Capitulo 2

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Subí los escalones que habían en la entrada de la gran casa; estaba nerviosa, seguro no me iba a aceptar e iba a decir que era una gran mentirosa. Pero tampoco perdía nada por intentarlo.

Toque mi ombligo plano, a lo mejor nos aceptaría bebe, sonreí.

Un golpe en la puerta, nada. Dos golpes y se sentían ruidos dentro de la casa.

-Hola.- me abrió la puerta una amable anciana con una sonrisa, era una de las empleadas, supongo por el uniforme que llevaba.

-Hola- dije tímida.- ¿Esta Ethan?

-Sí... ¿Quién lo busca?

-Oh... soy Esperanza Khavan.- estreche la mano con la mujer.

-Espéreme un segundo.

Asentí.

***
-Hola...- dije suavemente.

Entre en el gran despacho de aquella lujosa casa y me quede de pie frente a él.

Ethan estaba apoyado en el escritorio con los brazos cruzados. De vestir llevaba unos hermosos jeans claros y una camiseta color ciruela con los primeros dos botones desprendidos, en donde se observaban unos suaves vellos de su pecho. Recuerdo cuando había estado en su pecho descansando luego de aquello.

Él me observaba sin decir ninguna palabra, sus ojos bajaron hasta mis maletas y frunció el ceño.

-Esperanza.- mi nombre en su boca era un delirio.

- Ethan... yo...

-Creo que lo nuestro quedó claro.- él giró y se sentó en la silla de su escritorio. Se veía como un adulto tan maduro detrás del escritorio.- era solo una noche, una debilidad.

Suspire. Sí obvio que lo sabía Ethan, antes de dejarme allí desnuda en la habitación del hotel me habías pronunciado las mismas palabras.

-Siéntate.

Siempre tan autoritario.

Me senté y junte mis manos, era hora de decirlo Esperanza.

-Ethan, estoy embarazada de una semana. Y sabes perfectamente que solo me he acostado contigo.

Listo, ya largue la bomba. Él seguía estático en su lugar... se comportaba igual que mis padres, me observaban pero no pronunciaban palabra y eso me incomodaba a más no poder.

- No... yo...

Vaya; era la primera vez que veía al famoso boxeador Ethan Egarhy sin palabras.

-Ethan no usamos protección. Ya se que era cosa de una noche, mis padres ya saben que estoy embarazada y me echaron de mi casa... lo siento, es lo que te puedo decir, yo no tengo la culpa. Te juro que cuando me entere también me había quedado sin palabras e imagínate yo no quería hacer esto a propósito... tengo apenas 18 años y ni siquiera una carrera.

-Esperanza... estoy comprometido.

¡¿QUÉ?! Dios, algo más me tiene que pasar. Yo no sabía nada que Ethan estaba comprometido... vaya en que lío me he metido. En uno muy grande.

-Ethan, nunca me dijiste eso. Dios, me siento horrible.- apoye mi frente en la mesa.

-Yo estoy peor que ti... Imagínate que un hombre de 27 años deje embarazada a una pequeña de 18 años.

-Ethan yo no te pido que te hagas cargo, si quieres no lo hagas pero pensé que lo mejor era que debías saber...- me levante de la silla y me quise largar de ahí antes de estar llorando desconsoladamente al frente del hombre que me hizo mujer.

-No, no- Ethan se levanto rápidamente de su silla y se planto frente a mi.- hagamos un ¿Trato?

-¿Trato?- pregunte confundida.

- Sí, quiero que ese niño nazca bien y sano. No quiero dejarte sola en ese mundo cruel y embarazada, Esperanza.- cogió mis manos entre las suyas. Se sentía tan bien tener de nueva esa cercanía con él.

-¿Y tu prometida?

-Esperanza, le diré que eres una amiga que necesita ayuda. Nada más; ella no tiene porqué saber más. Acéptalo por favor es lo más que te puedo ofrecer. Luego te alquilare un lugar en donde puedas vivir, quiero ocuparme de ti.

-No, no, es demasiado...- negué con la cabeza.

-Esperanza, nada es demasiado, te he dejado embarazada, eres tan joven y culpa mía perdiste todo lo que tenias. No quiero que caigas en abandono y no puedas afrontar la vida real con el bebe.

Un sollozo leve se me escapo de mi boca y me abrace a él. Dios, como necesitaba sentir su perfume, sus caricias, aún recuerdo como me había tratado aquella noche. Era tan delicada para él.

***
Termine de colocar toda la ropa de las maletas en el armario que había en la habitación de invitados y baje a la primera planta para cenar.
Apenas divise la mesa al entrar al comedor vi a Ethan sentado en la punta leyendo el periódico, como si estuviera tranquilo... como si todo fuera normal.

-Hola.

Él levanto la vista del periódico y me miro de arriba hacia abajo, me había puesto un cómodo vestido largo. Mis mejillas se tiñeron carmesí al recordar aquella noche.

Me senté en la silla.

De pronto se sentían ruidos de tacones bajar por las escaleras; al comedor entro una hermosa morocha despampanante vestida con una pollera tubo y una camisa blanca. Me miro a mí frunciendo el ceño y se acercó a Ethan a darle un beso en la boca, uno incómodo para mi.

-Hola, tu eres...

-Esperanza.- estrechamos la mano. Es obvio que debes decir qué haces allí, tonta.

-Erika ella es una amiga que está embarazada y necesitaba ayuda, yo se la ofrecí.

Gracias Ethan, aunque me dolió ¿Amiga?

Y si Esperanza, no iba a decir que eras la persona con la que había tenido una aventura estando comprometido; habló mi subconsciente.

Ethan... ¿Comprometido? Le observe la mano y no tenía ningún anillo. Claro, así nunca me hubiera imaginado que Ethan estaba comprometido.
Ethan me observo con el ceño fruncido, claro, sabía que no le gusta que le observen. Inmediatamente mire en otra dirección.

Habían traído la cena y toda la comida consistió en puro silencio. Un silencio desgarrador que asesinaba a quién apenas tosiera.

Bien, iba a ser duro tener que vivir en esta casa... solo por 9 meses.

Embarazada en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora