Capitulo 14

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Suspire frustrada y me limpie las lágrimas con el dorso de la mano. No me iba a permitir llorar por un idiota como Ethan, ya sabía que todo esto pasaría... solo que me ilusione de más. Tendría que haber aceptado quedarme en aquella casa pero no dejar que Ethan me llevara a su cama nuevamente, que idiota, idiota, idiota...

La plaza de juegos en la que estaba sentada me hacía sentir más mal. A lo lejos se observaba un montón de niños y niñas corriendo y jugando con sus padres, me daba lastima pensar en que mi bebe no tendría un papa, espero que Ethan me diga que todo aquello lo que hizo fue una broma, un engaño, que va a dejar a Erika y me va a venir a buscar a mi... pero no sé si todo es tan sencillo. No todo es lo que uno cree.

Desvié la mirada atenta que tenía a los niños que corrían con sus juguetes y observe a mi alrededor los distintos bancos blancos de la ciudad, en uno observe a una mujer con un bolso a su costado, no le preste atención y continué mirando a mi alrededor por si veía el auto de Thomas o alguien buscándome... desearía que ese alguien sea Ethan, el que me rescate de todo esto.

Quede con la mirada perdida a la calle cuando de repente una mano toco mi hombro. Mi corazón comenzó a latir rítmicamente fuerte, me habían descubierto... gire la cabeza pero no era quien yo esperaba.

-Esperanza...

-Mama.

La cara de mi madre estaba pálida y creo que yo también estaba a punto de desvanecerme. Hacía mucho que no la veía. Ella observo mi vientre, aunque no tenga demasiada panza a mis 4 meses apenas se me notaba, lo suficiente para saber que estaba embarazada. Luego me miro a mí y me sonrió, esa sonrisa cálida que me daba cada mañana al despertarme para ir a mi colegio, esa sonrisa que me daba cada vez que le decía ''mama, te amo'', esa sonrisa que ponía cada vez que ingresaba a la casa gritando diciendo que me había sacado una buena nota. Esa era la sonrisa de mi madre... la que más amaba.

-Mi niña... perdona- dijo al borde de las lágrimas- perdóname, lo siento, te he extrañado tanto cada día... que ya no puedo más.

-Oh mama- suspire llorando- no me digas eso, siempre te vamos a perdonar a ti- dije tocando mi vientre. Ella sonrió con su cara toda roja a causa de las lágrimas- eres nuestra abuelita preferida.

Ella se acercó a mí y me abrazo, aun puedo sentir ese bello abrazo, tan cálido, hogareño y único, porque únicamente ella me los daba.

-¿Por qué estas con esos bolsos?- le pregunte luego de los abrazos y besos que me dio en mi cachete y en mi vientre.

-Tu padre... me hecho- dijo afligida.

-¿Cómo que él te hecho?

-Sí... bueno, yo te extrañaba tanto, pele con tu padre esta mañana, yo quería buscarte pero él no me dejaba salir de la casa. Entonces me hecho.

Nunca iba a dejar de ser un hombre caradura mi padre.

-Es un inútil mama, no le hagamos caso- le dije. Ella me sonrió y acento con su cabeza.

-¿Y tú mi niña donde te has hospedado?

-En... me paso algo igual a ti, creo... pele con él- mire hacia otro lado. Aun no le quería decir todo lo que Ethan me había hecho hace poco, lo iba a dejar como una basura y él no era así.

-¿Él? ¿Quién es él?

-El padre del bebe. Al salir de casa fui a buscarlo y estuve viviendo un tiempo con él, estaba muy estresado por su trabajo y discutimos... nada más.

-¿No tienes bolsos?- dijo mi madre mirando atrás de mí. Suspire. Esto de mentirle a mi madre era duro.

-No... yo hui de su casa.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Él te pego?

-¡No mama! No, no...-dije exaltada, por Dios. Ethan no me pegaría- él no me pega, solo que la discusión me hizo mal y sin querer escape, no lo sé, no quería sufrir.

-Haces bien, amor, los hombres son problemas.

Reí, cuánta razón tienes madre.

Observe hacia la calle por detrás de mi madre y justo vi que el auto de Thomas pasaba por allí, él tenía la ventanilla baja y observaba hacia todos lados, pero había alguien al lado suyo que no podía distinguir quien era. Me escondí mas haciendo que mi madre me tapara, ella no se dio cuenta y mejor porque si no estaría preguntando.

-Tengo algo de dinero, podríamos buscar algo en alquiler, algo barato- opino mi madre.

-Si mama, por supuesto, y yo comenzare a trabajar en algún lugar y podremos- le sonreí.

-Oh, no mi niña. Tu así embarazada no trabajas- dijo.

-Mama, déjame que te ayude, buscare un trabajo suave, nada complicado. Te lo prometo.

Ella me sonrió.

-Está bien, algo suave. Bien vamos a buscar algo para almorzar... ¿Te parece?- ella comenzó a coger su bolso.

-Claro, vamos.

Observe hacia mis costados si venia algún auto o si nadie me observaba raro, con Thomas nunca se sabe, es un chico muy listo.

Cruzamos la calle y comenzamos a caminar en dirección a un restaurante que estaba como a unas 5 cuadras de aquí, y no era muy conocido entonces nadie nos podría descubrir.

-¡amor! ¡Esperanza!

Escuchamos un grito de lejos y nos volteamos a observar.

Él venía corriendo hacia nosotras. La cara de mi madre era épica y yo sonreí feliz. Sabía que él no era así.

Embarazada en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora