Capitulo 96

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"Una noche con Lauri."

Karin:

Ya en mi habitación me cambie de ropa para descansar mejor, cuando de pronto escuché que tocaban la puerta.

-¿Quién?.-

-Karin, ¡Soy Lauri, podemos hablar!.-

-¿Lauri?.-

-Si Karin, abre la puerta.- Me apresure a ponerme la bata para abrir la puerta, mi corazón temblaba y mis manos sudaban.

-¿Qué pasa Lauri!?.-

-¿Podemos hablar?-

Abrí la puerta enseguida con todos los nervios a flor de piel.
-¿Qué sucede?, ¡Me disponía a dormir!.-

-Es que... Yo, ¡no podía dormir !.-

-¡Ah!... ¡Y Hanna!.-

-Esta en su habitación.-

-Bien, mira Lauri no quisiera ser grosera pero, de verdad estoy cansada, en un rato debo ir a ver a Oskari y...-

De pronto paso, Lauri me besó repentinamente, a lo que yo no pude resistirme y correspondi de la misma manera, sentí esa tranquilidad que sólo te la da una persona a la que de verdad quieres, mi cuerpo cosquilleo de todas partes, mis ojos se cerraron sin evitarlo y mi temblorina se fue y la substituyó el sentimiento de cariño el cual me hacía rendirme ante él.

-Lauri, ¿¡Qué te pasa!?- Dije retirándome, en realidad no quería hacerlo pero sabia que estaba mal.

-Perdón, Pero tenia que hacerlo, comprende te extraño.-Me abrasó y me vino a la mente aquella primera vez que lo hizo, cuando planeaba irse y yo lo descubrí.

-¡Yo también te extraño!, no sabes cuantas noches he dejado de dormir pensando en ti.-

-Y tú no sabes cuantas veces he tratado de olvidarte, de dejar de sentir celos cuando Aki te recuerda.-

-¿¡Aki me recuerda!?.-

-¡Dios, Karin!, esta enamorado de ti y ahora te sorprende.-

-No digas esas cosas, yo solo quise a una persona.-

-¡Y yo solo he amado a una también!.-

-¡Lauri!.- Me sorprendieron sus palabras.

De pronto cuando menos me di cuenta estábamos dentro de mi habitación, sentados en mi cama recordando cosas tristes y felices.

-¡Sabes!, Jamas encontraré a alguien como tu Lauri .- Me recosté por el cansancio y él lo hizo junto a mi, voltee la mirada hacia él. -¡Te amo, mi Lauri!.-

-¡Yo a ti mi Karin!.- Me acurruque en su pecho y él me abrazo, beso mi frente y asi nos quedamos dormidos sin darnos cuenta.

Al dia siguiente desperté junto a él, pero ya teníamos una manta encima.

-¡Oh, por Dios!, ¿qué hora es?, ¡Lauri, Lauri!, ¡Despierta!.-

-¡Qué pasa!, ¡nos quedamos dormidos!.-

-Si, pero alguien vino a cobijarnos.-

-¡Oh!, espero no hayan pensado otra cosa, la verdad no creo que haya sido mi hermana, ella se hubiera molestado y de inmediato me hubiera levantado.-

Un Solo CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora