Elsa

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En una tarde agradable de verano, en su despacho anexo a la sala de observación de la enfermería de la exclusiva escuela primaria Dreams Elsa se encontraba sumida en sus pensamientos, ese día en especial su querida Nonna cumplía 3 años de muerta.

Para ella era un día de reflexionar en cómo había cambiado su vida y más desde aquella noche en la que cumplió 21 años, la noche que en sus sueños revivía dejándola sudorosa y con la sensación de pérdida aún mayor que la vez anterior, ya que había amado y perdido, todo en la noche que cambio su vida. La noche en que concibió a su hijo.

El hecho fue –pensó Elsa con tristeza- que no tenía mucho control en su vida, a raíz de la muerte de su madre cuando ella tenía 10 años las cosas cambiaron mucho en su casa, temía incluso hacer notar su presencia, por eso, no era de extrañar que se enamorará de la persona que le mostrara aprecio sin conocer los detalles tristes de la muerte de su madre y el papel que ella tuvo, el problema que hubo con esa persona que le mostro respeto y compresión era que ya estaba emparejado con su hermana.

Su alocada hermana, que siempre se salía con la suya, Elsa nunca tuvo las fuerzas para negarle nada, ya que como había dicho su padre, ella era responsable de su gemela, le había pedido hacer la mayor locura de su joven vida esa noche que por circunstancias que no previo término embarazada y con el corazón roto. Era consciente que sin el apoyo y cariño que siempre le prodigo su amada Nonna quizá no sería la persona que era en día.

- Ay Nonna, como te extraño- pensaba ajena a que era observada hasta que oyó la voz de su prima y amiga más querida

- Yo también, la extraño Elsa

- ¡Punzie!, me asustaste, rayos, eres más silenciosa que un gato-exclamó Elsa abrazando a su prima- deberías cambiar, un día me va dar un infarto. - dijo sonriendo y abrazándola

- Yo lo haré, cuando abandones tu mañana de hablar sola- contestó, devolviéndole el abrazo.

Se separaron mirándose mutuamente con complicidad, sabían que podían ayudarse mutuamente y confiaban plenamente en todo, Elsa sabía todo de Punzie y.... bueno casi todo Rapunzel sabía de su prima, pero entendía sus reservas, habían crecido juntas Anna, Elsa y ella, eran hijas de hermanos mellizos, el padre de las gemelas era hermano de la madre de Punzie, solo esta última era mayor por una semana, por lo que eran más hermanas que primas. Nonna era la madre de Marie, madre de Elsa que adoptó a Punzie como otra nieta más tratándola como si lo fuera de su propia sangre, cosa que la joven recordaba como lo mejor de su infancia y más después de la muerte de la tía Marie, en ese horrible día, cuando su tío Edward se volvió muy frío con Elsa como si la odiara y empezó a malcriar a Anna, la única que trato de mantener el equilibrio fue Nonna, hasta aquel fatídico día en que hizo la situación actual presente.

Punzie observó a su prima y ciertamente el parecido entre las hermanas estaba en la forma de sus ojos, su nariz pecosa y los labios, estatura y con flexión, pero su cabello era rubio claro casi blanco y Anna rojo casi naranja como su finada madre, Nonna decía que de joven su pelo era como el de Elsa, ya que el padre tenía cabello castaño claro, sobre todo los ojos de Elsa eran azul claro como el cielo de invierno al amanecer, como los de su finada madre y Anna los tenia turquesa como su padre y el carácter de ambas también era tan diferentes colores sus cabellos, Anna vibrante, atrevida, voluntariosa haciendo juego con su melena de fuego, Elsa era tranquila, reservada, muchos creían que era fría pero era timidez lo que se tomaba por frialdad, la que se acentuó tras la muerte de su madre.

- ¿Que pasa Punzie tengo algo en la cara? O ya me salió otra arruga- preguntó enmarcando la ceja y una ligera sonrisa

- Algo así -contesto Punzie sonriendo también, - ¿ya estas listas?

- Si, ya vámonos, ¿Eugene pasara por Jake?

- Si, allá nos van a alcanzar

- ¿Pudiste convencer a Anna de venir este año? - pregunto Elsa, con nerviosismo y mordiéndose el labio inferior

- Dijo que lo pensaría - lo dijo cruzando los dedos mentalmente

- Pues... ¡¿Que esperamos?!- dijo Elsa quitándose la bata y tomando su bolso

A Punzie no le pasó desapercibido el tono de decepción de su prima, ya hacía mucho tiempo que las hermanas no se hablaban exactamente casi 9 años y ahora por su profesión no podía decirle a Elsa que se hermana se estaba muriendo, suspiro internamente, ya tendría tiempo de hablar con Elsa sobre Anna, en ese momento era mejor continuar con los planes hechos, con este pensamiento siguió a su prima a través de la escuela hasta el estacionamiento donde se encontraba el chevy de su prima, a ella la había dejado su esposo quien en ese momento iba a ir por la hija de ambos, para después regresar por el hijo de Elsa.

Elsa nunca le había contado las circunstancias de la concepción de Jake, el niño era tan parecido a su padre que era difícil no establecer el parecido, para Punzie era un verdadero misterio el como la tímida y reservada Elsa terminara embarazada de nada menos de su cuñado; pero lo más desesperante para ella (no le gustaban mucho los misterios), ella era una tumba cada vez que se le había ocurrido abordar el tema ya fuera ella o Nonna, Elsa solo se quedaba muy callada o cambiaba el tema, las pocas veces que había hablado al respecto lo hacía con voz triste y culpable; siempre diciendo que la culpa era de ella y no del padre. Como médico la desesperaba la pasividad de Elsa, como familiar entendía el miedo de Elsa de perder a su hijo si se daba a conocer la identidad de su padre y dada la gran ruptura que se dio hacia casi 9 años con la muerte de Kristoff, no fue difícil para Elsa ocultar la identidad del padre de su hijo, pero no podía evitar preguntarse cuando el niño creciera más y siguiera pareciéndose cada vez más a su padre, cómo reaccionaría este ante la noticia.

Ahora Anna ya lo conocía, hacia menos de un mes que había ayudado a que Anna viera de lejos al pequeño Jake y ahora estaban en planes de que hablaran, Punzie suspiro internamente, ya cruzaría ese puente, ahora iría con su prima a ver la querida Nonna, pensando "ella me ayudaría solucionar este lío"

Ya instaladas en el coche utilitario de Elsa, se enfilaron al panteón para llevarle flores a la Nonna. Mientras conducía pensaba en como la vida daba muchas vueltas, nunca se había visualizado así su vida, cuando estaba estudiando ella hubiera querida estudiar para médico como Punzie, pero las circunstancias la orillaron a estudiar enfermería y amaba su trabajo y mucho, pero definitivamente no era ese su plan de vida. Sin la Nonna nunca hubiera podido terminar su carrera, posiblemente todo hubiera terminado en ese otro accidente que le cambio la vida.

Primero su madre en aquella balacera que por protegerla murió, y en ese mismo día su padre cambio con ella o mejor dicho empezó a odiarla, a culparla por la muerte de su amada esposa, así que no sólo perdió a su madre también perdió a su padre, y Anna cambio para mal, ya que se volvió muy caprichosa y ella para conservar su cariño le consentía todo y siempre hacia lo que su hermana quería, incluyendo su fiesta de 21 años, la fiesta que hizo de su vida cambiará tan radicalmente.

Punzie al verla tan concentrada pudo ver los pensamientos de su prima pasar por sus ojos tan expresivos, pensó en echarse una pequeña siesta después de todo, eran más de 2 horas de camino para su destino.


Próximo capítulo

En el cementerio


Perdóname hermana (jelsa)(editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora