Capítulo 6. Ojos grises.
- Stefany Hathaway, ¿qué horas son estas de llegar, señorita? - Mamá habló, cruzándose de brazos en el umbral de la puerta principal.
- Puedo explicarlo - respondí, entrando a la sala y sentándome en uno de los sillones.
Mamá imitó mis acciones y tomó asiento a mi lado.
- No necesito escuchar tus excusas, deberías de haber llegado hace cuatro horas - Su tono era autoritario y mostraba lo enfadada que estaba en ese momento.
- Tuve un inconveniente - solté.
- Donde me digas que estás embarazada vas a ver, tu padre y yo no te hemos educado de esa manera. Dime, por lo menos, que te protegiste - Cada vez elevaba más la voz.
- ¿Embarazada?... ¡No! - palidecí al pensar en la idea -. Estuve saldando una deuda.
- ¿Saldando una deuda? - entre cerró los ojos -. ¿No traías el dinero suficiente y pagaste con favores? ¿Favores en los que tardaste cuatro largas horas?
Suspiré. -Harry se fue sin pagar la cuenta, mamá, así que para pagar todo tuve que lavar los platos, trastes y vasos del restaurante.
Mamá río.
- Te pasa de todo en estas citas - sonrió ampliamente -, cuentame más, quiero reírme un rato en lo que llega Travis.
Travis, mi próxima cita. Lo único que esperaba era que no me abandonara sin pagar la cuenta.
***
- Cuenta otro - reí a carcajadas.
- Bueno - hizo una pausa y prosiguió -. ¿Cómo pasa superman entre la gente?
Lo pensé un momento.
- ¿Volando?
- Con su-per miso.
Reí nuevamente ante el mal chiste.
El chico frente a mi era fantástico. Caballeroso, guapo, amable y simpático eran las palabras que lo describían.
Lo que más me llamaba la atención de Travis eran sus ojos grises - siempre tuve una debilidad por los chicos con este color de ojos - azulados. Alguna vez leí que este raro color de ojos en realidad su color natural es el azul, pero como su color es tan débil se cubren con una capa protectora de color gris. Aún así, este color me enamora.
Podría decir que era un codiciado soltero, seguramente, con su gran actitud y sus hermosos ojos, sin mencionar que era evidente que hacía ejercicio. Habría de tener unos diecinueve años, pero dos o tres años de diferencia no son nada. Su piel era un tono de blanco, tirándole casi a bronceado, sus cabellos marrones cortos ondulados la daban un aspecto agradable y me sacaba unos veinte centímetros de altura, aproximadamente.
Aún no comprendía como era que jamás tuvo una novia.
A las doce en punto, justo como habíamos quedado, se ofreció a llevarme a casa, asentí y salimos del restaurante italiano.
El camino en el carro transcurrió normal, charlamos de cosas sin importancia, hasta que el auto paró frente a la puerta de mi casa.
En definitiva era la mejor cita que había tenido en años, jamás salí con alguien de ojos grises ni con aspecto de posible modelo. Hasta ahora.
- Gracias, la pasé muy bien - sonreí levemente-. Nos vemos.
Hice el amago* de abrir la puerta delantera de su Mercedes Benz, para entrar a casa, cuando él me tomó el brazo suavemente.
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Buscando al chico ideal
Novela JuvenilCuando la boda de su hermana se acerca y Stefany no ha conseguido pareja de baile, su madre comienza a organizarle citas a ciegas. Aunque no todo es lo que parece. #491 en relaciones - 12 Mar 19. #146 en citas - 13 Mar 19. #64 en chico perfecto - 5...