Hans

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Elsa despertó al sentir el sol en su rostro, sabía que había dormido mucho, se sentía ya renovada y muy hambrienta, se daba cuenta que ya era tarde, no estaba en la habitación de Jack, estaba aún en la asignada de Jake.

Recordó los último sucesos antes de dormir, la horrible carta de su padre, cuando la recibió pensó que era una reconciliación con su padre, que finalmente la iba aceptar y perdonar, para ella fue terrible leer que su padre la quería obligar a renunciar a su hijo y lo peor demostrar que era una mala influencia como madre, por un terrible momento pensó que Jack estaba enterado de las intenciones de su padre, por eso podría reclamarlo fácilmente, ahora a la luz del día con la mente aclarada se avergonzaba de pensar que Jack la traicionaría, se supone que lo conocía un poco mejor después de los terribles acontecimientos que se dieron desde el funeral de su hermana hacía ya casi un mes.

-Cómo pasa el tiempo- se dijo en voz baja

Había descubierto esa faceta leal y dulce de Jack, se sentía mal consigo misma por desconfiar de él, así no podría tener un futuro si ella desconfiaba de él a cada paso, además por el mismo alejamiento que se le impuso cuando la saco su padre de la casa, desconocía como su padre había sido en esos largos 9 años, bueno ya casi 10. Debía disculparse con Jack, no podía dejarlo por más tiempo así, lamentablemente, a veces, su propio organismo decidía que era lo mejor, y el dormir fue la solución a toda la confusión y dolor que sentía. Además, estaba el haber oído la conversación de Jack con su prima sobre su miedo a perderla, debía disculparse por herirlo y por preocuparlo.

Con eso en mente se levantó de la cama, aun no sabía qué hora era, estaba vestida con el mismo conjunto deportivo de la noche en que había recibido la fatídica carta. Salió al pasillo descalza y al llegar a la cocina vio a Jack sentado de espaldas a ella inclinado sobre su portátil. Se le quedo viendo deleitándose de la belleza masculina, Jack siempre había tenido un cuerpo delgado, pero bien definido, su cabello se veía más alborotado de lo habitual como si Jack hubiera pasado sus manos en todo momento, se le veía concentrado, no quería asustarlo, pero se le veía tan abstraído en lo que estaba haciendo que comprendió que; o bien se acercaba a él o le hablaba de una vez, decidió acercarse y abrazarlo en un impulso.

Jack estaba leyendo el informe en su portátil, desde que Elsa dormía hacía ya casi 36 horas, no había querido dejarla sola, ya había hablado con Punzie que en caso no despertara Elsa en otras 8 horas la llevarían al hospital para hidratarla por suero. Cuando sintió los brazos alrededor suyo, casi salta hasta al techo, pero al mismo tiempo supo que Elsa ya estaba bien

-Lo siento-murmuro contrita

-Por intentar que me dé un infarto- dijo tomándola de las manos

-Por todo, Jack-dijo Elsa sin soltarlo-por desconfiar de ti, por lastimarte, por preocuparte y ahora por casi ocasionarte un infarto.

-Ven aquí y abrázame como se debe-dijo halándola hacia su pecho

- ¿Me perdonas? -dijo con la cara enterrada en su pecho y sintiendo los labios de Jack en su cabeza-Lo digo en serio no quise lastimarte, pero la carta me trastorno mucho, pensé que...bueno ya no sé qué pensé; pero no debí dudar de ti Jack

-Tranquila-se separó levemente para tomarla de la barbilla y hacer que levantara la cabeza para que lo viera a los ojos- aunque no lo creas, si te comprendo, cuando me puse en tu lugar hasta desconfié de mí mismo, lo único que me cuesta trabajo perdonarte es el susto mortal que diste al dormir tanto...

-Esta vez cuanto dormí-lo interrumpió

-Casi día y medio

- ¡Tanto! - exclamo sorprendida- con razón muero de hambre

Perdóname hermana (jelsa)(editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora