3. Mamitis, alfajores y frisbees.

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Capítulo 3. Mamitis, alfajores y frisbees.

- ¿En qué piensas, mamá? - elevé una ceja, sin querer saber la respuesta.

- Estuve hablando con mis amigas que tienen hijos de más o menos tu edad - hizo una pausa.

"Que no sea lo que estoy pensando", rogué en mis adentros.

- Y te he organizado - continuó hablando -, una cita con cada uno de ellos - dijo como si fuera la mejor idea que hubiera tenido.

- ¡¿Qué?! - enloquecí -. No, no y no, no saldré con los hijos de tus amigas para tener alguien con quien bailar en la boda - dije mientras tomaba una botella de agua del refrigerador.

- Piensa Stef - Mamá habló al mismo tiempo que yo bebía el agua con rapidez -. No sólo tendrás pareja para la boda de Brooke, podrás encontrar el chico ideal, tal vez te cases con uno de ellos - se encogió de hombros.

Escupí el agua con rapidez al escuchar sus palabras.

No podía estar hablando enserio.

- Definitivamente no - contesté cruzándome de hombros.

Justo en ese momento tocaron el timbre de la puerta.

- Debe ser el chico guapo, Lucas - Mamá sonrió y se acomodó un poco el cabello con su mano -. Yo abro - agregó al tiempo que caminaba hacia la puerta.

Me quedé parada observando al chico que estaba detrás de la puerta.

Rubio y con un corte de cabello escolar, ojos verdes, flaquito, labios delgados, tez blanca y bajo de estatura. Tal vez yo no era alta, a mis 16 años - en cuatro meses cumplía 17 - medía 1.59 metros, pero el chico debía de medir como 1.50.

Vestía una camisa blanca y sobre ella un sweater de rayas azul y verde, además de unos pantalones de mezclilla y zapatos oscuros.

Definitivamente no era mi tipo.

Sonrió un poco nervioso y le devolví la sonrisa - nada nerviosa - dirigiéndome a la puerta.

- ¡Que se diviertan! - grito mi sonriente mamá, después de que cruzáramos la puerta principal. Yo solo le dediqué una mirada fulminante.

- Lindo coche - dije una vez que subí al asiento de copiloto.

Era un versa negro, muy cómodo, debía de admitirlo.

- Gracias - contestó un para nada relajado chico -, me lo compró mi mami el año pasado, justo el día de su cumpleaños - suspiró sonriente -. 3 de Junio.

- Eso suena - busqué la palabra adecuada -, interesante.

Al escucharlo referirse a su mamá con el apodo de "mami" sentí que salía con alguien mucho menor que yo.

Encendió el coche y comenzó a manejar.

Fruncí el ceño, ¿ya tenía permiso para manejar a los 14 años? Porque en verdad se veía de catorce.

- ¿Cómo te llamas? - pregunté.

Sabía su nombre, mamá lo había dicho antes. Lo único que quería era sacarle plática a este chico, Lucas, para evitar un silencio incómodo.

- Lucas - respondió más seguro -, ¿y tú?

- Lindo nombre, soy Stefany.

- Gracias, mi mami lo escogió, ¿quien escogió el tuyo?

- No lo sé - respondí más en forma de pregunta, nunca me había preguntado eso.

El resto del camino nadie siguió hablando, únicamente la conductora de un programa de radio, quien hablaba de lo fantástico que las mamás osos cuidan a sus oseznos. Elección de Lucas.

Buscando al chico idealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora