15.

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Hoy ya era la última noche que pasaríamos aquí, en Nueva York, porque mañana a las doce del mediodía saldría nuestro vuelo de vuelta a casa.

Estaba terminando de vestirme, pues Mike me había dicho que saldríamos pero no me dijo a dónde, pero aún así me puse lo sencillo de siempre; un vaquero, una camiseta, la sudadera, dos abrigos, mi gorro de lana y mis botas.

Sí, eso era "lo sencillo" para estar por aquí con este frío.

Cuando estuve preparada, salí al salón de nuevo guardando todas mis cosas en la pequeña mochila y colgándomela a un hombro.

Los chicos estaban allí, en pijama, sentados en los sofás menos Néstor y la puerta de la entrada estaba abierta de par en par, así que alterné la mirada entre ellos y la puerta.

–Espero que lo disfrutes y te diviertas. –Dijo Josh con diversión guiñándome un ojo.

Mike se levantó, besó mi frente y, agarrando mis hombros, me sacó fuera del apartamento, cerrando cuando estuve en la calle.

Me dejó con una gran expresión confusa y los brazos abiertos pidiendo una explcación que no tardó en llegar en forma de Néstor.

–¿Preparada? –Me preguntó y asentí lentamente.

Le seguí hasta llegar al coche, abrió la puerta del copiloto para mí y entré desconfiada, mirando a la ventana del apartamento para ver a los chicos mirándonos de vuelta.

–¡No la mates! –Exclamó Ian desde su posición.

–¡No prometo nada! –Le respondió Néstor divertido subiéndose al lado del conductor.

–¿Qué está pasando? –Pregunté colocando la mochila entre mis piernas y poniéndome el cinturón de seguridad haciendo que él me imitara.

–Estos días hemos hecho muchas cosas juntos e incluso has hecho cosas en solitario con los chicos, pero conmigo no porque quería esperar a hoy. –Dijo poniendo rumbo a no sabía dónde.

–Oh, ¿eso quiere decir que vamos a hacer algo juntos y solos? –Asintió.

–Eso mismo, y vamos a hacer algo que espero te guste, al menos un poco. –Me miró con una fugaz mirada para volver a la carretera.

–Seguro que sí. Todo me ha gustado hasta ahora y eso me hace pensar en lo bien que todos me conocen. –Rodé los ojos.

–Normal que te conozcamos tan bien después de tanto tiempo. –Asentí mirando por la ventana.

–Irónicamente, el que mejor y el que más me conoce eres tú. –Suspiró.

–Dormimos juntos. –Recordó como si fuera algo que yo pudiera olvidar.

–Lo sé. –Le miré. –Es tan extraño que llevemos tres años compartiendo la cama y no haya pasado nada sexual entre nosotros. –Rió.

–Porque no nos llevamos bien, recuérdalo. –Reímos. –Y porque te respeto. Yo no soy como Josh. –Bromeó.

–¡Por supuesto que no lo eres! –Exclamé riendo. –Creo que solo con mirarme, me desnuda. –Bromeé yo.

–Solo con estar al lado de una mujer, la deja embarazada ocho veces. –Reí fuerte dando palmadas y él siguió riendo un poco.

–¿McDonald's? –Pregunté viendo que entrábamos el establecimiento por la parte de los coches.

–Necesitaremos cenar algo y sé que te encanta el McDonald's. –Sonreí.

Subí los pies al salpicadero del coche mientras él hacía nuestro pedido. No me hizo falta decirle lo que iba a pedir yo porque ya lo sabía, así que solo tenía que esperar.

I hate you, don't leave meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora