respondió fríamente.
-¿Te puedo ayudar en algo?.-

-Ammm, ¿cómo estas?.-

-¿Acaso te importa mi Sentir?.-

-Pues... ¡eso creo!.- Dije algo perplejo.

-Pues muy bien, creo; pero sabes es mejor que no conversemos o tu novia podría molestarse.-

-Karin.-

-Por favor Lauri, ¡déjame ya!, crees que no sé lo que tú y Sirkka ahora son, sabia que algún día tendría que enfrentar esto, pero no creí que fuera tan pronto, y bueno felicidades, ¡pero ya déjame!.-

-¡Karin!.- Le dije triste.

Ella no hizo caso y volvió a recostarse sobre su brazo mirando al lado contrario de donde yo me encontraba, alcance a escuchar un pequeño sollozo, pero no quise hacerla sufrir más y decidí que era mejor dejar las cosas así.

Todo en mi vida se había derrumbado y yo le termine de derrumbar la suya, que tonto había sido al tomar una decisión tan apresurada.

Faltaba poco para que se fuera y yo ya me había dado por vencido.
Creo que el que debía poner en orden sus sentimientos era yo.