Capítulo 16

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Desde aquél día en el bosque, la ansiedad se había apoderado de mi cuerpo.
Cuando regresé a la mansión después del episodio con aquél lobo negro, Sam me había dado un sermón sobre mi seguridad que terminó en una pelea. Llevaba dos días sin salir aproximadamente y sentía que me estaba muriendo. Necesitaba verlo de nuevo. Oler su delicioso aroma. No dejaba de pensar en eso era como si algún hilo invisible me estuviera jalando hacia él.

Vaya, eres una hombreriega, Amanda.

Por más que intentaba desechar ese pensamiento, siempre volvía a mí. Tenía que enfrentarme a él en algún momento, pero ahora mismo, lo más importante era encontrar respuestas a lo que había pasado la otra noche, cuando Sam habló de "ellos". Hoy conseguiría las respuestas.

(**)
Llegó la noche y salí una vez más de mi cierto. Esta vez, no fui a la cocina si no que llegué más allá. Me topé con un salón enorme que estaba alumbrado por una chimenea. Tenía grandes sillones, esparcidos estratégicamente y unos ventanales enormes que dejaban ver todo el bosque. Era realmente espectacular.

-¿De te perdió algo?-aquella voz me sacó de mis pensamientos. Era Sam. Vestido con unos jeans negros y una playera blanca. Se veía tremendamente sexy.
Al ver mi cara de sorpresa, me dedicó una sonrisa (bendita sea su sonrisa) y se acercó a mí.

-Solo quería hablar...

Sam suspiró. Llevó su mano a su cabeza y rascó su pelo.

-Lo sé. Sé que estás ansiosa por saber más, pero eso no justifica que no obedezcas lo que te digo-me miró mal- es por tu seguridad, Amanda. Si algo te pasara, yo simplemente....

-Ey, tranquilo. Sigo aquí, ¿está bien?.

Me partía verlo de esa manera; tan vulnerable y con esa mirada en sus ojos tristes y nostálgica que le provocaba ganas de abrazarlo y hacer que sus preocupaciones se fueran.

-Espero no haber metido en problemas a ese hombre-dije apenada- no pensé en nadie más. Necesitaba mi espacio.

Me miró unos segundos y asintió.

-Muy bien, ¿qué es lo que quieres saber?- se sentó en el sillón y me miró atentamente.

Su respuesta me dejó en blanco. No pensé que estuviera dispuesto a discutir todo conmigo, mucho menos ahora.

-Primero que nada, ¿quiénes son "ellos"- utilicé mis dedos para hacer comillas en el aire.

-Son otro clan-Soltó un largo suspiro antes de continuar- cuando tu padre murió...

Ohh no, aquí vamos.

-..todo se fue a la mierda.  Nosotros somos el clan más poderoso. Contamos con los guerreros más fuertes y destacados, pero tu padre era el alfa del clan más respetado de todos. Tenía aliados y amigos por todo el país que darían la vida por él. Tras su muerte, se desató una especie de guerra. Todos sus aliados buscaban vengan su muerte. Por unos años, estuvimos en guerras. No fue hasta hace poco que las guerras pararon, de repente- me miró cansado. El amarillo de sus ojos se veía apagado, me dolía el alma de verlo así- Nadie sabe la razón. Pero hace unos días, percibimos a algunos intrusos en el bosque. 

Era demasiado que procesar. La guerra, los clanes, las muertes, todo daba vueltas en mi cabeza. ¿En qué clase de mundo me había metido?

-Es por eso que no quería que salieras, Amanda. Es peligroso. No sabemos quiénes son o qué es lo que quieren. Además, aquél día que te marqué, mi esencia se combinó con la tuya y viceversa. Cualquier lobo puede saber que estás conmigo y eso,-su tono se volvió lúgubre- eso lo pueden usar en mi contra. Intentarían lastimarte y eso no podría soportarlo.

Me acerqué a él y sin pensarlo planté un beso en su frente. Fue un beso dulce, suave y lleno de consuelos. Nuestros labios se separaron y juntamos nuestras frentes. Sam me miraba con un cariño que me derretía toda el alma.

-Te quiero- susurré.

Sam apresó mis labios y nos fundimos en otro beso.

(***)
Ayer por fin se declaró seguro salir al jardín. Me sentía feliz de poder volver a correr, pero muy adentro, yo sabía que la razón era para encontrarlo de nuevo.

Así que me adentré al bosque, esperando alguna señal que me guiara hasta él.
Dicha señal no tardó mucho en llegar. Justo cuando me encontraba junto a río, percibí su aroma y lo seguí. No recordaba lo exquisito que era.

De nuevo, el poseedor de aquél aroma se encontraba en el claro. De nuevo estaba mirándome. Llegué y me posicioné frente él. Era grande, me sacaba aproximadamente dos cabezas, pero no dejé que me intimidara. Le devolví la mirada y me aseguré de transmitirle todas mis dudas. No sabía cómo, pero conseguiría las respuestas que estaba buscando. A como diera lugar.

Hola :) primero que nada, ¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!! El número de lectoras va incrementando cada vez más y eso me hace feliz como una lombriz. Gracias también por su paciencia porque luego me tardo en subir o las dejo en el suspenso, jeje. Son lo mejor, de verdad. Pero no sean fantasmas, díganme que piensan :) Probablemente entre mañana y pasado suba uno nuevo, no desesperen.

Tomada por la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora