Capitulo 29

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Suspire. Abri los ojos y nuevamente estaba en otra habitación, esta vez esta tenía luz.

No solo tenía las manos atadas, sino que todo mi cuerpo estaba atado a la silla. Intente zafarme pero lo deje rapidamente, el roce de la soga con mi piel me ardían intensamente.

Estoy harta de todo esto.

Ya no podía superar el hecho de tener que estar aquí un segundo más. Mis tripas rugían, mi hijo tenía hambre al igual que yo. Extrañaba oir la voz de Ethan, escucharle hablar, entablar conversación con él, que me rete solo para protegerme. Bendita seas, extrañaba todo eso y hasta mi cama.

Javier, Erika, Hector y papá juntos aparecieron de un pasillo en la sala. Todos tenían una arma entre sus pantalones, me asuste inmediatamente cuando los cuatro se pusieron a mi alrededor.

Papá se acercó a mi lado, acaricio mi mejilla y me dio un casto beso en la frente. No entendi nada, quería decirle qué era eso, pero mejor no preguntarle nada. Se erguió la espalda y lentamente fue caminando por la puerta.

-Papá...- trate de gritar, pero me fue en vano ya que mi boca estaba absolutamente seca.

Él me escucho y se volvio a mi.

-Siempre te querre, Esperanza. Tal vez pienses que no te quiero, pero estas equivocada, hija. Estoy orgulloso de ti, de todo lo que haces, solo... todo esto lo hago para dañarlo a él, no a ti...- suspiro.

-¿Pero... por qué?-pregunte sin entender.

-Porque él me jugo sucio una vez en unos papeles de la empresa... siempre quise vengarme. Pero nunca quería lastimarte.

-Pero lo has hecho, papá. Si lo lastimas a él, me lastimas a mi.

-Ay hija, no me digas eso... nos entregaremos de a poco, afuera hay policias, ya nos encontraron... nos vemos en alguna otra vida, mi amor- me dijo.

Una lágrima resbaló por mi mejilla. Intente zafarme de las manos pero no podía, queria abrazarle. Aunque sea despedirme por última vez. A pesar de todo eres mi padre...

Fue caminando hacia afuera. Abrió la puerta y no se escucho más nada. No pude ver nada cuando salió afuera.

Javier y Erika se dieron un beso.

Por Dios Erika, todos estos son tus amantes.

Erika se quitó los zapatos, respiro hondo. Se tomo la mano con Javier y juntos se fueron hacia la puerta.

De a poco cada uno iba cayendo.

Hector miro la puerta con recelo. Creo que era el único que no queria saber nada de ello. Agarro una silla de un costado y se sento frente a mi, me observo de arriba a abajo, mirando con fasinación mi barriga y la parte de mis pechos, en donde la remera estaba rota y sucia. Yo estaba toda sucia.

Agarró la cinta de la mesa y me colocó un pedazo en mi boca. Me movi todo lo que pude para que no la pegara pero él me dio una cachetada, cuando me quede quieta por el impacto, aprovecho y pegó la cinta en mis labios.

Comenzo a ascender su mano por mi muslo interno, me movi pero no mucho ya que temía que me pegara de nuevo.

Agarró mi remera y la subio dejando al descubierto mi barriga y mi corpiño blanco. Acarició mi barriga, su mano estaba áspera y fría. Trague saliva pesadamente, le tenía un miedo.

Saco su arma y la apoyo en mi barriga. El contacto me hizo estremecer, además de pensar en lo que me va a hacer. Comencé a sudar frío, mis manos temblaban, por favor que no me dañe.

-Sería una pena que algo se fuera tan facilmente, sin siquiera haber conocido el mundo real, sin haberle hecho caso a ninguna orden- hablaba mientras observaba la arma apoyada en mi barriga.

Y ahí entendi el miedo que tenia. Lo que queria hacer y porque estaba ahora con él.

-Tú le quitaste la libertad a mi hijo- se paro y coloco la arma en mi cabeza- ¡Tú! ¡Fuiste tú! ¡Lo esposaste a ti culpa de ese niño de mierda! -gritaba cada vez más alto y a mi me daba miedo. Ya no aguantaba más la presión de su pistola en mi cabeza, comence a llorar descontroladamente- ¡Yo tenía toda su carrera controlada! ¡Todo! ¡Iba a hacer que nada le faltara a él! Pero viniste tú, hija de puta, y te juro que te voy a matar. De esta no vas a vivir.

Negue con la cabeza.

-Sí, te voy a cagar matando, hija de puta.

Cerré los ojos. No quiero que me mate. Cuando los abri, él me miraba, estaba pálido. Le saco el seguro a la arma.

Tenía miedo, mucho miedo.

Se sintió un disparo, me bañe en sangre. Todo pasaba muy rápido. Mi miedo me supero, cerre los ojos...

Y al abrirlos lo vi... Ethan.

Embarazada en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora