10.

3.2K 240 16
                                    

El siguiente en elegir lugar o algo que hacer fue Mike, pero él propuso algo más tranquilo, como sentarnos en un banco de Central Park con unas bebidas en la mano.

Como yo no podía quedarme quieta en el banco, me levanté después de acabar mi chocolate caliente y tirarlo a la basura, y comencé a hacer un muñeco de nieve, pero se desarmaba.

La nieve no se quedaba redondeada y acababa por romperse haciendo que los chicos, aún sentados, se rieran de mí y yo les mirara con cara de pena para ver si alguien me ayudaba.

Al final acabamos todos haciendo muñecos de nieve, tres para ser exactos. Ian y Néstor hicieron uno, Mike y yo otro, y Matt y Josh otro.

Cuando tuvimos el nuestro acabado, me acerqué a Néstor, que estaba agachado amarrándose la bota, y me colgué de su espalda, pasando las manos por su cuello besando su mejilla.

Él rió y se levantó agarrándome por la parte de atrás de los muslos, manteniéndome colgada de su espalda y agarrada de sus hombros.

Los chicos nos miraban bastante impresionados y tenía muchas ganas de decirle que éste era el Néstor que me gustaba, el de "por la noche", pero solo me mantuve con la boca cerrada.

No quería que nadie supiera de nuestro secreto, pues para ellos esto era inusual porque estaban acostumbrados a vernos discutir, pero para mí era medianamente normal ya que él siempre era así conmigo por las noches.

-Llévame a algún lado, Néstor. -Le pedí susurrando en el oído.

-¿A dónde quieres ir? -Preguntó en un susurro también mirando mi cabeza apoyada sobre su hombro.

-A donde me quieras llevar. -Le volví a susurrar y sonreímos.

-Este viaje no está siendo como esperaba. -Dijo Josh mirándonos y le devolvimos la mirada.

-¿Por qué? -Respondí.

-Porque... -Nos señaló. -Creo que todos pensábamos que uno de los dos mataría al otro aquí. -Rió.

-No podría matar a Néstor. -Me sinceré bajándome de su espalda.

-Pues yo a ti sí podría, pero solo a veces. -Me dijo él y golpeé su brazo. -Ahora no es una de esas veces, tranquila. -Sonreí y miré que los otros nos miraban aún extrañados.

-¿Qué vamos a hacer ahora? -Pregunté viendo que nadie hablaba.

-Kay, es nuestro primer día aquí, son las 10 de la noche y ya hemos hecho mucho. Volvamos al apartamento, descansamos, cenamos y mañana hacemos más cosas. -Dijo Mike como un padre.

-Vale, papá. -Hablé con cansancio y los demás rieron.

Como había dicho tío Michael, cogimos el tren para ir al apartamento porque nos habíamos alejado bastante caminando, o corriendo mejor dicho, y llegamos en media hora.

Cuando estábamos en el apartamento, me quité los abrigos, bufanda, gorro y botas, quedándome con una sudadera, pues Matt encendió la calefacción y comenzaba a hacer mucho calor.

Fui a mi habitación provisional y dejé toda la ropa que me había quitado sobre la cama, sacando otra del armario y yendo a ducharme yo primero, aunque habían varios baños.

Salí con un pantalón de pijama largo, una camiseta de uno de mis hermanos, de Brian, y recordé que tenía que llamar a casa de papá, así que aproveché que estaba sola en el salón para llamar.

-¡Katie! -Respondió Charlie y me senté en el sofá.

-¡Hola, cabezón! -Le hablé en español.

I hate you, don't leave meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora