Capítulo 32

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Nunca había visto a Lucian tan emocionado. Corría de una lado a otro con cajas llenas de juguetes, ropa, decoraciones y demás cosas para la bebé y su habitación. Habíamos decidido pintarla de un morado pastel muy bonito. 

En cuanto se hizo público que sería niña (aún más) regalos no se hicieron esperar. Además, tanto María como Lili venían diario a la casa. Me ayudaban a cocinar, a poner los muebles en su lugar y simplemente a pasar el tiempo. 

-¿Han pensado ya en el nombre? -Lilith me miraba con un enorme sonrisa plantada en el rostro. Parecía una loca, sólo le faltaba el cuchillo en la mano. 

-Bueno..no, no realmente.- dije tímida. Era verdad no había pensado en ningún nombre. ¿Samantha? No, era suficiente con el hecho de que fuera su hija. Debía darle un nombre único. 

-Ohh, bueno. No es nada de qué preocuparse. Dicen que muchas veces lo sabes hasta que los ves.- arrugó la nariz y agitó la mano. 

-Es cierto- replicó María de pronto- yo vi a mi pequeña y supe que llamaría Lucía.-su rostro se enterneció al pensar en su hija. 

Lucía esta jugando en por ahí en la casa, se podía escuchar su aguda y chillona voz por toda la casa. Esa niña nunca paraba de cantar. 

(**)

Para la noche, ambas se fueron pero dejaron la cena preparada. Así que tomé un plato y me fui a sentar. Estaba con la cuchara de camino a la boca cuando pude escuchar a Lucian; estaba dentro de mi cabeza. 

¿Amanda?- su voz estaba teñida de un angustia que hizo que me puse rígida al instante. 

Aquí estoy. ¿Qué pasa, todo bien?- mi voz respondió en el mismo tono de alerta.

-No.- su respuesta me dejó helada. ¿Ahora qué?- Alguien entró a nuestro terreno. No sabemos quiénes son o qué es lo que quieren. Solo que son fuertes y muchos. 

¿Quién demonios podría ser? Además, ¿por qué ahora? Con la muerte de Sam, la guerra había terminado y ahora nosotros éramos el clan más fuerte. Era una verdadera estupidez atacarnos así, sin más. 

-Escúchame bien. Enciérrate, no te quiero fuera ¿oíste? Te avisaré en cuanto sea seguro.- A pesar de la evidente tensión (y su anterior preocupación) logró sonar seguro y exigente. 

Asentí energéticamente con la cabeza aunque el no pudiera verme. 

-Por favor, ten cuidado.- había súplica en mi voz- Si algo te pasa...yo no po-

-Todo va a estar bien. Confía en mí; pero la prioridad son tú y el bebé, por favor estén a salvo. Enviaré a Jack con ustedes. 

Jack me caía bien. Era un niño de aproximadamente unos 16 años que acababa de tener su primer transformación. Había estado entrenando con ayuda de Lucian y por lo tanto habíamos entablado una buena relación. Sabía que si era necesario pelearía y hasta más.. pero no, no llegaría a eso. 

-De acuerdo. Te amo.

-Yo también

Y eso fue todo. La conexión se terminó y me quedé aturdida ahí en medio de la cocina con mi plato ahora frío y un creciente dolor en la cabeza. 

El estrés no es bueno para el bebé. Repetía en mi cabeza mientras trataba de contabilizar mis respiraciones. No estaba funcionando.

En cuanto me paré, supe que algo estaba mal. Tenía un extraño presentimiento. 

Y entonces, lo escuché.

Algo haciéndose añicos abajo, cerca de la entrada.Mi cuerpo entero entró en estado de alerta. Agudicé el oído y pude escuchar claramente el sonido de unos paso..¿tacones? No estaba segura. Pero aquél presentimiento en mi pecho no desaparecía, al contrario, se hacía cada vez más y más grande. Al punto de no poder respirar. 

Entré en pánico y sentía el mundo a mi alrededor dando vueltas. Volviéndose cada vez más y más negro. Pero no me desmayaría, si lo hacía, cualquier cosa podría pasar con el bebé. 

No.

Comencé a inhalar y exhalar de manera profunda, dándole tiempo a mi cuerpo de estabilizarse con la mesa mientras los pasos se acercaban. 

Lo primero que se distinguió fue su silueta. Alta y voluptuosa con una larga cabellera. Con forme se fue acercando, me fue posible reconocer sus rasgos. Ya no tenía ese aspecto sucio y demacrado con el que la recordaba. Oh no. Ahora se veía joven, fuerte y molesta. 

Muy molesta. 

Sus castaños ojos se clavaron en mí y  se formó una sonrisa torcida en su rostro. Odiaba decirlo, pero sus dientes eran perfectos. Blancos y alineados; como de alguna actriz de televisión. Lentamente, su mirada recorrió mi cuerpo. De arriba a abajo y volvió a subir, mirando ahora mi pancita fijamente. Una llama de odio recorrió sus ojos y descompuso su rostro, pero duró menos de un segundo.

-Supongo que no es de Lucian- su voz si que era odiosa. 

-¿Qué quieres, Monica?- a pesar de aquél sentimiento de opresión, logré que mi voz sonara firme. 

Y entonces, sonrió de nuevo. Su sonrisa era mortífera. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Ya sabía a lo que venía. 

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¡¡¡Hola!!! Miren, yo se que me odian, pero no había más. Si no mataba a Sam lo que está a punto de pasar no habría pasado y además sería muy monótono y aburrido. Así que por favor entiéndanlo :(

En otras noticias, ¿cómo les gustaría que se llamara la hija? Dejen sus comentarios :D 

Ya está cerca (ahora si es en serio) el final, así que disfruten los últimos caps. 

Son lo mejor, adiós :)



Tomada por la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora