3.

3.8K 241 16
                                        

Eran las 9 de la noche y yo empezaba a tener confianza con los chicos, o con casi todos. Al menos con tres de ellos quitando a Mike.

Néstor apenas me hablaba y, si lo hacía, era de manera seria, cortante o borde, por eso no hablaba mucho con él.

Estábamos en la sala repartidos en los sofás hablando o contando anécdotas entre risas y, la verdad, era muy divertido.

Ninguno puso queja cuando no respondía a la pregunta de cuál fue el grave problema que tuve en Los Ángeles para tener que venir a vivirme aquí, tan lejos, junto a Mike.

Agradecía eso, pero sabía que tarde o temprano tendría que responder a esa pregunta hasta que desistieran o hasta que respondiera, pues me la habían hecho varias veces.

-¿Cuántos años tienes? -Me preguntó Ian desde el sofá a mi izquierda.

-19. -Respondí haciendo que ellos se asombraran un poco.

-¡Qué joven! Pensé que tendrías más. -Dijo Matt en el sofá a la derecha y me reí de su asombro.

-¿Y qué llevó a una chica tan joven de 19 años a dejar toda su vida atrás para venir a vivir desde Los Ángeles hasta aquí? -Preguntó Josh, de nuevo, al lado de Matt.

Era el que más me hacía esa pregunta.

-No me gustaría hablar de ello, sinceramente. -Respondí intentando no sonar grosera.

-¿Por qué? -Preguntó Néstor a mi izquierda, al lado de Ian.

-No es agradable y no me apetece recordar algunas cosas. -Miré al suelo.

-¿Tan grave fue para no querer contarlo? -Volvió a preguntar.

-Bastante grave, sí. -Asentí a mis propias palabras.

-¿Tiene que ver con tu aspecto? -Dijo levantando una ceja inclinándose hacia adelante.

-No le hagáis hablar de ello. -Mike, sentado a mi derecha, acudió al rescate y lo agradecí, pero no iba a quedarme callada.

-¿Te importa? -Le dije a Néstor frunciendo el ceño.

-Sí. -Dijo serio.

-No entiendo porqué, no me conoces de nada. -Los demás se habían quedado pendientes del inicio de nuestra primera pequeña discusión.

-Precisamente por eso. Quiero saber con quien voy a compartir habitación de ahora en adelante por no sé cuánto tiempo. -Parecía molesto.

-Así que es eso, bien. -Murmuré. -Me llamo Katie Woods y la mayoría de personas me llaman Kay. Tengo 19 años, me gusta dibujar y soy cantante. Tengo una banda musical medianamente reconocida con mis cuatro hermanos mayores. Trabajaba en un estudio de dibujos con un gran amigo pero me tuve que mudar desde Los Ángeles hasta Oahu por un motivo bastante fuerte y grave que no voy a contar porque a nadie, salvo a mi familia, le importa. -Finalicé haciéndole frente.

La sala se quedó en silencio y yo no supe cómo fui capaz de hablar tan rápido en un idioma que no acostumbraba a usar, pero suponía que la molestia que tenía me hizo hacerlo.

Suponía que nadie se esperaba que le hiciera cara de esa forma, ni siquiera Mike, quien puso una mano en mi muslo para que lo mirara, pero yo solo veía la expresión confusa de Néstor por mi actitud, aunque luego se mostró molesto.

¿Cómo pretendía que me comportara bien con él si tenía esa actitud conmigo?

No iba a quedarme callada.

La vida, a base de palos, me había hecho fuerte de alguna manera.

Me había hecho enfrentar muchas situaciones difíciles desde pequeña y, aunque nunca había hecho lo que hoy y tampoco pensaba enfrentarme a alguien desconocido así alguna vez, se demostró que nadie me iba a pisotear más.

I hate you, don't leave meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora