Embarazada en apuros

Capitulo 33

Ethan

El avión hizo un aterrizaje fantástico. Todo había sido maravilloso, hasta el servicio de la sirvienta de mi avión.

Esperanza dormía plácidamente en mi regazo, se veía hermosa. El embarazo le sentaba muy bien, más que bien, verla radiante y al segundo enojada me tenía fascinado.

La panza comenzó a moverse. Abrí mis ojos sorprendido, Esperanza solo se acomodó en su sillón y siguió durmiendo. Coloque una mano sobre su vientre pero una voz me interrumpió.

-Señor, hemos llegado. Podemos bajar, si desea- dijo mi nuevo empleado de protección. El nuevo guardaespaldas.

-Sí, ya bajare. Dile a Enrique que baje las maletas- él asentó y se retiró discretamente. Enrique era el otro guardia de seguridad.

Mire nuevamente a la panza y me acerqué para que solo mi niño me escuche.

-Hola, bebé que aún no sabemos como se llama... solo quería decirte que gracias por llegar a nuestras vidas. Si no te hubieras creado, creo que yo y mamá no seriamos tan felices como lo somos, yo no habría sido capaz de volverla a buscar luego de esa noche y expresarle que me había encantado todo de ella, y no sabes lo mucho que deseaba tener algún tipo de relación con ella. Pero gracias a ti, mira- le enseñe mi anillo- nos estamos por casar. Soy el hombre más feliz- le di un beso, Esperanza se movió.

-Hola- dijo con su voz ronca mientras se despertaba. Refregó sus ojos con sus manos, eso me ponía mucho.

-Hola, nena- la bese- creo que vas a mal acostumbrar a nuestro bebé, digo por lo de dormir mucho.

Ella sonrió. Tenía una sonrisa hermosa.

-Mejor que duerma antes que llore.

-Buen punto, mi señora Egarhy- le bese el dedo que contenía el anillo.

-Tuya, siempre.

-Siempre.

***
Durante el trayecto a nuestra casa antigua, no la nueva, Esperanza me había preguntado por las decisiones que había tomado el juez; por suerte fue todo bastante bien. El padre de Esperanza, Javier y Erika habían sido condenados a cadena perpetua, a la muerte. Le dije aunque no quería, ella al principio se quedo callada y lo pensó, luego la abracé y así hasta que se durmió. Pensé que se iba a poner peor, no me permitiría verla llorar.

En cuanto a la muerte de mi padre, lo he superado bastante bien por ahora. Siempre fue un bastardo para mi, nunca recibí el amor que hubiera deseado recibir de él, simplemente fue como una persona que vivía conmigo pero no se daba cuenta ni de mi existencia.

***

Dejamos las maletas en la otra casa y le propuse a Esperanza que vayamos a ver nuestra nueva casa. A ella se le iluminaron los ojos y frenéticamente como una niña pequeña asentó con su cabeza. Allí le tenia una sorpresa.

El ambiente en el auto estaba muy relajado; Thomas manejaba atento, recuerdo la cara de él cuando vio a mi mujer, hacia tanto que no se veían y Thomas estuvo muy preocupado cuando la secuestraron; le había dejado bien en claro que Esperanza era mía y que solo le permitía que entre ellos sean amigos, nada mas, Thomas lo entendió y se disculpo por si alguna vez había dado a entender que tenia otras intenciones con la madre de mi primer hijo, y ademas me comento que estaba saliendo con otra chica y se encontraba muy feliz, 'Todos alguna vez caemos por amor' le dije esa vez a Thomas, él acepto con una sonrisa.

Nos alejamos de la ciudad, el country en donde había hecho la casa estaba fuera de todo el bullicio que la ciudad emanaba. Nos abrieron la puerta del lugar y observe a Esperanza, quien miraba todo con lujo de detalle sin perderse de nada, era su primera vez aquí. Doblamos al esquina, dos cuadras derechas y llegamos a otras rejas con seguridad, éstas se abrieron cuando introduje el código de seguridad. Hicimos unos metros y llegamos a nuestra casa, blanca y brillante como era en los planos de mi arquitecto. Yo tampoco la había visto terminada como Esperanza, los dos nos bajamos del auto boquiabiertos. La casa era espectacular, simplemente perfecta para pasar el resto de mi vida con Esperanza y nuestros hijos, porque pienso tener mucho más que uno.