Capitulo 24

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Baje rápidamente del taxi, estaba ansiosa por ver de nuevo a mi madre, anhelaba que estuviera bien y que pronto pudiera salir del hospital sin problemas. Sentí una leve patada en mi ombligo y sonreí, como amaba a este ser que se estaba desarrollando dentro de mí.

Entre rápido a la habitación del hospital gracias a Javier, le debía mucho a él, últimamente se estaba portando bastante bien... y en ocasiones algo raro.

Mi madre estaba con los ojos entreabiertos cuando entre a su habitación, me acerque y le acaricie varias veces la mano y se terminó de despertar, sus ojos celestes tenían un brillo único y hermoso, a pesar de todo ella siempre se encontraba radiante, como ahora. De repente se me vinieron a la cabeza todas las imágenes de los rechazos de mi madre cuando se enteró que estaba embarazada, pero no me importaron, ya la había perdonado y la amaba más que a nada.

Javier me había traído un poco de comida y me recordó que la hora de la visitas se habían terminado y que mi madre necesitaba descansar. Me daba tanta pena dejar a mi madre allí sola, habíamos estado hablando toda la tarde de variados temas y le pregunte porque mi padre la trataba así y ella solo me evitaba esas preguntas y rápidamente sacaba otros temas.

Iba apoyada en el hombro de Javier mientras caminábamos hacia la salida.

Suspire desganada y le mire a los ojos, él me sonrió y yo hice lo mismo- debo pedir un taxi, a esta hora debe ser infernal.

-Ni loco te voy a dejar ir en un taxi, Esperanza- Javier freno y se cruzó de brazos.

Yo reí- Vamos Javier, ya soy grande y se cuidarme.

-No te pienso dejar, Esperanza- se acercó a mí, lo tenía a unos pocos centímetros de mi boca y de cerca era tan apuesto... pero no, estaba enamorada de Ethan- además tampoco te dejo que pises esa casa.

Tenía razón, no pienso dormir una noche en esa casa y las llaves de la casa que me había regalado Ethan no las tenía con migo.

-Uhm... tienes razón, puedo alquilar en algún hotel.

-No, Esperanza, te vienes a mi casa.

-¿Qué?- me sorprendió su invitación- no, no, no puedo, no quiero molestarte por todo.

-No me molestas, princesa- cogió mi cara entre sus manos- además mañana tengo el día libre y Denisse estaría encantada volverte a ver.

Le sonreí y acepte. No puedo haber encontrado una persona más buena que Javier, solo si no estuviera enamorada de Ethan, creo que le daría una oportunidad a Javier, él es atento, guapo y sobreprotector y eso me encanta.

***
Me mire como por octava vez al espejo, no puedo creer que llevara una remera de Javier y sus boxes, estaba tan cómoda con esta ropa suelta, pero no me puedo permitir llevar la ropa de otro hombre que no sea Ethan, por Dios en que me había metido.

-¿Esperanza estas bien?- pregunto Javier del otro lado de la puerta.

-Sí, sí ya salgo.

Salí del cuarto de baño y Javier me miro de arriba hacia abajo, trago fuerte y comenzó a distender la cama, ¡Tenia que dormir con él! No había otra cama... oh, Dios, solo con hacer esto pienso que estoy engañando a Ethan... pero no, no lo estoy haciendo ¿o sí?
***
Agarre la mano de Denisse y le limpie la boca que tenía llena de helado, le sonreí y ella me sonrió esplendida, estaba muy feliz la pequeña. Javier se había quedado en casa haciendo el almuerzo y de paso limpiaba un poco su casa mientras yo sacaba a la pequeña de paseo. Estábamos de compras ya que yo necesitaba el vestido de dama de honor para la boda del primo de Ethan que era hoy, lo peor era tener que aguantar la tentación de ver a Ethan vestido de traje.

Entramos en la tienda de bodas de la galería e inmediatamente vi a una mujer de espaldas probándose un vestido de novia, tenía un cuerpo fabuloso y su melena rubia caía en cascadas entre un tul bellísimo. Hoy me iba a encontrar con la novia para conocerla, ya que iba a ser su primera dama de honor junto con Ethan... así es, teníamos que caminar juntos por la iglesia de la mano.

-Denisse, amor, ve a jugar con tus juguetes por allí- la niña salió con su mochila feliz hacia un rincón de la tienda.

Me acerque a la novia y le toque el hombro, ella se dio vuelta y a mí se me puso los pelos de punta.

-¡Esperanza!- la novia se bajó rápidamente de la pastilla blanca y me abrazo fuertemente.

-¡Flor!- la novia era mi mejor amiga del secundario.

Ella salió del abrazo y comenzó a tocar mi pelo, mis mejillas y se llevó las manos a la cara sorprendida.

-¡Esperanza! No lo puedo creer que estés aquí, desapareciste desde que nos graduamos, no sabes cuánto te he extrañado...mira- me mostro su mano con un anillo dorado y sonrió.

-¡Te vas a casar!

-¡Me voy a casar!- y volvió a abrazarme.

Como extrañaba volver con mi mejor amiga.

Observo sorprendida mi barriga y me miro a los ojos.

-¿Estas embarazada?

-Felizmente embarazada- y le sonreí.

Embarazada en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora