Capitulo 22

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Javier me miro sorprendido, mi cara debe de haber sido todo un poema. No sabía que responderle a la pequeña. Javier acercó su mano a mi rodilla y la apreto de forma leve, me sonrío e hice lo mismo.

-No cariño, yo soy amiga de tu papá- me di vuelta y le sonreí. Denisse bajo su mirada con sus mejillas regordetas rojas. Se veía tan adorable, quería ir ahí y besarla por todas esas mejillas que tenía.

-Pensé que iba a tenel una mami...- susurró la pequeña un poco disgustada.

-¿A donde quieren ir a comer, preciosas?- dijo Javier rompiendo la incómodidad que se había formado. Denisse comenzó a aplaudir atras de nosotros y nos reímos junto a Javier.

-¡Vamos a Mc Donals!- grito emocionada dejándome un poco sorda. Javier rió y vió a su hija por el espejo retrovisor.

-Amor, no se si Esperanza va a querer comer comida chatarra, no creo que le guste ese lugar.

-¿Espelanza quieles il a Mc Donals con migo y papi?- me preguntó la chiquita.

-Por supuesto que sí, además- mire a Javier y levanté una ceja- ¿A quién no le gusta Mc Donals?

-¡A papi!- gritó Denisse. Rei junto a ella y Javier nos miró como si estuviera enojado pero luego nos sonrió.

-¿Cómo que no te gusta esa comida?- le pregunté sorprendida. Él se encogió de hombros y desvió la vista de la carretera hacia mi para responderme.

-No es muy sana que digamos, sí me gusta, pero no es mi preferida.

-Tu papi es un viejo aguafiestas- le susurré a Denisse. Ella me miro y rió en silencio.

-¡Las escuche!- gritó Javier.

***
-Gracias por todo, de verdad. Me la pase increíble- le sonreí a Javier mientras abría la puerta de casa.

-Para mi es un placer estar con tigo.

Mis mejillas tomaron color. Le pegue suavemente en el hombro y me rei- no digas tonterias. Por ciero, tu hija es hermosa.

-Sí- me sonrió- bien ¿Te espero en mi consultorio de acá a unos días?

-Claro- me acerque y le di un beso en la mejilla- nos vemos Javier- le sonreí.

-Adios Esperanza.

Cerre la puerta e ingrese a casa. Deje la llave en la entrada y revise por la cocina y el comedor si estaba papá o mamá, pero no encontre nada. Cogí una galleta de la encimera en la cocina y subi la segunda planta.

De inmediato me puse alerta al escuchar los llantos de mi madre. No podía ser que nuevamente estaban discutiendo, era una pesadilla vivir así. Y cada vez me daban más ganas de irme a vivir a la casa que me daba Ethan, pero mi tonto orgullo me impedía aceptar una casa totalmente gratuita. No la quería aceptar. Sabía que si la aceptaba Ethan era capaz de irme a visitar cada día, y tener a Ethan cada día en una habitación o dentro de una casa... me hacía caer tentada en sus cálidos brazos.

Frene en el último escalón al ver como papá sacaba del brazo a mamá hacia el pasillo. Trague fuertemente saliva y observe la escena en silencio. Papá tenía una rabia en sus ojos y mamá cruzaba sus manos rogándole y llorando. Mamá se cayó al suelo con el gran golpe de papá, grite su nombre y me arrodillé a su lado, ¿Qué pretendía hacer el hombre que me crió?

-¡Déjala! ¡Eres idiota!- le grite a papá mientras miraba a mamá inconciente en el suelo. Pase la mano por su frente limpiando el frío sudor que tenía y con mis manos temblando saque como pude el celular de mi bolsillo trasero del pantalón. Marque el número de Javier. Papá agarro su maletín de la habitación y salió disparado hacia afuera. Mis manos temblaban al rededor del celular y apenas lo podía sostener, Javier aún no me atendía. Luego de unos varios pitidos sin que me respondieran atendió Javier.

-Javier... por favor ayúdame... mi mamá, no se yo...- mis lágrimas comenzaron a brotar. Toqué a mamá y aún no había despertado, parecía muerta y me daba miedo que eso fuera cierto.

-Esperanza, cariño, cálmate.

-Yo, no puedo... ¡Mi mamá!- grite mientras sollozaba en su pecho.

-Esperame allí, no te muevas. Voy a ir- sonaba desesperado.

-Trae una ambulancia, por favor- corte.

***
El piso del hospital se veía blanco, inerte, triste y eso me desesperaba más. Hacía más de dos horas que habiamos llegado al hospital por mamá gracias a Javier. A mamá le habían hecho un montón de estudios buscando el causante del desmayo, pero aún no me habían dicho los resultados y se supone que ya estaban. Me estaba estresando esta situación de que no me dijieran nada y me ocultaran todo.

Escuche el ruido de la manija de la puerta y me acerqué a ella. Javier salió de allí mirando las hojas en su carpeta azul, me miró, se rasco la nuca y comenzó a hablar.

-Ella esta bien- salte todo el aire contenido en mis pulmones. Que bien me hacía escuchar eso.

-Entonces ¿dentro de unos días nos podemos ir?- pregunte con una sonrisa. Él suspiro, miró hacia otro lado y nego. Deje la sonrisa de lado y le mire con cara de espanto... entonces ¿estaban bien las cosas?

-No, cariño. Tu mamá presenta una fractura en el craneo y en su mandibula. Por lo que se puede observar ha tenido un golpe muy fuerte contra el piso o hacia algún objeto con dureza. Va a tener que estar internada por un largo tiempo, quizás. Hasta que se recupere, por ahora está dormida y tal vez le cueste levantarse pero va a estar aquí por un tiempo.

Asentí a todo lo que me dijo. Me sonrió. Me acerque cautelosamente y lo abrace, apoyé mi cabeza en su pecho y solloce en silencio. Él me acarició la espalda.

-Shh... tranquila, se va a recuperar.

-Me preocupa papá. Tengo miedo que nos haga algo de nuevo.

-Lo atraparemos, tenlo seguro- me dijo. Levante la cabeza de su pecho y le sonreí, limpié mis lágrimas y observe su cuello. Tenía una marca roja, un beso marcado, rei suavemente y lo acaricié con el dedo índice. Él fruncio el ceño al verme hacer eso y retiró rapidamente mi mano y también me empujo con suavidad; me sorprendio tal acto pero no le di importancia

El celular vibró y tras disculparlo por retirarme conteste sin mirar el identificador.

-Necesito que hablemos.

Embarazada en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora