"Un cambio."
Lauri:
Ya no puedo decir más, solamente que me encuentro deprimido, hasta el suelo y el tiempo aun así no se detiene, me siento débil de mente, de sentimientos, luche tanto por este sueño y lo conseguí con creces ahora con creces intento superarlo, ya no soporto tanto tiempo así y mucho menos sobrio, todo lo que me sucedía era peor que una horrible cruda moral.
Me decidí a levantarme para ofrecerle de beber o de comer a mi esposa.
-¡Karin, cariño!.- Digo asomado de la puerta.
-No quiero nada...- Responde secamente.
-Necesito que comas algo no puede permanecer así, entiende, debes de comer algo o te hará daño.- Digo acercándome con una charola con sopa y guisado que he cocinado yo.
-¿Lauri por que no escuchas?, ¡te digo que no quiero nada!.- Dice agresivamente dando la vuelta en la cama.
-Mira Karin se que estas mal, pero entiende no eres la única que siente este vacío dentro de suyo, también eras mi hijo, ¡deja de ser tan egoísta!.- Dije gritando alterado
Cuando menos me di cuenta ella se puso de pie y frente a mí.
-Ya entiendo a dónde vas, pero el que se está comportando egoísta eres tú, se que era tu hijo pero no tengo ánimos para esto.- Dijo gritándome y tirándome la charola con los alimentos.
-¡¿QUE TE PASA?!, ¡ESTAS LOCA!, Si seguro es eso, te has vuelto loca, después de todo creo que fue un error aferrarme tanto a ti, te hubiese quedado con él cara linda de Jared.- Dije finalmente rabotando la charola en el piso.
-¡Eres un tonto!, me regreso con mis padres, ¡insensible y ESTUPIDO!.-
Esa última palabra reboto en mi cabeza y me hizo caer en cuenta de lo que en realidad pasaba, estábamos cayendo en la monotonía de la relación.
-¿Karin me has dicho estúpido?.- Dijo mirando hacia a atrás.
-¡Déjame en paz, no quiero verte!.- Dijo azotando la puerta de la recamara.
Nunca me había sentido tan solo, era tan absurdo pelear con ella de esa forma, que mas podía hacer si la cólera de no tener a mi hijo y no saber de él me tenía al borde de la locura también, que desgracias me esperaban si continua aferrado a ella, como rayos podía superar este conflicto conmigo mismo.
Hasta que sonó el teléfono insistentemente.
-¡Hola!.-
-Hola... ¿Ylönen?.-
-¿Quien habla?.- Dije impresionado de escuchar la misma voz de hace unos meses atrás.
-Te dije que no podrían ser felices, mientras yo viviera, ¿extrañas a tu hijo verdad?.- Dijo aquella voz en forma de burla.
-¿Quien rayos eres?, ¡si esto es una broma te advierto que...!-
-Bueno, solo estoy esperando a que tu mujer pierda la cordura completamente...- Dijo interrumpiéndome y consecutivamente colgando violentamente.
-¿Pero quien rayos es?, ¡se me hace tan conocida esa voz!.- Dije para mí.
-¿Quien era?.- Dijo Karin detrás de mi metiéndome un gran susto.
-!Ay, no hagas eso!, no lo sé.- Dije aun asombrado.
-Lauri yo, ¡yo quiero pedirte perdón!.- Dijo bajando la mirada y soltando una lagrimillas.
-No te preocupes.- Dije detrás de un gran suspiro.
-No quiero que termine todo así.- Dijo muy apenada.
Lo único que hice fue abrazarla un poco y calmarla, la senté en el sofá conmigo y la acurruque nuevamente en mis brazos, como era posible que nuestro sueño se hubiera caído abajo por simple capricho de terceras personas, al menos sabia que Dexter aun estaba con vida y que alguien que conocíamos estaban detrás de esto, como había sido tan tonto para creer que era un secuestro por dinero, era más bien un gancho para que Karin y yo nos separáramos nuevamente, me sentía tan frustrado y lleno de cólera, ojala y pronto supiera de quien e trataba para poner sobre su cuello ambas manos y... bueno no matarlo pero la cólera que sentía era tremenda y quería que aquel sin vergüenza pagara por lo que nos estaba haciendo Karin estaba desesperada y al borde de la depresión, como diablos iba a superar eso yo solo, estaba arto, quería colgar la toalla y olvidar todo.
ESTÁS LEYENDO
Un Solo Corazón
FanfictionLa bella historia de Karin una chica sencilla y tímida que es cautivada por un chico extraño de nombre Lauri Ylönen en el ultimo año de clases en la escuela secundaria, en el bello país de Finlandia. A partir de un pequeño tropiezo la vida de estos...